Platicas Karishna
Enviado por oscarcaceres • 7 de Marzo de 2014 • 2.576 Palabras (11 Páginas) • 154 Visitas
Uno no puede conocer el amor mediante la descripción de otro; para conocer el amor,
uno mismo debe experimentarlo. No podemos conocer el gusto de la sal hasta que hemos
probado la sal por nosotros mismos. Sin embargo, gastamos nuestro tiempo buscando
una descripción de la verdad, en vez de tratar de descubrir la manera de realizar la.
Digo
que no puedo describir, no puedo poner en palabras esa realidad viviente que está más
allá de toda idea de progreso, de crecimiento. Cuídense del hombre que trata de describir
esa realidad viviente, porque ésta no puede ser descrita; debe ser experimentada, vivida.
Esta realización de la verdad, de lo eterno, no se encuentra en el movimiento del
tiempo, el cual no es sino un hábito de la mente. Cuando ustedes dicen que realizarán
la verdad en el curso del tiempo, o sea, en algún futuro, entonces sólo están posponiendo
esa comprensión que siempre debe estar en el presente. Pero si la mente comprende
la integridad de la vida y está libre de la división del tiempo en pasado, presente y
futuro, entonces adviene la realización de esa realidad viva y eterna.
Pero dado que todas nuestras mentes están presas en la división del tiempo, puesto
que piensan en el tiempo como pasado, presente y futuro, surge el conflicto. Además,
a causa de que hemos dividido la acción en pasado, presente y futuro, a causa de que
para nosotros la acción no es completa en sí misma, sino más bien algo impulsado por
motivos, por el temor, por directivas, por la recompensa o el castigo, nuestras mentes
son incapaces de comprender el continuo total. La verdadera acción sólo puede resultar
cuando la mente está libre de la división del tiempo. Cuando la acción nace de la
integridad, no en la división del tiempo, entonces esa acción es armoniosa y está liberada
de las trabas de la sociedad, de las clases, razas, religiones y del afán adquisitivo.
Para exponerlo de manera diferente, la acción debe volverse verdaderamente individual. No estoy usando esa palabra individual en el sentido de poner al individuo
en oposición a los muchos. Por acción individual me refiero a la acción que nace del
completo entendimiento, de la comprensión completa por parte del individuo, comprensión no impuesta por otros. Donde existe esa comprensión, está la verdadera individualidad, la verdadera soledad -no la soledad del escape a la solitud, sino la soledad que nace del pleno entendimiento de las experiencias de la vida-o Para que haya integridad de acción, la mente debe estar libre de la idea del hoy, el ayer y el mañana. Si la mente no se ha liberado de esa división, entonces surge el conflicto, el cual conduce al sufrimiento y a la búsqueda de escapes para evadir ese sufrimiento.
Yo digo que existe una realidad viviente, una inmortalidad, una eternidad que no puede ser descrita; puede ser comprendida sólo en la plenitud de la propia acción individual, no como parte de una estructura, no como parte de una maquinaria social, política o religiosa. Por lo tanto, uno tiene que experimentar la auténtica individualidad, antes de que pueda comprender qué es lo verdadero. Mientras uno no actúe desde esa fuente eterna, ha de haber conflicto, división y rivalidad continua.
Ahora bien, cada uno de nosotros conoce el conflicto, la lucha, el dolor, la falta de armonía. Éstos son los elementos que mayormente componen nuestras vidas, y desde ellos tratamos de escapar, consciente o inconscientemente. Pero pocos conocen por sí m ismos la causa del conflicto. Puede que la conozcan intelectualmente, pero ese conocimiento es sólo superficial. Conocer la causa es ser plenamente consciente de ella, tanto con la mente como con el corazón.
Puesto que pocos somos conscientes respecto de la causa profunda de nuestro
sufrimiento, sentimos el deseo de escapar del sufrimiento, y este deseo de escapar ha
creado y vitalizado nuestros sistemas morales, sociales y religiosos. Aquí no tengo
tiempo de entrar en detalles, pero si ustedes están dispuestos a reflexionar sobre la
cuestión, verán que todos nuestros sistemas religiosos en el mundo se basan en esta
idea de la postergación y la evasión, en esta búsqueda de mediadores y dadores de
consuelo. A causa de que no somos responsables de nuestros propios actos, de que
buscamos escapar de nuestro sufrimiento, creamos sistemas y autoridades que habrán
de darnos consuelo y protección.
¿Cuál es, entonces, la causa del conflicto? ¿Por qué sufre uno? ¿Por qué tiene que
luchar interminablemente? Para mí, el conflicto surge al verse impedido el flujo de la
acción espontánea, del pensamiento y sentimiento armoniosos. Cuando el pensamiento
y la emoción carecen de armonía, hay conflicto en la acción; o sea, cuando la mente
y el corazón se hallan en un estado de discordia, crean un impedimento a la expresión
de la acción armoniosa; en consecuencia, hay conflicto. Tal impedimento a la acción
armoniosa es causado por el deseo de escapar, por la continua evitación de afrontar
la vida plenamente y por encararla siempre con el peso de la tradición, ya sea religiosa,
política o social. Esta incapacidad de enfrentarse a la experiencia en su integridad, crea
el conflicto y el deseo de escapar del conflicto.
Si ustedes consideran sus pensamientos y los actos que emanan de ellos, verán
que donde hay deseo de escapar tiene que haber búsqueda de seguridad; a causa de
que con todas sus acciones, sus inclinaciones, sus pensamientos, generan conflicto en
la vida, quieren escapar de ese conflicto hacia una seguridad satisfactoria, hacia una
permanencia. Así, toda nuestra acción está basada en este deseo de seguridad. Pero, de
hecho, no hay seguridad en la vida, ni física ni intelectual ni emocional ni espiritual.
Si sentimos que estamos seguros, jamás podremos encontrar esa realidad viviente; no
obstante, casi todos nosotros buscamos la seguridad.
Algunos buscan la seguridad física mediante la riqueza, el confort y el poder sobre
los demás, que la riqueza les otorga; ellos se interesan en las diferencias sociales y en
los privilegios sociales que les aseguran una posición de la cual derivan su satisfacción
personal. La seguridad física es una forma cruda de seguridad, pero puesto que para la mayor parte de la humanidad ha sido imposible obtenerla, el
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