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Por qué esta tan bajo el waterpolo


Enviado por   •  7 de Octubre de 2016  •  Síntesis  •  1.770 Palabras (8 Páginas)  •  206 Visitas

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¿Por qué esta tan bajo el waterpolo?

Eric Neel

Los Alamitos, CA – Cuando nuestro panel de expertos clasifico el grado de dificultad de los deportes tomando en cuenta categorías desde resistencia a agilidad y aptitud analítica, waterpolo quedo en No. 11.

Con todo respeto a nuestros expertos, eso es basura. Estafaron al waterpolo. Lo sé porque he visto el deporte de cerca. Lo sé porque entre al agua con las personas que lo juegan y viví para contar la historia… aunque solo apenas.

Se supone que debemos creer que el futbol americano (3), el básquetbol (4), y el tenis (7) son más duros que el waterpolo? Por favor.

¿Resistencia? Un jugador de waterpolo nada 2.414 km por partido, con otro jugador jalándolo y subiéndose encima de él, metiéndole la cabeza al agua y diciendo cosas desagradables sobre su mamá cuando sale por aire.

¿Fuerza? Estas personas dan patada de bicicleta durante 32 minutes en tres metros de agua, pelean entre ellos por la posición y se levantan en el aire como si estuvieran saltando de un trampolín para tirar y bloquear los tiros.

¿Agilidad? Ellos cortan y giran en el agua como Kobe o Marvin Harrison. ¿Coraje? Reciben tiros a la cara a 80 km/h y respiran bocanadas de aire. Y luego regresan por más.

El boxeo es el deporte número 1 en nuestras clasificaciones, y el boxeo es algo brutal. ¿Pero sabes lo que es el waterpolo? Es boxeo más esprines más basquetbol más lucha. Todo esto sin piso bajo sus pies.

Enséñame a un boxeador que pueda levitar y lanzar un balón con un defensa en su cara mientras esquiva golpes, hasta entonces, demuéstrale al waterpolo y sus jugadores el amor que se merecen.

 Antes de entrar al agua con los miembros del equipo de waterpolo de E.E.U.U. los vi jugar la final del campeonato de la liga americana de waterpolo en Los Alamitos, CA.

Desde cierta distancia, el juego parece engañosamente fluido y lleno de gracia. Los jugadores parecen deslizarse sobre el agua, el agua salta y brinca desde un brazo hacia el otro.

Pero cuando me acerco a la alberca, escucho gruñidos y jadeos, veo el agua salpicando, y rápidamente me doy cuenta que los demás deportistas la tienen más fácil que el jugador promedio de waterpolo.

Omar Amr, cubrebolla del equipo de E.E.U.U., tiene una linda cortada al estilo de Jake LaMotta sobre su ojo. Esta cubierta, pero aun esta fresca. El hombre al que cubre, se posiciona enfrente de la portería y lanza sus brazos y codos tratando de topar con la ceja de Amr y ensangrentar un poco su visión.

“Básicamente se vale todo” dijo Amr mas tarde como si no fuera nada. “Si tienes alguna debilidad, el otro la encontrara y tratara de explotarla”.

Afortunadamente, Amr estudia medicina en Harvard en su tiempo libre, así que puede recubrir su herida al salir del agua. (Así es, medicina. ¿Mencione que estos hombres son impresionantes?)

No fue solamente el mano a mano que me sorprendió, fue el ritmo incansable. Dejen de lado que están nadando constantemente. Olviden que antes de poder hacer cualquier cosa como tirar o pasar, deben sobrevivir los mejores esfuerzos de ahogarlos como unos gatos que no quieren, olviden todo eso. Pero recuerden que cada gol, tiro fallado, y cambio de posición significa regresar a máxima velocidad al otro lado de la alberca de 30 metros, y cada oportunidad de pasar o tirar involucra una constante lucha por conseguir un pequeño pedazo de agua libre, y saber que cada error por muy pequeño que sea, significa humillación segura con agua en tu nariz y tu contrincante pateándote en el estomago.

“No hay tiempo de descanso” dice Eric Velázquez, director de relaciones del equipo.

Al ver a estos hombres me pongo a pensar que esto no es un deporte, es un ejercicio de supervivencia. Es algo que Lou Gossett Jr. le haría a Richard Gere solo para que sufriera.

Cuando el juego termina, y los jugadores (cada uno con hombros que podrían tapar el sol y sostener al mundo) comienzan a caminar hacia mí, lo único en lo que puedo pensar es que la idea de entrar en el agua con ellos es una muy tonta. Pero me encantan las ideas tontas, y además ya traigo mi traje. Y ¿Quién sabe? Tal vez si muero a las manos de Ryan Bailey, bolla de 1.98m y 113 kilos, mientras persigo la historia del waterpolo puede que exista cierta gloria para mí.

Pensamientos pasan por mi mente, como el hecho de que no me gustaría jugar a las damas con gente de este tamaño mucho menos waterpolo. Y me pregunto si me llegara a dar un calambre, les daría lastima y me ayudarían a salir o solamente me empujaran hacia abajo para darme una experiencia mas real.

 Lo próximo que se, estoy en el agua con cuatro jugadores del equipo, todos dando patada de bicicleta (una extraña patada circular, similar a sobar tu estomago mientras topas tu cabeza… en tres metros de agua). Ellos lo hacen de manera tranquila como si esperaran el camión, yo lo hago frenéticamente, como si estuviera esperando al salvavidas.

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