Primera carta de relación de la justicia
Enviado por yukz01 • 7 de Marzo de 2014 • Ensayo • 2.608 Palabras (11 Páginas) • 317 Visitas
• Primera carta de relación de la justicia y regimiento de la Rica Villa de la Vera Cruz a la reina doña Juana y al emperador Carlos V, su hijo, firmada el 10 de julio de 1519.
La carta describe la expedición de Francisco Hernández de Córdoba, y la expedición de Juan de Grijalva como antecedentes a la expedición de Hernán Cortés, de la cual se describen los hechos ocurridos en Cuba, Cozumel, labatalla de Centla, y el arribo a San Juan de Ulúa.
En la carta se describen la flora y la fauna de las tierras visitadas, se reportan de forma destacada los sacrificios humanosque realizaban los nativos. Pero como punto principal se reporta la instauración del Cabildo de la Villa Rica de la Vera Cruz y el nombramiento de Hernán Cortés como "Capitán General y Justicia Mayor", se suplica al rey no otorgar el nombramiento de Adelantado o Gobernador al Teniente de Almirante Diego Velázquez de Cuéllar. La carta fue firmada por el concejo y llevada por Francisco de Montejo y Alonso Hernández Portocarrero al rey Carlos I, siendo el piloto de la embarcación Antón de Alaminos; al realizar una escala en la isla de Cuba, la noticia llegó a Diego Velázquez de Cuéllar quien denunció la rebeldía y desacato de Hernán Cortés.17 Junto a la carta se entregó el Quinto del Rey, además de las piezas de oro, plumas exóticas, y pieles se destacan dos libros mayas, el Códice Troano y el Códice Cortesano conocidos popularmente bajo el nombre de Códice de Madrid.
Segunda carta de relación de Hernán Cortés al emperador Carlos V, firmada en Segura de la Análisis:
Cortés es el primer cronista que relata la conquista de México (en cinco cartas escritas entre 1519 y 1526 dirigidas a Carlos I). La primera de ellas relata su llegada a las costas de México, luego de fundar Veracruz (1519). Cortés dirige activamente la conquista realizada en nombre del Rey de España. Su relata muestra cómo va sorteando los diversos obstáculos que se le presentan. Engrandece su figura con el fin de simpatizarle a su majestad y, así, conseguir títulos de nobleza, tierras, etc. Sus narraciones son muy objetivas.
El mismo Cortés es el protagonista de su historia, por lo cual el narrador es primera persona del singular. Su objetivo principal es resaltar su propia figura. Él es el arquetipo de conquistador español, que siente como deber servir a Dios y al emperador y llevar la verdad y la civilización (en su trato con los indios tiene que contraponerse a Cabeza de Vaca, tema que se trata más adelante). Adentrándonos un poco más en su figura podemos utilizar un fragmento de la Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, soldado suyo. Lo describe como un hombre alto y bien proporcionado dando en todo señales de gran señor, “… de muy afable condición en el trato con todos sus capitanes y compañeros…”, algo poeta, latino y elocuente, “… buen jinete y diestro en todas las armas…”, “… muy porfiado, en especial en la época de la guerra…”, algo jugador y “… con demasía dado a las mujeres…”. Era, por otra parte, hombre muy religioso (“Rezaba por las mañanas en unas horas e oía misa con devoción…”), limosnero, sumamente sufrido, el primero en trabajos y batallas, sumamente alerta y previsor.
El lenguaje en el que se expresa es formal, ya que él había estudiado en la Universidad de Salamanca. También es importante destacar el hecho de que, en sus cartas, se dirige al rey. Comienza su carta diciendo: “Enviada a su sacra majestad del emperador nuestro señor por el Capitán general de la Nueva España, llamado don Fernando Cortés…”. Antes de comenzar con su relato se dirige a él de la siguiente forma: “Muy alto y poderoso y muy católico príncipe, invictísimo emperador y señor nuestro”.
Los conquistadores veían a los indígenas como seres inferiores a ellos. Cortés no es la excepción. Esto está demostrado en el poco interés que mostraban en cuanto a su cultura debido a que tenían una visión de ella carente de verdadero valor cultural.
Debido a que se apartaba del mandato divino, los españoles la consideraron bárbara y hereje, Cortés ni siquiera se dedicó a aprender el idioma, de lo cual podemos deducir que el mismo no lo consideraba un gran valuarte cultural. Por otro lado, con la religión ocurre algo similar. Por no coincidir los dioses indígenas con los españoles, su religión fue considerada pagana, justificándose así, quizás, de la culturización religiosa que los extranjeros dieron al pueblo nativo.
Las descripciones que no realiza lo justifica por el mismo medio (es difícil encontrar descripciones culturales). Esto se explica porque él no va a aprender sus costumbres, su religión o incluso su idioma. El va a América a buscar oro y riquezas del lugar. Va a América porque es una misión. Sus descripciones, por lo tanto, están dirigidas a las cosas materiales que llaman su atención: las grandes ciudades, el brillo del oro y, también, se observan constantes comparaciones con España.
Como se aclaró anteriormente, Cortés estudió en la Universidad de Salamanca. Es por esto que se preciaba de sus conocimientos de latín, del romance, la historia. Todos estos son elementos que le permitían expresarse en forma poética, con soltura (a pesar de a quién está dirigida la carta) y con diversas estilos de escritura en sus cartas al rey.
Trata continuamente de destacar su figura. Al escribir en simultáneo con la conquista muestra cuestiones de podes (su poder), relata sus hazañas y al hacerlo es en primera persona singular, con un YO como protagonista. Se hace quedar a sí mismo como un héroe, como sujeto de todas las acciones: el mató, él conquistó, etc.
Comparación con Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España
Un factor clave para analizar es la relación que ambos, Cortés y Bernal, tienen con los indígenas.
Cortés presentaba una nueva visión de los indígenas que rompe con el molde del “buen salvaje” establecido por Colón. Gracias a su elocuencia, d una positiva descripción de su buena organización social, política y económica. Estos seres, dice, son dignos de ser conquistados. Bernal Díaz del Castillo, por su parte, realiza una clasificación más simple del indígena. Aunque a veces da a conocer algunas de sus virtudes, en su mayoría, los indígenas son los infieles que hay que convertir o matar en el buen nombre de la religión católica. Bernal Díaz crítica la división que existe entre los propios indígenas sobre quiénes apoyan a Moctezuma y quiénes quieren derrocarlo, a pesar de que esto contribuyo grandemente a la rápida caída de Moctezuma y su imperio. En este sentido, una de las pocas distinciones que él efectúa en la representación del indígena es la división entre los indígenas aliados y los
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