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Reforma Educativa Cancelada y Educar Ahora


Enviado por   •  25 de Marzo de 2019  •  Ensayo  •  2.617 Palabras (11 Páginas)  •  148 Visitas

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Reforma Educativa Cancelada y Educar Ahora.

Dr. Rogelio Raya Morales

Integrante de Foro de Análisis Político y Social

Morelia Mich., México, marzo 2018

La coyuntura constituida por un proceso electoral sumamente competido y con la presencia de elementos, antes casi inconcebibles, como lo es el acercamiento de un presidente en funciones que alcanza cifras de aceptación que ya rebasó, en algunas encuestas, el 80%, así como la nueva ola de resistencia a lo que se insiste en llamar reforma educativa, abre nuevamente, y con mayor intensidad, la discusión sobre el futuro de la educación.

Por un lado, sólo se insiste en sobrevalorar la llamada oficialmente reforma educativa (con todo y su modelo educativo) por los grupos de poder que la impusieron a raja tabla y sin consenso en el pasado gobierno y, por otro, se insiste en que ésta debe ser cancelada por la casi totalidad de la comunidad magisterial y por muchos sectores sociales. Y cancelar, en esta visión, desde luego no significa eliminar o marginar la necesidad de una reforma educativa, sino imponer la necesidad de un planteamiento que debe ir al origen mismo de toda transformación educativa. Se tiene que comenzar por el principio. Es decir, definir qué connotación adquiere en estos tiempos la actividad social de educar y la definición de un proceso incluyente en la conformación de la propuesta de reforma educativa.

Y esto es así, porque la famosa y no aceptada, por la inmensa mayoría de los docentes, reforma educativa contiene un elemento de inicio equivocado. No se supo, en su momento y, aún ahora, no se sabe cómo articularla con las necesidades de nuestra sociedad actual. Reformar o transformar la educación en nuestro país significa, primero, contar con un proyecto educativo que, a su vez, sea parte coherente de un proyecto de nación.

Un proyecto educativo es un documento que debe recoger lo que la sociedad espera de la educación en un momento histórico determinado, que identifique sus necesidades y que ubique recursos y potencialidades, armonizándolos de tal manera que los objetivos alcanzados en un momento, sean la base para objetivos de mayor trascendencia en un siguiente momento.

Por ello, la elaboración de este proyecto educativo debe hacerse desde la perspectiva teórica y desde los elementos que fundamenten el tipo de país o sociedad a la que se aspire y con los instrumentos técnicos suficientes y pertinentes, si queremos que, realmente, sea una guía en la construcción del nuevo modelo educativo y que contribuya a transformar la vida social y cultural de la población mexicana, a través de la generación de valores y de la adquisición de aptitudes para el trabajo y para la vida misma. El proyecto educativo sólo puede existir en función del proyecto de país.

Se puede afirmar que la educación, que fue considerada durante mucho tiempo como un instrumento que podría coadyuvar al desarrollo social, lejos de cumplir con este objetivo, se convirtió en una actividad problemática en sí misma. Y no sólo hablamos de una problemática pedagógica, filosófica, sociológica, etc., inherente a la educación, sino de una problemática que se ha tornado extra educativa, por las muchas conexiones con otros problemas sociales y con otros actores sociales.

Contar con un proyecto educativo requiere acercarse, no mínimamente, sino de forma profunda e inteligente a las definiciones que tienen que ver con el sentido social de la educación. El propio significado de educar, en este momento, que pareciera obvio, no se encuentra en el discurso oficial. Éste tiene que ser construido colectivamente porque es el punto de partida de toda construcción de propuesta educativa. En otro momento analizaremos aspectos puntuales de la mal llamada reforma educativa.

Educar, en el contexto de nuestra realidad actual, se vuelve una condición de vida. Es decir, educar no sólo para mejorar y enriquecer nuestra existencia, sino como imperativo de subsistencia de nuestro entramado social. Educar para buscar al individuo integro, ahora, es nuestra obligación, nuestro compromiso y nuestra mayor necesidad social.

Educar, ahora, tiene que ver con buscar el mejoramiento de las condiciones de vida de una parte importante de nuestra población que se encuentra en pobreza y pobreza extrema y es, ahora, más que nunca, una condición para alcanzar una vida digna y decorosa y la convivencia pacífica a la que aspiramos todos los mexicanos.

Educar, ahora, es ponerle rumbo certero no sólo a los procesos que entrañan adquisición de conocimientos, sino, centralmente a los procesos de formación valórica y espiritual de nuestros niños y jóvenes para que sean, en su momento, ciudadanos de la vida, vivificados con la savia de la madre naturaleza a la que nos debemos.

Educar, ahora, es contar con un proyecto educativo que requiere de conocimiento profundo de la situación de la educación en todos los rincones del país, de sensibilidad sobre la importancia de la educación para el desarrollo humano, de compromiso político y capacidad para construir acuerdos, objetivos y metas claras. Todo proyecto educativo, así debe entenderse, es siempre una decisión consensuada. Ninguna iniciativa de reforma educativa tiene futuro si no cuenta con la aceptación, el entendimiento y la participación del maestro en su elaboración.

Educar, ahora, es comprender que, si bien parte importante del proceso educativo es formar a los sujetos con todo aquello que pueda aplicarse en la producción de bienes y servicios, como una manera de garantizar la reproducción material de la sociedad, es también indiscutible que, reducir a ese sólo componente la educación, conlleva a implantar sistemas deshumanizados o caracterizados por lo que Habermas llama, guiar la conducta humana sólo con la ‘razón instrumental’, que es una forma de someternos al sistema moderno de consumismo material, el cual provoca comportamientos egoístas, que son la base del rompimiento del tejido social y del soporte de situaciones sociales caracterizadas por la desigualdad social, la antidemocracia y la injusticia.

Educar, ahora, es formar en valores, formar hombres y mujeres solidarias y conscientes de su papel en un funcionamiento diferente de la sociedad. Este es y debe ser el verdadero compromiso de los centros de educación en todos sus niveles. Pero formar para el intercambio de productos con la naturaleza, es decir, para los procesos de producción es condición para sostener niveles materiales de vida dignos y es humanizar la convivencia social. Mientras no se resuelva el asunto de la vida material, de las necesidades cotidianas, no se podrá hablar de humanización.

Deshumanización y pobreza material llevan a Savater a plantear que “La buena educación es la lucha contra la fatalidad, esa fatalidad que

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