Relato
Enviado por sharain27 • 7 de Julio de 2013 • Informe • 2.430 Palabras (10 Páginas) • 281 Visitas
-¡Rayos! Tengo tanto sueño, quisiera no ir a trabajar, pienso mientras los débiles rayos del sol se asoman sobre mi ventana y pensar que aun quisiera seguir enrollada en mi cama…
Mientras mi celular revolotea vibrando a lado de mi almohada, pido permiso a un ojo para abrir el otro, tratando de encontrar el botón para apagar la alarma y al fin poderme levantar.
Son las 6:00 am y mi cuerpo aun cálido por la sabana, solicita permiso para seguir en descanso al menos 10 minutos más y entonces es cuando digo a mi misma – ok, solo serán unos minutos…
Me giro un poco reclamando silencio a ese molesto mosquito que decide posarse en el lóbulo de mi oreja derecha, me vuelvo a acurrucar saboreando la suavidad de mi cama y es justo ahí donde pienso - ¿Qué no ha sonado ya la alarma?
Abro mis ojos inmediatamente buscando mi celular perdido entre la sabana mientras suplico -¡por favor que no sea tarde!- y justo al encontrarlo me siento como si descendiera rápidamente de una montaña rusa gritando -¡demonios! Me quedé dormida…
Pego un salto enorme de la cama mientras busco mi toalla para darme un baño, faltando solamente diez minutos para las siete, corro como una loca hacia el baño y tropiezo con la alfombra del cuarto, me levanto torpemente e imagino el trafico que enorme que debe haber ahí afuera, así que solo me toca optar por lo mas rápido, dejar la ducha para mas tarde.
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Son justo las 7:40 am cuando bajo del transporte público amonestándome mentalmente por tan irresponsable acto de mi parte esta mañana. Cruzo la calle y para mi sorpresa veo una fila de aproximadamente 5 personas que se ven bastante disgustadas por mi tardía llegada al gimnasio, si, ese es mi trabajo, encargada de un gimnasio con clientes que al parecer son bastante puntuales.
Camino rápidamente hacia la puerta dando los buenos días, que amargamente responden y busco entre mi bolso las llaves para abrir y al momento de hallarlas, salen disparadas de mis manos cayendo justo frente a los pies de él, ese chico que me roba los suspiros y que es el primero de la fila por cierto, me acomodo las gafas para inclinarme a recoger las llaves y veo como sutilmente se inclina su hermoso cuerpo bronceado y musculoso para ayudarme a recogerlas, lo miro un poco avergonzada y agradezco por el detalle.
-mmm pero que mañana tan acelerada, pienso mientras dejo mis cosas sobre la recepción y tallo mis ojos entre las gafas y miro como cada uno de los clientes hacen sus rutinas habituales, y yo aun con mucho sueño bostezando sin parar.
Apenas han transcurrido dos horas y mis ojos giran de un lado al otro, sosteniendo mi cara en ambas manos imaginando lo cómoda y suave que era mi cama esta mañana, pero a decir verdad no hay nada que hacer, hasta que por un instante, recuerdo a ese sexy chico que tanto me gusta.
Volteo por todos lados y veo que hay mas personas entrado y saliendo del gimnasio, pero no hay rastros de él, así que supongo que se ha ido y seguro no lo noté por lo empañado de mis gafas después de tanto bostezar.
Logro recordar por un instante que no he ido a las regaderas para revisar que todo este en orden, me levanto de la silla y voy aun tambaleándome por el sueño.
Camino a lo largo del pasillo que me conduce hasta las regaderas, tarareando la música electrónica que retumba en las paredes, abro la puerta lentamente cerciorándome que no haya nadie y me permito entrar, recojo unas toallas húmedas que están en el suelo y las llevo hacia un cesto que se encuentra al fondo y ¡ups! Ahí esta él, en una de las regaderas jabonando su escultural cuerpo firme y definido, me paralizo ante total hallazgo arqueológico delante de mis ojos y comienzo a retroceder, pero sin darme cuenta caigo accidentalmente de espaldas y se escucha el estruendo de mi caída, mmm creo que he sido descubierta.
Es la segunda caída del día ¿puede esto ir peor?, intento levantarme rápidamente y al levantar mi mirada lo veo parado frente a mi, mis gafas se vuelven a empañar por el vapor del agua caliente y al limpiarla lo veo justo ahí, extendiendo su mano para ayudarme a levantar con una sonrisa esplendorosa, y puedo apreciar sus músculos moldeados por el ejercicio, las gotas de agua descendiendo desde sus pectorales, su cabello largo y castaño aun goteando y envuelto en una toalla a la altura de sus caderas, perfectamente depilado y bronceado, ¡no jodas es irresistible!
Me levanto apenadísima pensando ¡que bruta soy! Recojo las toallas y salgo disparada dejándolo ahí parado viéndome con la misma sonrisa coqueta que emana de sus carnosos labios.
-no puedo creer lo que me acaba de suceder- parloteo mientras llego a recepción con la ropa media húmeda por la caída y pensando en la vergonzosa escena de hace un momento y quizás por un instante me permito fantasear en lo maravilloso que hubiese sido que me levantara en sus musculosos brazos y me llevara a una de las bancas del vestidor mientras me hacia el amor, me siento tan estúpida pensando en ello que comienzo a reír sola como una loca, llamando la atención de un cliente que me mira con asombro , creo que mejor me pongo a hacer lo mio.
Al cabo de unos 15 minutos lo veo salir –ahí viene- murmuro mientras mis mejillas comienzan a ponerse rojas como las de una ninfa, lo sé porque me reflejo en el monitor de la computadora y entonces pienso –Dios mio, ha de haber pensado que lo estaba espiando, bueno en realidad no lo espiaba, fue un accidente, pero no puedo negar lo bien que lo pasaron mis ojos al ver su exquisito cuerpo desnudo y enjabonado, ¿le daré una explicación? ¿Me acerco para pedirle disculpa? ¿ o simplemente me esfumo de la recepción?
Sigo con mi cabeza inclinada pensando en todas esas interrogantes cuando escucho una melodiosa voz…
-¿no te lastimaste al caer?
-mmm no me paso nada no se preocupe, estoy bien gracias
-¿segura? Te veo un poco aturdida
-si, le repito que estoy bien y disculpe el mal momento que le hice pasar
-mal momento ¿Por qué? A decir verdad fue una de las duchas más divertidas
-¿y porque lo dice?
-bueno, no todos los días se asoma una chica a fisgonear por ahí
-¡que! Oiga pero yo…no...Usted…es que yo…
-no digas nada, si tu no dices nada, yo no lo haré
Simplemente guiñe el ojo y se va y yo ahí sigo aun con la consternación y la boca abierta, incrédula mirando como cierra la puerta y el sol penetra en su hermosa cabellera lacia y larga.
-¡lo sabia! El cree que entre a espiarlo, mmm no puede ser, ahora como puedo hacer para sacarlo de esa idea tan absurda, supongo que esperaré hasta mañana, bueno al menos tendre un pretexto para hablar con el…
Al punto de las 3:00 pm tomo mi bolso
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