Proceso De Paz
Enviado por lichy2328 • 12 de Febrero de 2015 • 1.063 Palabras (5 Páginas) • 198 Visitas
ENSAYO SOBRE LA PAZ EN COLOMBIA
Se ha prestado en los medios más atención al discurso inicial de Iván Márquez en Oslo y a las posiciones políticas de extrema izquierda de las FARC –no solo previsibles sino atendibles desde la lógica negociadora y política- que a la carta de Salvatore Mancusodirigida al Presidente Santos y a las FARC-EP pero también al Pueblo de Colombia. El ‘silenzio-stampa’ del Palacio de Nariño no llama la atención habida cuenta que la discreción y la reserva evidenciadas por el Gobierno en las etapas preliminares de las conversaciones con las FARC no tiene porqué romperse en el caso de las Autodefensas. Por el lado de las FARC la disposición manifestada por uno de los principales líderes históricos supérstite de las desmovilizadas AUC a contar sus verdades en la Mesa de Paz no puede sino haber sido recibida en la delegación fariana con recatado beneplácito sabiendo que la estrategia paramilitar del Estado colombiano es uno de los temas gruesos –y más delicados- de la agenda acordada en La Habana.
Dicho esto, las especulaciones están a la orden del día y ha crecido el interés público por conocer qué piensan realmente las Autodefensas sobre su futuro –las ya desmovilizadas y las que nunca lo hicieron- y cuál es el juicio que les merece en Colombia y en los Estados Unidos, el Proceso de Paz con las FARC y el alcance que le ven. Si sobre la naturaleza del abrupto corte de las negociaciones con Uribe y la intempestiva extradición hay mucha tela para cortar, sobre las verdaderas razones que hicieron de las Autodefensas un actor relevante e insustituible del conflicto armado y las connotaciones militares pero también políticas que aconsejaron primero su movilización y a partir de 2002 su desmovilización la verdad verdadera sobre el fenómeno paramilitar está toda por conocerse. Y los puntos de la agenda de La Habana vienen como anillo al dedo no solo porque uno esperaría que el Presidente Santos tuviera como una de sus prioridades la desparamilitarización total y definitiva del Estado colombiano –de este a oeste, y de norte a sur- sino también dejar expuesto en la ‘urna de cristal’ cómo, de qué modo y con qué ‘políticas de Estado’ los Gobiernos de Colombia auspiciaron, promovieron y realizaron el involucramiento de la población civil –y también de sectores de la criminalidad y el narcotráfico- en la guerra antiguerrillera y antisubversiva.
Resultaría no solo inconducente para las finalidades de alcanzar la Paz integral y duradera sino a todas luces increíble –e insensato- que el Gobierno y las FARC celebraran un acuerdo de paz sin cerrar previamente –o paralelamente- el capítulo AUC, incluyendo en este capítulo el fenómeno paramilitar en su conjunto, y las AUC en particular, con las negociaciones de Ralito y los incumplimientos denunciados, destacando el estado actual y futuro de la situación jurídica y política de la totalidad de sus integrantes, y su participación en la implementación de los acuerdos de paz y el postconflicto.
En la guerra se nutre ciertamente el alma del combatiente de tragedias y la dialéctica inextricable de víctimas y victimarios destroza el corazón, mutila los cuerpos y cercena la vida, pero también se aprende hondamente
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