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Qué es Brujería


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2021  •  Tarea  •  751 Palabras (4 Páginas)  •  124 Visitas

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 Qué es Brujería:

La brujería es el arte de invocar espíritus para cualquier fin. La brujería es asociada con las artes mágicas, ritualísticas y eventos paranormales.

La palabra brujería deriva de bruja, que se refiere a la mujer que practica ritos y actividades consideradas mágicas o inexplicables. La brujería se usaba para designar a aquellas personas, especialmente mujeres, que se creía que tenían poderes para invocar al diablo. El demonio es figura clave y fundamental, sin él no hay brujería

Las brujas y los practicantes de brujería eran condenados a muerte en Europa hasta el siglo XVIII.

La brujería era celebrada en reuniones de brujas que supuestamente invocaban al demonio. Estas reuniones eran llamadas aquelarres. En ellas, se celebraban ritos paganos que se cree que incluían la práctica de hechicería y creación de pócimas.

Toda brujería se caracteriza por el uso de las creencias y ritos para la creación de hechizos y pócimas. Se divide en dos grandes grupos, según la naturaleza de la intención:

  • Brujería blanca: son prácticas que incluyen hechizos que no tienen finalidad de hacer daño.
  • Brujería negra: se consideran ritos que tienen malas intenciones y buscan afectar a otra persona negativamente.

Tanto la brujería blanca como la negra están asociadas a la práctica de magia.

La magia es a nivel espiritual y personal, se utiliza y se ponen en movimiento las fuerzas espirituales disponibles en el Universo y las propias que se posean como por ejemplo un don, o el uso de las Leyes Universales, el don de sanar, clarividencia, clariaudiencia, así como el mentalismo que consiste en focalizar la mente en una situación que se quiera lograr.

Tradicionalmente, se distinguen diversas tradiciones de supuesta magia, dependiendo de su naturaleza y de la consideración moral o ética de sus acciones. Así, por ejemplo, se suele hablar de magia “blanca” cuando sus fines son bienintencionados, y de magia “negra” en el caso totalmente contrario. Similarmente, pueden diferenciarse las siguientes “formas” mágicas:

  • La adivinación. Como su nombre sugiere, se trata de la magia que sirve para predecir el futuro o ver aquello que de ordinario no puede verse. Su símbolo tradicional es la bola de cristal: un artefacto en el que supuestamente podían verse las imágenes del futuro, o de lo que ocurría en otro lugar del mundo. También es usual el uso de cartas (como el tarot), la lectura de la palma de la mano y otros supuestos métodos que interpretan las pistas del futuro en el presente.
  • La necromancia. Se trata de la magia que lidia con los muertos y el mundo de los difuntos, ya sea reviviendo personas, invocando espíritus, o llevando a cabo ritos que requieren de partes de cadáveres. Se la asocia a los muertos vivientes, la pestilencia, la brujería y las artes del demonio.
  • La piromancia. Se llama así a la magia del fuego: aquella que supuestamente dominan quienes establecen un pacto con dicho elemento, para someterlo al manejo de su voluntad. Los piromantes no sólo podían -supuestamente- dar órdenes al fuego, sino también generarlo espontáneamente.
  • La magia sexual. Partiendo de la consideración del sexo como una práctica sagrada y poderosa, esta tradición atribuye capacidades mágicas a los fluidos del cuerpo, a ciertas posturas o prácticas eróticas, y aspiraba a provocar el enamoramiento y la pasión a voluntad entre los seres humanos.
  • La invocación. En este tipo de prácticas mágicas se acude a rituales para convocar o atraer al plano real a entidades demoníacas, sobrenaturales o místicas, que de otro modo no podrían interferir en la realidad. A cambio de ello, o justamente como condición para dejarlos volver a su plano usual, los invocadores solían pedir favores o exigir el uso de sus poderes. Una versión antigua y oriental de ello es la que imagina al genio atrapado en una lámpara mágica, que concederá tres deseos a quien lo libere.
  • La taumaturgia. Comprendida como la magia que transforma o crea la materia. Los taumaturgos podían convertir unos materiales en otros a voluntad, o hacerlos aparecer de la nada, y también podían conferir ciertos dones a objetos determinados, como reliquias. Es el caso del supuesto cáliz santo, que purificaba de inmediato todo aquello que se vertiera en él.
  • El mal de ojo. Una de las formas más populares y comunes de magia, que consiste en la posibilidad de embrujar al otro o hacerle daño con tan sólo mirarlo, especialmente cuando es fruto de la envidia. Para ello, se suele (todavía hoy) emplear amuletos de protección como el azabache o la semilla de la peonía, especialmente en los niños recién nacidos.

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