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Pastos


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2013  •  Tesis  •  2.583 Palabras (11 Páginas)  •  539 Visitas

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Introducción

Los rumiantes, sean Bovinos, Ovinos o Búfalos, deben ser alimentados a base de vegetales como los pastos, residuos de cosecha y residuos agroindustriales (los cuales constituyen los forrajes), alimentos que no pueden ser utilizados por los animales no herbívoros, ni por el hombre y por tanto tienen un bajo costo de oportunidad, es decir, son alimentos que reducen su demanda por otras especies.

Los pastos y forrajes deben ser producidos en tierras con aptitud para pastos, que no tienen aptitud agrícola y en estas tierras solo cuando la agricultura no las necesite, pero nunca deben sembrarse como monocultivo en tierras con aptitud forestal; sin embargo, los sistemas integrados de producción, como el silvopastoreo (Pastos para ganadería asociados con árboles) que son mas eficientes que los sistemas simples, permiten utilizar parte de las tierras forestales asociadas con ganadería.

Por ser los pastos y forrajes la base de la alimentación de los rumiantes, debemos darle una gran importancia al manejo de las praderas.

El pasto es un cultivo y como tal debe ser cosechado en su mejor momento. Este ocurre cuando hay un equilibrio entre calidad y cantidad (punto óptimo de cosecha); normalmente a mayor calidad menor cantidad y al contrario.

Cuando se cosecha muy tierno el pasto, su producción es menor y se reduce su persistencia, además se aumentan los problemas de plagas y malezas.

Cuando se cosecha muy maduro, su calidad es pobre, produciendo poca respuesta animal (menos carne, menos leche); además, el corte estimula el rebrote y aumenta la producción de pasto.

El pasto muy alto es atacado más frecuentemente por plagas como el Mión (Salivazo) y, al final del año aumenta el peligro de incendios.

DESARROLLO

COMPONENTES DEL VALOR NUTRITIVO DE LOS PASTOS

La capacidad de los pastos de garantizar o no las exigencias nutritivas de los animales para el mantenimiento, crecimiento y reproducción es lo que se conoce como valor nutritivo. En términos generales, el valor nutritivo de las especies forrajeras es la resultante de la ocurrencia de factores intrínsecos de la planta como son la composición química, digestibilidad, factores ambientales, factores propios del animal y la interacción entre las pasturas, el animal y el ambiente.

Composición química

Indica la cantidad de nutrientes orgánicos y minerales presentes (aunque no de su disponibilidad para el animal), así como la existencia de factores o constituyentes que influyen negativamente sobre la calidad.

Proteína cruda.

Un contenido bajo de proteínas resulta en una disminución del consumo de forrajes. El nivel crítico de la proteína en forrajes tropicales, por debajo del cual limita el consumo está establecido en 7% (base seca). Este nivel está considerado como el mínimo para garantizar un balance de nitrógeno positivo; este valores superado fácilmente bajo condiciones adecuadas de humedad y manejo apropiado (fertilización, estado de madurez, presión de pastoreo). De ahí que la valoración cuantitativa del tenor proteico del forraje sea la base para conocer si satisface los requerimientos del rumiante. Este puede dividirse en dos componentes: necesidades de amoníaco para el crecimiento de las bacterias en el interior del rumen y de aminoácidos que serán absorbidos en el intestino delgado.

Extracto etéreo.

Compuestos orgánicos insolubles en agua, que pueden ser extraídos de las células y tejidos por solventes como el éter, benceno y cloroformo. En líneas generales, proveen energía y otros nutrientes y su disponibilidad para el animal es alta, aunque incluye proporciones variables de otros compuestos con poca importancia nutricional. Buena parte del material que es analizado típicamente como grasa en los pastos es, de hecho, algo distinto a las grasas verdaderas.

Carbohidratos.

Principales componentes de los forrajes y son responsable de las 3/4 partes del peso seco de las plantas. La determinación del valor nutritivo de los carbohidratos estructurales es un aspecto que ha recibido mucha atención, desde que su presencia en una dieta influye tanto en la digestibilidad como en el consumo del pasto ofrecido. Uno importante carbohidrato estructural lo constituye la lignina. Éste compuesto complejo, heterogéneo y no digerible por los microorganismos ruminales ni por las enzimas intestinales, se encuentra incrustado en la pared celular de los tejidos vegetales. Su contenido aumenta con la madurez, siendo responsable de la digestión incompleta de la celulosa y la hemicelulosa y el principal factor limitante de la digestibilidad de los forrajesLos carbohidratos no estructurales están disponibles casi en 100% para el animal, al ser digeridos fácilmente por los microorganismos del aparato digestivo y/o enzimas segregadas por el animal. El tipo de carbohidratos en la dieta y su nivel de consumo determinan con frecuencia el nivel de rendimiento productivo de los rumiantes.

Minerales.

El contenido de minerales en los forrajes es muy variable ya que depende del tipo de planta, del tipo y propiedades del suelo, de la cantidad y distribución de la precipitación y de las prácticas de manejo del sistema suelo-planta-animal. Con algunas excepciones, los minerales para el crecimiento y producción de los animales son los mismos que los requeridos por las plantas forrajeras. Sin embargo, las concentraciones normales de algunos elementos en las plantas pueden resultar insuficientes para satisfacer los requerimientos de los animales, mientras que en otros casos, ciertos minerales se encuentran en niveles que resultan tóxicos para los animales pero sin causar ningún daño a las plantas.

Digestibilidad

La digestibilidad aparente de un pasto, expresa la proporción en que se encuentran los nutrientes digestibles y su utilización con respecto al total del alimento ingerido por el animal. Una digestibilidad del 65% en un forraje es indicativa de un buen valor nutritivo y permite un consumo adecuado de energía en la mayoría de los animales.

Energía

El consumo de energía bruta o la energía total contenida en los forrajes aporta escasa información para evaluar el valor nutritivo. La energía digestible posee cierto valor para expresar las necesidades de un animal y para la valoración de un forraje ya que toma en cuenta las pérdidas de energía a través de las heces. La energía metabolizable resulta más valiosa para determinar los valores energéticos y las necesidades debido a que toma en cuenta las pérdidas de energía ocurridas en la orina y a través de los gases.

Consumo voluntario

Es de importancia

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