RESUMEN.- CAPÍTULO 5 "La Impronta Estética Del Mundo Moderno"

El incremento de lo estético en el siglo XVII es uno de los rasgos del desarrollo de los tiempos modernos a tal punto que se podría denominar a la modernidad como estética, y asi el arte va dejando de tener asignada de forma exclusiva y jerárquica la función de producción de imágenes como se había establecido desde el siglo XV.

1. Crisis del academicismo artístico.

En el siglo XIX hubo una crisis que marcó el inicio del arte en nuestro tiempo en base al estancamiento del academicismo provocado por la ampliación institucional de las artes.

Las academias originaron otra forma de ventas de arte que fue catalogada como “exposiciones”, las cuales era públicas. Y la academia se convertía en mediador entre el artista y el público, de este modo desaparece la relación personal que antes se mantenía con el cliente y el artista.

El artista dejó de realizar sus obras en base a las especificaciones del cliente y a partir del siglo XVIII comenzó a invertir esta relación, creaba sus obras sin pedido previo, y una vez sus obras ya terminadas buscaba clientes. Y con esto el artista no deja a un lado los gustos sociales y hace que sus obras de arte ya terminadas sean cada vez más dinámicas y que no haya ningún cambio en el momento de su elaboración.

El artista crea para sí mismo y para la humanidad en abstracto. Fue así como se fueron creando los museos, siendo el de Louvre el primero, para que las obras de arte sean accesibles a un público más amplio e ilustrado.

Se toma dos ideas clave de la estética romántica: la crisis de la noción de la obra como un organismo completo o acabado y la afirmación de la libertad creativa sin límites del artista; convirtiéndose en los síntomas principales de la aparición de un nuevo clima para las artes y del irremisible final del sistema normativo de las academias.

Las vanguardias y al arte nuevo

Siendo vanguardia un término de origen militar, se toma para dar a entender a ese arte como primero en la línea de combate de toda la humanidad por su progreso; creando un compromiso estético del arte con el tiempo presente, con la actualidad y a través de ello con el conjunto de la humanidad.

Para Rimbaud, poeta francés, resuena la utopía del cambio del ser humano a través de la educación estética, siendo los artistas los sujetos fundamentales de este proceso. Formando dos aspectos que asociarán al artista con los fines y objetivos de la vanguardia; la idea de combate, la acción del poeta conlleva una lucha; y la idea de lo nuevo, hay que llegar hasta el fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo. Haciendo, del artista y su obra, un compromiso con la verdad y el bien, con el destino de la humanidad, asumiendo que su actividad creativa pueda “mejorar al mundo”; planteando “la necesidad de proyectar, de garantizarse a sí y a los otros respecto a un destino que ya no es providencia”.

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