Protagonismo del Niño y Niña

Protagonismo del Niño y Niña

Una condición básica para que un niño o niña adquiera aprendizajes significativos es que pueda ser protagonista de sus aprendizajes, esto es, que pueda participar activamente en la construcción de ellos, en vez de recibirlos pasivamente sin involucrarse; sólo en esa medida el niño o niña podrá darle un significado y sentido personal a lo que está aprendiendo.

Para que esto ocurra es necesario que, por una parte, el niño o niña pueda relacionar el aprendizaje que se le está presentando, con sus experiencias, intereses y conocimientos previos y, por otra, que le signifique un desafío, es decir, sea atractivo, nuevo y le presente un problema a resolver. Es necesario sí que este problema sea superable por el niño o niña, es decir, que le signifique una exigencia posible de cumplir, con la mediación del adulto.

El rol protagónico del niño y niña significa, entonces, involucrarse activa e integralmente en la experiencia de aprender, pensando (cognitivo), sintiendo (afectivo), y actuando (motor) según sus características personales, y a partir de la mediación del educador.

En este sentido es necesario tener claro que el protagonismo del niño y la niña no es sinónimo de actividad motora, sino que de movilización o cambio interno (en las .estructuras de conocimiento.), que puede ir o no acompañada de movimientos externos. También tenemos que tener cuidado de no confundir protagonismo con .activismo., es decir, pensar que los niños y niñas son más protagónicos mientras más actividades desarrollan. Las actividades serán positivas para los niños y niñas en la medida que sean significativas para ellos y tengan un sentido dentro de la experiencia que están vivenciando.

Si bien hay aprendizajes que el niño o niña puede realizar sólo (por ejemplo: explorar con la vista o con sus manos algunos objetos), la gran mayoría de los aprendizajes se realiza a partir de la interacción con otros. Para esto es clave la mediación, que no es otra cosa que la guía y acompañamiento que hace una persona en el proceso de aprendizaje de otra, con la intencionalidad clara de generar un aprendizaje específico.

La mediadora tiene la convicción de que:

- los niños y niñas tienen una gran capacidad de aprendizaje.

- el punto de partida del aprendizaje es lo que los niños y niñas hacen, saben y sienten en un momento determinado.

- el aprendizaje no tiene techo; tiene punto de partida pero su llegada se puede extender cada vez más.

- los niños y niñas pueden aprender mucho más si cuentan con su afecto y compañía.

En la situación de aprendizaje, la agente educativa (mediadora) prepara y desarrolla una experiencia con el grupo, con la intencionalidad de producir un aprendizaje determinado, teniendo claro que para que éste se produzca debe promover un rol protagónico de los niños y niñas en el proceso.

La

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