Pastoral prebiteral

LA PASTORAL PRESBITERAL

EN Y DESDE LA VIDA ORDINARIA.

 Para acompañar y ayudar al presbítero

a “aprender” la sabiduría para vivir conforme a la voluntad de Dios.  

a “crecer integralmente” en su vida, relaciones y ministerio.

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ACOMPAÑAR Y AYUDAR, TRABAJAR POR UNO MISMO, EN LA VIDA ORDINARIA

1.   de manera orgánica 

1.   con integralidad en y desde la vida ordinaria.  

• en las dimensiones humana, espiritual, intelectual y pastoral,  

• para su formación, comunión fraterna y bienestar integral.  

1.   de manera diferenciada.

                  según las situaciones de su edad, condiciones de vida y situaciones de trabajo,  

1.   de manera personalizada y participativa.

en el trabajo por sí mismo y

en el servicio a los demás hermanos.

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PREPARARNOS CON UN ITINERARIO ESPECÍFICO:  

1. Se comienza educando y apoyando al presbítero para su apertura, docilidad y colaboración activa a la presencia y acción del Espíritu Santo.  
2. Luego, se acompaña al presbítero a vivir con Jesús y como Jesús.
3. Enseguida, se acompaña y ayuda al presbítero a vivir el amor de Dios.
4. Luego, se acompaña al presbítero a hacer su discipulado misionero.
5. Después, se acompaña al presbítero a asumir mejor su propia identidad, vida y misión.
6. Posteriormente, se ayuda a consolidar las motivaciones, el compromiso para trabajar por su propio crecimiento integral y las actitudes, que lo mantengan atento y bien dispuesto a conocer, amar, y progresar con los distintos elementos de la vida ordinaria.  
7. Luego, se le ayuda a educarse para aprender y para crecer en y desde la vida ordinaria. 
8. Con base en ello, se le acompaña y ayuda a crecer en la vivencia de su espiritualidad presbiteral propia:

•  a que aprenda y crezca mediante el seguimiento radical del Buen Pastor.  
• Se fomenta su compartir con otros hermanos, en la comunión y ayuda fraternas.
• Y, sobre todo, se le ayuda a que aprenda y crezca mediante el adecuado ejercicio del ministerio, en sintonía con la espiritualidad de la propia Diócesis.  

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FUENTES PARA EL CRECIMIENTO INTEGRAL DEL PRESBÍTERO EN LA VIDA ORDINARIA.

1. La vida personal es un espacio en el cual el presbítero puede dar y recibir aportes para su aprendizaje, renovación y crecimiento integral.

• en y desde realidades que no dependen de la persona:  
• aprovechando los aportes de realidades que el mismo presbítero genera en la vida ordinaria, o en los que participa responsablemente.

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1. La comunión fraterna como fuente para el crecimiento integral del presbítero.

en varios niveles: con el propio Obispo con los otros presbíteros, en la vida común con ellos, en el servicio hacia los cohermanos más necesitados, en los encuentros y amistades sacerdotales, en el grupo sacerdotal, en la Vicaría foránea, en el presbiterio diocesano, con los fieles laicos.

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