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La transición española como muchos de vosotros queridos lectores sabéis constituyo uno de los momentos más importantes en cuanto a reformas políticas, sociales y económicas que el actual Estado Español vivo durante esos momentos de incertidumbre política.

Hacia 1972 el General Franco ya contaba con 80 años y deja la Presidencia del Gobierno al Almirante Carrero Blanco, que posteriormente sería asesinado por la banda ETA, a finales de 1973. Tras la muerte de este, Carlos Arias Navarro sucede en el puesto a Carrero Blanco. Por aquella época y más aún tras la cesión del dictador de la Presidencia del Gobierno del dictador, el franquismo comienza a dar sus últimos coletazos. El poder real residía ya desde los años 60 a manos del Opus Dei (obra de dios), ocupando así lugares de mando en el país. Tras la muerte como decíamos antes de Carrero Blanco, y por decisión de la familia Franco, Arias Navarro, antiguo director de la seguridad nacional y ya ministro de

Gobernación toma las riendas de la Presidencia.

Con ideas aperturistas, se encuentra en una disyuntiva bastante preocupante, por un lado las ideas aperturistas, que consisten en reformar las Leyes Fundamentales (Constitución Franquista) y las de los propios reformistas del régimen actual, no hacen mucha gracia a los antiguos integristas del régimen, tampoco regresar a los años cuarenta. Pero tampoco agrada el Gobierno de Arias a la oposición democrática, evidentemente puesto que no sólo no es democrático, sino que además, en su discurso del 24 de junio de 1975, define una trinidad de principios inmutable, en donde se excluye radicalmente al comunismo, se reafirman las ideas de unidad nacional y se reconoce la formación monárquica del Estado. Cabria destacar en palabras de Diego López Garrido, “el Consejo de Ministros era un apéndice de Franco”, ya que no se adoptaba una decisión colectiva opuesta a una decisión

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