Pablo Freire
Enviado por maifre3 • 26 de Octubre de 2014 • 2.228 Palabras (9 Páginas) • 241 Visitas
Educación liberadora de Paulo Freire
Según la propuesta pedagógica de Paulo Freire, el papel que desempeña el educador en la Pedagogía Liberadora es dialogar con el educando en franca amistad, así obtener los temas generadores y de interés y no debe presentar su programa el educador como símbolo de imposición.
Los temas generadores contienen en sí la posibilidad de desdoblarse en otros tantos que a su vez provocan nuevas tareas que deben ser cumplidas.
Para llegar a la determinación de los temas generadores y proponer el contenido programático (programas), Freire plantea dos posibilidades: el primero a partir de la investigación interdisciplinaria y la segunda a partir de un mínimo de conocimientos de la realidad. La primera consta de tres etapas: Apropiarse de los núcleos centrales de contradicción para organizar el contenido programático de la acción educativa; se escogerá algunas de las contradicciones para elaborar las codificaciones o representaciones de las situaciones sobre las cuales los educandos, como sujetos cognoscentes, realizarán sus reflexiones críticas; comenzar los diálogos decodificadores en los círculos de investigación temática, es decir, ejecutar las reflexiones críticas de las contradicciones
El educador tiene como prioridad ayudar al educando a lograr un punto de vista cada vez más crítico de su realidad, con la alta responsabilidad que este acto requiere. Al mismo tiempo, tanto el educando como el educador aprenden mutuamente, nadie es más en la pedagogía liberadora.
El maestro progresista jamás separa el contenido de los métodos; no se puede entender la práctica educativa solamente a partir del maestro, del alumno, del contexto, del contenido, del método porque la práctica educativa es una totalidad. Involucra un conjunto de piezas de aprendizajes que forman un objeto real.
El maestro, según Freire, debe manejar un método de enseñanza dentro del contexto de la práctica educativa. Debe tener imaginación, aprovechar situaciones, usar e inventar técnicas, crear y utilizar medios que propicien la actividad y el diálogo con los educandos, mucho más cuando el proceso de enseñanza aprendizaje se produce en condiciones no favorables.
Por último, para Freire, la pedagogía de la pregunta es fundamental en la educación liberadora o la educación problematizadora y en la concientización. Entonces, una verdadera educación liberadora se nutre de la pregunta como desafío constante a la creatividad y al descubrimiento. Por lo tanto, la educación liberadora es la pedagogía de la pregunta y su método el diálogo.
Pedagogía humanista
Tiene como objetivo un plan para la liberación auténtica del hombre, (opresor u oprimido). Además realiza una importante crítica al sistema tradicional de la educación, lo que él denomina la educación bancaria, y presenta una nueva pedagogía donde los educadores y los educandos trabajan juntos para desarrollar una visión crítica del mundo en que viven. Freire rechaza la situación de la cultura dominante, donde los privilegiados son los actores y los demás son meramente espectadores. “En la síntesis cultural, donde no existen espectadores, la realidad que debe transformarse para la liberación de los hombres es la incidencia de la acción de los actores”. La pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y, el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.
La alfabetización
La alfabetización son realidades históricas y contextuales; “las nociones de alfabetización, educación básica y desarrollo no pueden entenderse aisladas o separadas de un contexto, económico, político, social, cultural y ecológico, en el que se enraízan y se hacen comprensibles” . Por ello, la alfabetización puede asumirse, no como un propósito aislado o limitado al sector educativo, sino como un proceso permanente y una responsabilidad intersectorial que debe involucrar a diferentes instituciones estatales y actores de la sociedad civil. Las acciones alfabetizadoras deben involucrar a las familias, los sistemas escolares, las instituciones culturales y religiosas, las bibliotecas, los centros académicos y de investigación, los medios de comunicación masiva y las organizaciones sociales.
4. La atención a la alfabetización y la educación de personas jóvenes y adultas no ha sido prioridad de los gobiernos en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe. En las últimas tres décadas, en promedio sólo un 3% o menos de los presupuestos educativos nacionales han sido destinados a programas con adultos (Torres y Robert Arnove, 1995).
5. La alfabetización es el momento inicial de un proceso educativo más amplio que pasa por la educación básica de adultos en el horizonte de la formación permanente como sujetos activos y críticos. Este planteamiento de la educación popular coincide con la noción de alfabetización asumida en Jomtien (1990), que se asocia a una concepción amplia de educación, se extiende a lo largo de toda la vida, y que considera que las personas se están educando permanentemente en distintos espacios, más allá de la escuela.
6. De este modo, la alfabetización no tiene edad y puede desarrollarse desde la temprana infancia hasta la edad adulta y en diferentes escenarios sociales (escolares y no escolares). Asumir dicho principio educativo, supone un modelo inclusivo de educación y aprendizaje, en el cual tienen cabida todas las personas: niños, jóvenes y adultos, tanto aprendiendo como enseñando.
7. La alfabetización supone una concepción pedagógica y política. Como lo señala Lola Cendales (1994), la alfabetización “se ve interpelada en los aspectos pedagógicos-metodológicos y técnicos de su saber específico; en relación a la manera de entender lo político y la formación ideológico política, la importancia que adquiere hoy en la vida cotidiana, en la cultura... En lo que se refiere a un nuevo concepto, la redefinición de lo que es leer y escribir ayuda a ubicar esas habilidades en los procesos de pensamiento y en las procesos de producción de conocimientos, superando lo puramente instrumental y mecánico de la tarea” (1994: 6).
8. Nuestra concepción de alfabetización incorpora los aportes de las investigaciones en torno a la cultura escrita (literacy en inglés, letramento en portugués) y los entornos alfabetizadores. Se cambia el foco de atención de la alfabetización de la lengua escrita en sí, a las prácticas
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