Poemas Varios
Enviado por thefirelion • 24 de Septiembre de 2014 • 491 Palabras (2 Páginas) • 215 Visitas
LA ORACIÓN DEL PRESO
Señor, tenme piedad, aunque a ti clame
¡sin fe! perdona que te niegue o riña
y el ara tienda con bochorno infame!
Vuelvo al antiguo altar. No en vano ciña
guirnaldas a un león y desparrame
riego que pueda prosperar tu viña!
Líbrame por merced, como te plugo
a Bautista y Apóstol en Judea,
ya que no me suicido ni me fugo!
Inclínate al cautivo que flaquea;
y salvo, como Juan por el verdugo,
o como Pedro por el ángel sea!
Habito un orco infecto; y en el manto
resulto cebo a chinche y pulga y piojo;
y afuera el odio calumnia en tanto!
¿Qué mal obré para tamaño enojo?
El honor del poeta es nimbo santo
y la sangre de un vil es fango rojo!
Mi pobre padre cultivó el desierto.
Era un hombre de bien, un sabio artista,
y de vergüenza y de pesar ha muerto!
¡Oh mis querubes! — Con turbada vista
columbro ahora el celestial e incierto
grupo que aguarda, y a quien todo artista!
Y oigo un sordo piar de nido en rama,
un bullir de polluelos ante azores;
y el soplado tizón encumbra llama!
Dios de Israel, acude a mis amores:
y rían a manera de la grama,
que hasta batida por los pies da flores!
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OVILLEJOS
¿Quién menoscaba mis bienes?
¡Desdenes!
Y ¿quién aumenta mis duelos?
¡Los celos!
Y ¿quién prueba mi paciencia?
¡Ausencia!
De este modo en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza,
desdenes, celos y ausencia.
¿Quién me causa este dolor?
¡Amor!
Y ¿quién mi gloria repuna?
¡Fortuna!
Y ¿quién consiente mi duelo?
¡El cielo!
De este modo yo recelo
morir de este mal extraño,
pues se aúnan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.
¿Quién mejorará mi suerte?
¡La muerte!
Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
¡Mudanza!
Y sus males, ¿quién los cura?
¡Locura!
Dese modo no es cordura
querer curar la pasión,
cuando los remedios son
muerte, mudanza y locura.
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Poema Reliquia
En la calle silenciosa
resonaron mis pisadas;
al llegar frente a la reja
sentí abrirse la ventana. . .
¿Qué me dijo? ¿Lo sé acaso?
Hablamos con el alma. . .
como era la última cita,
la despedida fue larga.
Los besos y los sollozos
completaron las palabras
que de la boca salían
en frases entrecortadas.
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