Reforma Hacendaria
Enviado por ruthfm • 28 de Octubre de 2013 • 1.774 Palabras (8 Páginas) • 338 Visitas
REFORMA HACENDARIA
En el ámbito político se habla de la inminencia de una reforma fiscal integral. Desde la presentación del Pacto por México el 2 de diciembre del año pasado, se colocó a la reforma fiscal como uno de sus ejes principales y como parte de la agenda legislativa para el siguiente periodo de sesiones.
En sus compromisos 69 a 73, el Pacto propone una reforma hacendaria que revierta la evasión fiscal y logre una recaudación más eficiente (Ver cuadro 1).
En los últimos dos sexenios no se ha concretado una reforma integral, en gran medida debido a la división entre el poder ejecutivo y el legislativo, y a que no existía una mayoría parlamentaria que pudiera impulsar las reformas y que tuviera el suficiente oficio político para negociar con las demás fuerzas políticas.
Como resultado, las llamadas reformas fiscales han sido cambios en la ley de ingresos y el presupuesto de egresos. En dos palabras, es una –miscelánea fiscal, que no atiende los dos puntos mínimos para incrementar los recursos gubernamentales y para cambiar progresivamente la dependencia a los recursos petroleros. Estos dos elementos son la ampliación de la base gravable y una distribución equitativa del presupuesto que se oriente a satisfacer las necesidades mínimas de los mexicanos. La propuesta de reforma hacendaria presentada por el gobierno federal no es un tema menor ni sencillo: aumentar impuestos o proponer algunos nuevos nunca ha sido ni será popular. Basta con ver los diversos intentos que en años recientes se han realizado en México para llevar a cabo reformas fiscales y el éxito obtenido en términos de recaudación. Es verdad que nuestro país recauda poco, de ahí que se necesitan mayores ingresos, pues no hay política pública sin recursos y actualmente el gasto del gobierno es superior a los ingresos. Lo anterior, aunque no es grave hasta ahora, dista mucho de ser una situación deseable, sobre todo si se da de manera constante y recurrente.
La decisión de no cobrar el IVA a alimentos y medicinas: el IVA es un impuesto regresivo que afecta en mayor medida los ingresos de las personas con menores recursos. Según datos de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la desigualdad en México medida por el índice de GINI, una medida desconcentración del ingreso, la cual toma valores entre cero y uno, es prácticamente idéntica antes y después de considerar el impacto de la política fiscal (impuestos y transferencias del gasto público) en el ingreso disponible de los hogares. Esto refleja que la política fiscal no ha servido como instrumento efectivo para disminuir la desigualdad en el país. Me parece que esto se debe, en gran parte, a la baja calidad del gasto público y la corrupción, pero también a que tenemos un sistema impositivo regresivo. Se ha establecido la idea de que, aunque el IVA es regresivo, quienes resultan afectados por este impuesto pueden ser compensados a través del gasto público. El IVA en sí mismo no es malo, y en sentido de eficiencia económica menos; pero en un contexto de gasto público que no contribuye para disminuir la desigualdad, no es la mejor medida. En un mundo ideal (menos corrupto, con menos desviaciones del gasto público y con más igualdad) el IVA funcionaría mejor. Eliminar la consolidación fiscal: este régimen es complicado, incluso para los especialistas que se dedican a estudiarlo y aplicarlo. Se trata, en términos muy simplistas, de una facilitación administrativa para los grandes grupos empresariales, al grado que, por ejemplo, a un grupo que tiene 100 empresas se le permite pagar en conjunto el impuesto de todas las empresas, en lugar de que las 100 empresas paguen cada una en lo individual. Cobrar una tasa de 10% a las ganancias de capital en la Bolsa: si una empresa vende sus acciones en la Bolsa tiene una ganancia de capital. Actualmente estas transacciones no tienen que pagar impuestos. El principal objetivo de este impuesto es hacer más progresivo el sistema, ya que el 90% de los ingresos por ganancias de capital por venta de acciones en bolsa corresponden al grupo de mayores ingresos (el déficit más alto). El potencial recaudatorio de este impuesto dependerá del volumen de transacciones que se lleven a cabo año con año. Según datos de la Secretaría de Hacienda, se espera que con esta reforma hacendaria la recaudación tributaria aumente en 3 puntos del PIB para el año 2018. Es decir, que pasemos de 10% del PIB a 13% (sin incluir ingresos petroleros). Aunque esta cifra no es despreciable, en el contexto de incertidumbre respecto a la reforma, generamos, quizá ingenuamente, expectativas más grandes. Algunos especialistas habían sugerido que para cumplir con todos los compromisos del Pacto por México se necesitaba al menos aumentar la recaudación entre 7 y 10 puntos del PIB. Así que esperábamos una reforma más ambiciosa, con un efecto recaudatorio aún mayor.
Eliminar la exención del IVA la enajenación de casa habitación y los intereses de créditos hipotecarios. A reserva de no contar con un análisis de incidencia que aclare sobre quién recae mayormente el peso de esta carga tributaria, en principio no distingue entre ingresos medios e ingresos muy altos. Esta medida afecta más a los ingresos medios pues para estos hogares el peso de los intereses hipotecarios representa una carga mayor que para un hogar con ingresos más altos. En suma, afecta a contribuyentes ya cautivos, que si bien no son hogares de bajos recursos tampoco son
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