¿Por Qué Se Le Denominan A Las Ciencias De La Naturaleza Como Explicación Y A Las Ciencias Sociales Como Comprensión?
jimmy_copi11 de Marzo de 2014
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Ensayo sobre: ¿Por qué se le denominan a las ciencias de la naturaleza como explicación y a las ciencias sociales como comprensión?
Las ciencias de la naturaleza
Las corrientes naturalistas considera que los objetivos básicos de la toda ciencia son la explicación y predicción con base en leyes de los acontecimientos; para tal fin es necesario el descubrimiento de leyes naturales y la construcción de teorías, cuya validación está en función de algún método de corroboración empírica.
El grado de corroboración o confirmación de las teorías varía directamente en relación con el éxito de las explicaciones y predicciones que intenta realizar. De esta manera, se completa el proceso de la investigación científica según las concepciones empiristas del naturalismo: las teorías científicas, y en especial las leyes, sirven para realizar explicaciones y predicciones de hechos (y eventualmente explicaciones de leyes y regularidades); el éxito de estas explicaciones y predicciones aumenta el temple (verosimilitud) de las teorías y leyes que se utilizan; el fracaso de las predicciones obliga a la comunidad científica a abandonar las teorías en cuestión y a construir otras con mejor poder explicativo y predictivo.
La interpretación del sentido de la predicción está en función del “descubrimiento de cierto tipo de regularidades empíricas (estadísticas o universales) de los fenómenos”. Desde nuestro punto de vista, la explicación sería una condición primaria de la labor científica para realizar las “predicciones”, atendiendo en todo momento las condiciones limitantes bajo las cuales ocurre un fenómeno.
El positivismo lógico, corriente filosófica fundamental de la filosofía de la ciencia, se inició en los años veinte con el “Círculo de Viena”, cuyos principales miembros fueron R. Carnap, M. Schlick, O. Neurath y F. Waismann, entre otros. El interés principal que los unía era la elaboración de un análisis y reconstrucción lógica de las ciencias que permitiera hacer una distinción precisa entre conocimiento científico y metafísica. En la caracterización del conocimiento científico privilegiaron dos problemas, el de la justificación de los enunciados científicos y el del significado de los términos del lenguaje.
Carnap distingue dos tipos de proposiciones: las formales, como las de la lógica y las matemáticas, y las fácticas. El sentido de estas últimas está determinado por su verificabilidad empírica. Dentro de esta corriente, el programa fisicalista manifiesta el carácter naturalista (monista) del positivismo lógico. La ciencia unificada, basada en la construcción de un lenguaje fisicalista universal, convierte a todas las disciplinas fácticas en disciplinas físicas. Aquí se manifiesta más plenamente el intento de unificación de las ciencias, cuya propuesta de solución termina por adecuar las ciencias sociales a los métodos de las ciencias naturales.
Como se señaló anteriormente, es importante distinguir el concepto de explicación porque es el propósito de las ciencias de la naturaleza. Para ello, se retoma, lo señalado por José Ferrater Mora (2001), él señala que, en un sentido general y atendiendo a su etimología, el término “explicación” designa el proceso mediante el cual se desenvuelve lo que estaba envuelto, se hace presente lo que estaba latente. Señala que al explicar algo lo desplegamos ante la visión intelectual. Con lo cual, lo que aparecía oscuro y confuso aparece claro y detallado. Este apunte añade que se trata de algo muy parecido a la concepto de verdad, en su acepción etimológica, según el cual ἀλήθεια es desocultamiento; gracias a la explicación lo que estaba oculto se hace patente con la palabra.
Para Popper, (en Miller, 1997, pp. 178-187) el objetivo de la ciencia estriba en encontrar explicaciones satisfactorias de cualquier cosa que parezca necesitar explicaciones. Por explicación (o explicación causal) se entiende un conjunto de afirmaciones del que se describe la condición del asunto que hay que explicar (el explicandum), mientras que las otras afirmaciones, las explicativas, constituyen “la explicación” en la acepción más rigurosa de esta palabra (el explicans del explicandum).
Para Ambrosio Velasco (2000, pp. 34-35) este modelo de explicación “es el nomológico (estudio de las leyes) deductivo”. Este tipo de explicación se caracteriza por ser una argumentación en la que el hecho que se quiere explicar (explanandum) es la conclusión del argumento, y sus premisas (explicans) están constituidas por un conjunto de leyes universales y un conjunto de enunciados que describen acontecimientos relevantes, asociados al hecho que se quiere explicar (condiciones iniciales).
