Prospectivas De La Formacion Docente En Mexico Durante El Siglo XXI
Enviado por erikadelrocio • 8 de Mayo de 2014 • 2.101 Palabras (9 Páginas) • 556 Visitas
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE DURANGO
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PLAN 1994
MODALIDAD SEMIESCOLARIZADO
PROFESIONALIZACION DOCENTE Y ESCUELA PÚBLICA EN MÉXICO
1940-1994
TRABAJO FINAL
PROSPECTIVA DE LA FORMACIÓN DOCENTE DURANTE EL SIGLO XXI EN MÉXICO
Introducción.
La era digital plantea nuevos retos a los procesos de formación docente porque en la medida que los procesos de formación inicial y permanente cambien en cuanto organización institucional más horizontal y menos vertical, con un currículum flexible de acuerdo a las características de sus usuarios en cuanto formas y estilos de aprendizaje; como espacios de aprendizaje no sólo del docente en formación, sino también como espacio donde los docentes formadores aprenden de y con sus estudiantes, se posibilita la construcción de espacios de interacción y aprendizaje en comunidad, presencial y virtual
Las instituciones de formación inicial y permanente de docentes1
Las Instituciones Formadoras y Actualizadoras de Docentes (IFAD) son instancias educativas formales encargadas de proporcionar y enriquecer teórico-metodológicamente la formación inicial y permanente del profesorado. Su organización y operatividad dependen de la Secretaría de Educación Pública; unas de la Dirección General de Normatividad para las Escuelas Normales, otras son subsedes de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y otras más de la Coordinación Estatal de Actualización del Maestro (CEAM) y del Centro de Actualización del Magisterio (CAM), con relativa autonomía en la propuesta de determinados programas de formación docente.
Con historias separadas inicialmente, obedeciendo a contextos específicos que les dieron origen y llamadas a compartir un proyecto de Estado en lo que respecta a la educación formal, ofrecen una diversidad de programas de formación inicial y permanente, en ocasiones de forma aislada, otras veces articuladas con la intención de resolver la problemática no sólo de la formación inicial y permanente de sus docentes (su eje central de existencia), sino de impactar en la escuela pública como consecuencia directa de sus programas dirigidos hacia los docentes en formación y en servicio, creando Especialidades, Diplomados, Licenciaturas y programas de Postgrado en Educación. Una de las características de los diversos niveles de formación propuestos por las Instituciones Formadoras y Actualizadoras de Docentes es la modalidad de programas de carácter presencial con poco uso de la tecnología telemática, intentando adaptar las NTIyC al modelo formal, normativo y rebasado curricularmente por otros escenarios educativos en cuanto al modo de socializar el conocimiento como lo representa la educación a distancia y programas de formación en y para el trabajo empresarial, cuya
flexibilidad es acorde a las necesidades de los sujetos, de la institución y a su realidad en el ámbito económico, político y cultural. (Marcelo; 2002)
En este contexto, la docencia y sus procesos institucionalizados de formación como profesión poseen problemas específicos diferentes a los de otras profesiones. Mientras las profesiones liberales se desarrollan en ambientes diferentes al de la docencia, donde sus relaciones laborales se establecen con base en sus saberes y su evolución, sin dependencia directa de alguna institución, con la docencia no sucede así, dependen del Estado para su formación y ejercicio laboral en un lugar bien definido: la escuela.
Las funciones sociales de la escuela y la formación docente cambian con la época según las ideas y modos culturales predominantes en cada sociedad (Bazdresch, 2002). En la actualidad, las nuevas formas de organización social y laboral menos jerárquica y más horizontal, los cambios de producción, gestión y distribución del conocimiento que se están generando fuera de los espacios escolares, hacen que se le soliciten nuevas funciones a la escuela y a las instituciones encargadas de la formación docente.
Los retos de la formación docente son diversos, pero se concentran en facilitar aprendizajes en los alumnos para la vida en el uso y manejo de un conocimiento cada vez más versátil en el campo social y laboral, sujetos con competencias para aprender por sí mismos en la práctica, la experiencia, el trabajo colaborativo y autogestivo en situaciones inéditas. Ya no se trata de formar en saberes, en conocimientos establecidos y adquiridos en espacios institucionalizados para una sociedad industrializada, sino la formación en competencias; de procesos cognitivos en el desarrollo de actitudes, de habilidades y destrezas hacia la búsqueda de información y de comunicación para el intercambio de ideas en el trabajo en equipo; en el aprendizaje para la aplicación del conocimiento en problemas y situaciones inéditas, con el uso de las innovaciones tecnológicas y de los procesos de interacciones humanas en lo que se le ha denominado como globalización de la cultura. (Bazdresch, 2002).
La versatilidad con el cual circula y se enriquece el conocimiento, su deslocalización, los nuevos entornos educativos apoyados en nuevas tecnologías, el surgimiento de nuevas y diversas profesiones, las competencias que se requieren para comprender los significados de la cultura que circulan en los sistemas mediáticos entre otros, son parte de los cambios que se están creando en el ámbito global. Las nuevas demandas sociales que generan estos cambios no son sólo hacia la escuela, sino a las instituciones formadoras y actualizadoras de docentes y al sistema educativo en general.
La diversidad de planteamientos teóricos que postulan un ejercicio profesional docente diferenciado de los modelos centrados en la enseñanza de la cultura, pareciera hacerla ver como una actividad compleja y poco confiable en concretizarse por la forma en que están organizadas las IFAD. Sin embargo, al igual que otras profesiones han ido evolucionando acorde a la realidad de su campo de acción, la docencia como profesión también ha incorporado elementos teórico-metodológicos en su proceso de formación inicial y permanente sin que necesariamente y de manera directa, transformen el acto educativo.
Sobre esta base se plantea cómo relacionar los procesos de formación inicial y permanente con los nuevos entornos educativos externos al ámbito escolar y las nuevas y constantes demandas sociales hacia
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