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Papi, no te mueras papi


Enviado por   •  11 de Mayo de 2013  •  Ensayo  •  1.436 Palabras (6 Páginas)  •  458 Visitas

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“Papi, no te mueras papi”

Sus palabras se repiten en mi memoria…

“papi, no te mueras papi”

Lo decía incansablemente, una y otra vez… como si fuese una retahíla…

“papi, no te mueras papi”

Lágrimas en sus ojos, dolor en su mirada, suplica impregnada en cada una de sus palabras…

“papi, no te mueras papi”

537 años atrás…

Moscú, Rusia.

Me encontraba enfermo de alta fiebre, hacía días que deliraba, que casi no podía mantener los ojos abiertos, no probaba bocado… si lo hacía terminaba devolviéndolo, había adelgazado demasiado, en pocas palabras… estaba falleciendo.

Mi familia había quedado reducida a solo dos miembros: Shúrik, mi niño, mi pequeño… mi hijo, de apenas seis años, y yo…Evgeni.

Elena, mi amada esposa desgraciadamente había fallecido al traer al mundo a nuestro primogénito.

Anna, nuestra vecina venia algunas veces al día para saber como estaba, solía ponerme compresas de agua fría y medicarme con cuanto menjurje supiera, vivíamos a las afueras de Moscú, alejados por días de un médico para que me atendiera.

Recuerdo que estábamos a mediados de agosto, era tarde, el crepúsculo llegaría de un minuto a otro y mi salud declinaba cada vez más… mi respiración era forzosa, y mis lamentos peores, pero entre tanta gravedad aun podía escuchar la voz de mi hijo llamándome a permanecer a su lado.

papi, no te mueras papi.

Lloraba y me hablaba entre sus sollozos... y contra mi voluntad no podía hacer nada, parecía sumergido en un sueño, mis parpados pesaban demasiado no podía abrirlos, las palabras se ahogaban en mi garganta convirtiéndose en algo in entendible para mi niño.

No me vallas a dejar… prometiste que estarías para siempre a mi lado, no me puedes dejar, papi.

Pero entre tanta confusión me pareció escuchar la voz de un adulto, no la reconocí… y me pregunté quien sería ese desconocido que entraba en una casa sin pedir permiso a los habitantes principales.

no llores más niño, que la enfermedad de tu padre tiene solución.

eh, ¿Quién es usted?

shhh, soy alguien muy bueno que quiere ayudar a tu papi…

enserio… ¡¡entonces ayúdelo!!

¿Ayudarme?, como podía ayudarme ese hombre… ¿acaso era médico?, bueno quizás Anna había logrado que su esposo fuera por uno a la ciudad… pero eso no podía ser, el no se encontraba… entonces ¿Cómo se había enterado de mi enfermedad?

si... lo voy a ayudar… pero eso tiene un precio mi pequeño, ¿podrías pagarlo?

pre… precio… le daremos todo lo que podamos, verá que cuando mi papi se recupere le dará todo lo que pida…

lo que yo quiero no es en si una renumeración.

¿en.. entonces que desea, señor?

algo más valioso que lo material que poseas.

eh… no tenemos nada más valioso, señor.

Mi niño se escucho triste con esa declaración, ¿algo más valioso que lo material?, él era muy pequeño como para comprender eso, ¿más valioso?, ¿acaso se refería a nuestra vida? ¿mi vida… o la de él?, no… que se valla, quería decírselo pero no pude…. Estaba demasiado cansado…

claro que lo tienes pequeño, y si me lo das tu padre se recuperará enseguida.

si dice que lo tengo, entonces tómelo, es suyo, pero haga que mi papi se sienta mejor..

eso es todo lo que quería escuchar, niño.

Escuche que sus pasos se acercaban a mi lecho de convaleciente y sentí como se detenía cerca de donde estaba mi niño.

eh… espere que hace señor…

¿Qué hace? Que le hace a mi niño…

shhh solo relájate, que esto no dolerá demasiado…

¿Dolerle? Que le estaba haciendo ese hombre a mi hijo. Escuche algunos sonidos ahogados… me estaba desesperando.. ¿Que sucedía?… haciendo un esfuerzo sobre humano logré abrir un poco los ojos… no me agrado lo que vi.

Un hombre ataviado con finas vestimentas de cabellos lacios oscuros un poco largos, ya que le cubrían el rostro, estaba cargando a Shúrik en brazos, su cabeza estaba inclinada hacia el cuello de mi niño… él hacia gestos de dolor… mientras apretaba fuertemente sus ojitos…

Quise gritar que lo dejará, levantarme y quitárselo de las manos pero lo más que llegue a hacer fue a medio levantar un brazo en protesta de lo que le hacia a mi hijo.

Pasados algunos minutos que a mi parecer fueron eternos… ese hombre abandono el cuello de mi hijo; su respiración era muy sutil a penas y podía ver como su pecho se contraía y expandía... pero estaba vivo…

...

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