Se puede considerar que el explicandum más o menos se conoce como verídico, o que se supone que se da por verídico. Por otra parte, el explicans, que es el objetivo de la investigación, como regla general no será conocido; tendrá que descubrirse. Así, la explicación científica, siempre que sea un descubrimiento, será la explicación de lo conocido por medio de lo desconocido Ferrater Mora (2001) indica que “la explicación es el método típico de las ciencias de la naturaleza, que se preocupa por la causa (véase el explicans y el explicandum), en tanto que la comprensión es el método típico de las ciencias del espíritu, que se preocupan por el sentido. Por último, toda investigación científica tiende a la explicación. La diferencia estribaría, según la aseveración anterior, en que la explicación es suficiente para las ciencias de la naturaleza; en tanto que para las ciencias sociales (o del espíritu) antes se debe comprender el sentido de la acción para poderla explicar.
5.2 Las ciencias sociales
Si se fundan, dice Wildeband, las ciencias de la naturaleza sobre la percepción externa y las ciencias del espíritu sobre la interna, inmediatamente se levantan objeciones contra la percepción interna como un modo particular del conocimiento. Entiendo por percepción externa o sensible el proceso en el cual las impresiones que penetran en los sentidos se traban en un todo diferenciado del yo. Un sonido se convierte en una percepción externa mediante la atención que lo destaca del silencio. Dilthey marca como una característica de las ciencias de la naturaleza, la percepción externa a través de los sentidos.
No existe una distinción entre objetos naturales y objetos espirituales. El concepto de objeto está condicionado por la referencia de las impresiones sensibles a algo diferenciado del yo y la unión de estas impresiones en un todo que se presenta como independiente del yo. Sólo a través de los sentidos se nos da a nosotros un algo independiente del yo.
Entiendo por experiencia externa, al conjunto de procesos en el cual una o varias percepciones externas son colocadas por el pensamiento discursivo, en una tal conexión que estas percepciones se elevan a una mejor comprensión y se ensancha así el conocimiento del mundo exterior.
Hechos internos semejantes son los diferentes estados del sentimiento, lo mismo que los actos del pensamiento y de la voluntad. Son procesos imposibles de percibir por los sentidos, pero que fungen como elementos primordiales de la conciencia. En la medida en que se dirige la atención a estos procesos o estados internos nace la percepción interna. Mediante la atención se cobra una conciencia más clara de las relaciones que mantienen entre sí las partes integrantes de un proceso o estado.
La captación de aquello que se presenta en la conciencia como un estado o proceso interno, es decir, según sus relaciones con la conexión de esta conciencia, debe extenderse también a los objetos sensibles, la percepción interna tendrá que ser sustituida por los procesos mentales indicados. El proceso sería el siguiente: la percepción interna o externa se hace consciente (se hace objetiva en la mente) convirtiéndola en concepto, es decir, la percepción, interna o externa, se racionaliza mediante el discurso. Éste es el punto de partida de la comprensión.
Se entenderá por experiencia interna el proceso total según el cual, una o varias percepciones internas se entrelazan en una conexión mediante el pensamiento discursivo, de suerte que estos hechos psíquicos se elevan a una mejor comprensión y se ensancha así nuestro conocimiento del mundo interior.
La psicología “explicativa” establece una conexión causal que pretende hacer concebibles todos los fenómenos de la vida psíquica. Pretende explicar la constitución del mundo psíquico según sus elementos, fuerzas y leyes. La designación de “psicología explicativa” de Dilthey, no pretende limitarlo al campo propio del conocimiento psicológico sino que pretende darle una connotación propia del hombre para hallar el significado de la conexión que se establece entre un sujeto y otro, esto es, una relación intersubjetiva.
La distinción entre ciencias explicativas y descriptivas, que se ponen como base, corresponde al uso del lenguaje. Hay que entender por ciencia explicativa toda subordinación de un campo de fenómenos a una conexión causal por medio de un número ilimitado de elementos (es decir, partes integrantes de una conexión) determinados unívocamente.
La psicología explicativa pretende, por lo tanto, subordinar los fenómenos de la vida psíquica a una conexión causal por medio de un número limitado de elementos unívocamente determinados. La característica diferencial de la psicología explicativa consiste en su convicción de poder lograr un conocimiento completo y transparente de los fenómenos psíquicos, valiéndose de un número limitado de elementos unívocamente
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