Piedad Bonnett

Daniel, el hijo de la escritora Piedad Bonnett que por una enfermedad mental se suicida en la ciudad de Nueva York a sus 28 años, es quien de una manera u otra es el protagonista del libro, inspira a la escritora a tan majestuosa obra, digo majestuosa debido al gran manejo de las palabras, ya que para cada momento de la historia utiliza las palabras precisas para no salir de contexto. Así sin “tapujos” como se dice popularmente, en un acto que para mí es de valentía Piedad Bonnett mira los ojos de la muerte, y no cualquier muerte, la muerte de lo más preciado que tiene una madre, su hijo. Y es que no solo es valentía por contar esta dolorosa vivencia personal, sino de revivir lo ocurrido momentos previos y posteriores a la muerte de Daniel Segura Bonnett, quien desde los 20 años le habían diagnosticado una enfermedad mental, esquizofrenia. Aún siendo diagnosticado con esta enfermedad, considero que muchas de las cosas que agobiaban a Daniel, eras las mismas situaciones que agobian a más de uno en la sociedad actual, en esto me incluyo. Miedo al fracaso, a la monotonía, a lo que deparará el futuro, permitiéndome concluir de alguna manera que también estamos enfermos, es allí donde más me sentí identificada con el libro.

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