Prejuicios Y Creencias Docentes En La Función Orientadora
Enviado por ginnes • 5 de Julio de 2013 • 1.655 Palabras (7 Páginas) • 1.714 Visitas
Prejuicios y Creencias Docentes en la función orientadora
INTRODUCCION
Hoy día se busca en el docente un sujeto polivalente, que sea profesional competente, agente de cambio, practicante reflexivo, profesor investigador, intelectual crítico e intelectual transformador y orientador, que este al pendiente y siempre en actitud de servicio hacia sus educandos.
Por tanto se requieren docentes que desarrollen individuos integrales a partir de su rol orientador, debido que hoy en día se fomenta una educación activa y participativa, donde se tienen en cuenta las necesidades particulares de los alumnos, y donde el docente sirve como guía y acompañante del estudiante durante su proceso de aprendizaje. Asimismo, dentro de su rol está el de ser un formador que busca en sus estudiantes no sólo el desarrollo intelectual, sino que también se interesa por garantizar la protección, el cuidado, el aprendizaje intelectual y de valores que garanticen vínculos que favorezcan la sana convivencia en la sociedad en donde se desenvuelvan.
Es importante señalar que uno de los elementos claves dentro del rol de docente orientador es el auto concepto puesto que de la opinión que el docente tenga de sí mismo, dependerá la formación que y educación que ofrezca a sus educandos.
Por tal razón el presente trabajo está orientado a examinar el desempeño del docente como persona en la función orientadora
PREJUICIOS Y CREENCIAS DOCENTES EN LA FUNCIÓN ORIENTADORA
La orientación escolar es un proceso de ayuda continuo a todas las personas de la comunidad educativa, en todos sus aspectos, con una finalidad de prevención y potencialización, mediante programas de intervención educativa y de desarrollo social, basados en principios científicos y filosóficos. De este modo, la orientación escolar puede ser considerada como una ayuda continua que se ofrece a los estudiantes y demás actores educativos, en temas relacionaos con el estudio, la adaptación escolar y las circunstancias que obstruyan el óptimo desarrollo integral. Por esta razón, dentro de la labor docente se deben incluir espacios y funciones que permitan su desempeño como orientador.
No obstante el proceso de orientación dentro del sistema educativo, presenta muchas barreras originadas principalmente por los prejuicios y creencias de quienes ejercen la labor educativa, así se tiene entre los más destacados
La idea de que el docente tiene como única responsabilidad procurar al estudiante el dominio de conocimientos y habilidades, a través del proceso de enseñanza- aprendizaje sin involucrarse en el proceso de orientación.
El rol de orientador corresponde solamente a los pedagogos y sicopedagogos obviando que el ser orientador escolar no es un trabajo que sólo involucra al docente, sino que, por el contrario, es un trabajo que, en la búsqueda del éxito, involucra profesionales de distintas disciplinas, entre las que encontramos psicólogos, psicopedagogos, terapistas del lenguaje, entre otros. Éstos cumplen una labor en equipo para diagnosticar y proponer medios de intervención coherentes y adecuados en casos específicos, evidenciándose así el principio de interdisciplinariedad, el cual es uno de los cinco principios fundamentales de la orientación escolar.
Se considera además, que el docente funge como orientador solo en casos tácitos de mala conducta o deficiencias de aprendizaje, dejando de lado que es absolutamente necesaria la intervención del orientador antes que aparezcan situaciones específicas, que puedan empañar de forma negativa el desempeño y la formación integral de los actores educativos, y logren dejar huellas y consecuencias que detengan el máximo desarrollo de las potencialidades de los alumnos.
Otro de los prejuicios más comunes encontrados dentro del desempeño docente como persona en función orientadora, es la idea de que se puede tratar los casos de conductas únicamente dentro de los espacios del quehacer educativo, olvidando los factores externos en los que se desenvuelven los niños, fuera del marco escolar, entre los que podríamos mencionar la familia, la comunidad, la sociedad y el Estado, entre otros. Éstos también influyen en el desarrollo y la formación de los alumnos en sus diferentes áreas de conocimiento.
Es importante señalar que un orientador educativo, o docente orientador, no erradica conductas, sino que guía al estudiante en función de mejorar paulatinamente su comportamiento, puesto que debe proporcionar ayuda al educando, facilitar estrategias que coadyuven a la adquisición de hábitos positivos, que generen en el ser humano bienestar, armonía y calidad de vida. Actualmente, el sistema educativo venezolano requiere de un docente optimista, comprometido con el país que ejerza una praxis pedagógica que trascienda la transmisión de conocimiento y propicie un acompañamiento continuo del educando en su proceso de formación y en la atención de necesidades evolutivas, socio emocionales, morales y de aprendizaje a fin de desarrollar la función orientadora.
Se debe señalar además, que las creencias y prejuicios del docente en cuanto al manejo de una determinada conducta, son determinantes a la hora de éstos actuar dentro del proceso educativo, debido a que, en algunas oportunidades sus miedos o prejuicios se vuelven limitantes para atacar situaciones como la violencia escolar, el maltrato infantil, debido a que el docente prefiere mantenerse al margen para evitar ser amenazado por esta situación.
Se tiene así, que el docente cumple un rol orientador ineludible en el aula, puesto que en primera instancia la
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