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RELACIONES CON LAS PRÁCTICAS PEDAGÓGICCAS

Durante mis prácticas pedagógicas, en las que pude entrar en contacto con la realidad educativa actual, además de llevar a la práctica los conocimientos, observé diferentes situaciones en los recreos que me llevaron inconcientemente a recordar aquellas épocas en las que yo participaba de una manera distinta de los mismos.

Esas situaciones, si bien fueron diferentes de acuerdo a las distintas instituciones, por lo general contaban con un factor común: Los Juegos Populares-Tradicionales tristemente han sido olvidados o escasamente utilizados.

Esto me llevó a investigar acerca de este tema y a indagar en los distintos factores que influyen para que esto suceda.

Un hecho importante por resaltar, resultado de las observaciones realizadas, es la gran diferencia que existe entre las instituciones públicas y la institución privada en las que realicé las distintas experiencias pedagógicas, ésta diferencia radica en el modo en que se desarrollan los recreos. En las instituciones públicas los niños participan con mayor asiduidad en juegos populares tradicionales, aunque éstos, en su variedad, resultan escasos; los más jugados son: la bolita, la mancha y la ronda. En cambio, en la institución privada pude observar que los niños, prácticamente no juegan, la actividad que generalmente realizan es la de reunirse en grupos a charlar acerca de los temas que les interesan: los niños, hablan acerca de programas de televisión, juegos de computadoras o sus actividades extra curriculares y las niñas, en su mayoría, hablan acerca de programas de televisión y realizan juegos de imitación relacionados con éstos.

A continuación detallaré experiencias específicas vivenciadas, en las cuales, luego de haberme dado cuenta de las situaciones anteriormente expuestas, pude aportar mi granito de arena para revertir de algún modo dicha situación, aunque conciente de que mi aporte pudo no haber persistido en el tiempo:

Experiencia Nº 1: Durante el desarrollo de mis ayudantías pedagógicas que realice en la Escuela Nº 21 pude observar que los niños del 1º ciclo generalmente jugaban a la bolita o a la mancha, mientras que las niñas jugaban a la ronda o al huevo podrido. En cuanto a los niños del 2º ciclo las pocas veces que pude compartir con ellos, ya que no tenían los mismos horarios, pude observar que jugaban a la pelota y las niñas a la mancha.

Tengo que resaltar que las docentes no les permitían a los niños que realicen juegos muy dinámicos ya que les hacía transpirar.

En una oportunidad, durante un recreo un grupo de mis alumnitos del 1º grado se acercaron a pedirme que juegue con ellos a algo, porque estaban aburridas y querían jugar a algo nuevo. Luego de que me contaran a qué sabían jugar, les propuse jugar a la “Buenos días, su señoría” ya que éramos muchos. Al comenzar a jugar niños de otros grados pidieron para jugar, pero algunos de mis alumnitos no querían y decían que como pertenecían a otros grados no iban a jugar, es así que les hable y explique que no debían ser egoístas, que entre todos podíamos jugar y que resultaría más divertido. Es así que se unieron al juego. A partir de ese día pude compartir con ellos muchos otros juegos, enseñándoles los que no conocían, como ser: Al gato y al ratón, Don Juan de la casa blanca y juegos con las palmas.

Experiencia Nº 2: En el período de mi residencia en la Escuela Rural Nº 622 Jornada Completa, me llamó mucho la atención como los niños participaban en diferentes juegos populares-tradicionales en los recreos, como ser a la soga, al huevo podrido, al elástico y capichúa; y lo hacían entre compañeros de distintos grados.

Al ver que los niños jugaban les pedí permiso para jugar con ellos y durante el mismo

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