Que Es El Diseño
Enviado por • 12 de Enero de 2015 • 1.818 Palabras (8 Páginas) • 167 Visitas
1 INTRODUCCIÓN: Qué es el Diseño
Diseñar es un acto humano fundamental: diseñamos toda vez que hacemos algo por una razón definida. Ello significa que casi todas nuestras actividades tienen algo de diseño: lavar platos, lle var una contabilidad o pintar un cuadro.
Sin embargo, al titular este libro Fundamentos del Diseño, uti lizo el término en un sentido especial. Me refiero a lo que ya he mos dicho al respecto y a algo más. Ciertas acciones son no sólo intencionales, sino que terminan por crear algo nuevo, es decir, son creadoras. Tenemos ya, pues, una definición formal: diseño es toda acción creadora que cumple su finalidad. Ahora bien, las de finiciones formales son muy engañosas. La que hemos ofrecido pa rece explicar algo, pero, en realidad, sólo nos plantea dos proble mas: (1) ¿Cómo distinguimos un acto creador? y (2) ¿Cómo es tablecemos si logra su finalidad o no? Debemos comprender am bas cuestiones antes de saber qué es el diseño.
Es claro que, en cierto sentido, las comprendemos. (Ya dije que la mayoría de nuestras acciones implican algo de diseño). Las com prendemos en la misma forma en que el burgués gentilhombre de Moliere entendía la prosa hablada. Las comprendemos, simplemen te, y formamos nuestras opiniones por pura intuición. Y éste es un hecho muy importante. En el diseño, la comprensión intelectual no llega muy lejos sin el apoyo del sentimiento. Por otra parte, si as piramos a sacar algún provecho de nuestro estudio, es necesario que podamos no sólo hablar de las cosas sino también sentirías.
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L A CREACIÓN SATISFACE LAS NECESIDADES HUMANAS
Bien, pues, ¿cómo distinguimos un acto creador? Como dije an tes, produce algo nuevo. Pero con ello sólo hemos resuelto un as pecto superficial del problema. La creación no existe en el vacío, forma parte de un esquema humano, personal y social. Hacemos algo porque lo necesitamos, esto es, si somos creadores. Es ésta la única elección que cabe en la vida: o limitamos nuestros deseos y necesidades para adaptarnos a lo que las circunstancias nos ofre cen, o bien utilizamos toda nuestra imaginación, conocimiento y habilidad para crear algo que responda a dichas necesidades. Co mo individuos, hacemos tal elección en forma independiente, y, como grupo social, en conjunto. Todo lo que usamos —ropas, casas, ciudades, carreteras, herramientas, maquinarias, etc.— se in ventó para llenar alguna necesidad.
Hasta ahora, no me he referido más que a nuestras necesidades materiales, pero ellas no son las únicas. Deseamos, además, mu chísimas "cosas": felicidad, alegría y afecto, por ejemplo. Nuestras necesidades son de orden espiritual y emocional tanto como ma terial. ¿Y qué tiene que ver la creación con este tipo de necesi dad? Supongamos que contemplamos uno de esos objetos útiles a que acabo de referirme, por ejemplo, un jarrón griego. Es proba ble que ¡o consideremos una pieza de museo y olvidemos que alguna vez resultó útil, pero así fué. Se diseñaban jarrones de dis tintas formas para usos tan variados como beber vino y contener las cenizas funerarias. La fabricación y la venta de cerámica cons tituyeron una importante industria ateniense, la base de la econo-
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mía de la ciudad. La creación de jarrones satisfacía dos tipos muy materiales de necesidad. Uno era utilitario: los usos a que se des tinaban. El otro era económico: trabajo productivo para muchos artesanos, mercaderes, marinos y productos que podían venderse en todo el mundo del Mediterráneo a cambio de otros que Atenas necesitaba.
Pero, ¿por qué había tal demanda de esos jarrones, y por qué sigue habiéndola en nuestros museos? Simplemente porque, por en cima de su utilidad, fué y sigue siendo un placer contemplarlos. Relataban historias con humor, ingenio y elegancia; se los fabricaba con inconfundible amor y satisfacción tanto como con arcilla. Sólo en forma incidental cumplieron tan acabadamente su función socio económica, y ello porque eran físicamente útiles. La mayor parte de su valor radica en que respondieron a necesidades que no eran materiales. Ya no los "usamos", pero aún satisfacen en nosotros una necesidad humana fundamental, común a todas las épocas de la historia. Preferiría no llamarla necesidad de belleza, porque esta palabra se ha tornado equívoca. Digamos, en cambio, que se.trata de una necesidad de encontrar alegría y honestidad en nuestras tareas y en el producto del trabajo ajeno.
Función y Expresión
Crear significa hacer algo nuevo a causa de alguna necesidad humana: personal o de origen social. Al referirme a las necesida des, puedo haber dado la impresión de que existe una clara divi sión entre las llamadas materiales y las que denominamos no ma teriales. Lo que hemos visto con respecto a la cerámica griega de muestra que tal simplificación es falsa. Las necesidades humanas son siempre complejas. Todas ellas presentan dos aspectos: uno funcional (entiendo por función el uso específico a que se destina una cosa), y otro expresivo. La importancia relativa de ambos as pectos, función y expresión, varía según las necesidades.
Tomemos dos casos extremos: si un físico nuclear necesita un instrumento para medir la radiactividad, al diseñarlo tendrá espe cialmente en cuenta la función; si un artista se dispone a pintar un cuadro, pensará probablemente en la expresión. Los cuadros constituyen un tipo de transformación simbólica de la experiencia. A riesgo de exagerar la metáfora, podemos decir que representan un lenguaje visual con el que podemos manifestar verdades acerca
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