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Reseña "Las Meninas"


Enviado por   •  7 de Mayo de 2015  •  1.088 Palabras (5 Páginas)  •  179 Visitas

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Las Palabras y las Cosas. Capítulo LAS MENINAS. Michael Foucault. 1968. Siglo Veintiuno Editores.

Foucault inicia el capítulo fijándose en el pintor que aparece en el cuadro Las Meninas de Velázquez. Dice que aparece el pintor distante de la obra en la que trabaja, fijándose en el modelo al que o de lo que va a pintar. Si estuviese inmerso en la obra no lo veríamos, ya que estaría cubierto por el inmenso lienzo que está pintando y como espectadores solo vemos la parte trasera de este.

El pintor mira hacia el modelo, este se sitúa entre el espectador y el cuadro, o sea que no lo podemos ver. Entonces establece una relación con quien observa la obra y la incertidumbre de qué es lo que se está pintando en el cuadro en el que trabaja el pintor. Las miradas nunca llegan a localizarse en un punto que nos diga qué es lo que se pinta. La mirada del pintor atrapa al espectador, lo introduce en el cuadro.

“En el momento en que colocan al espectador en el campo de su visión, los ojos del pintor lo apresan, lo obligan a entrar en el cuadro, le asignan un lugar a la vez privilegiado y obligatorio, le toman su especie luminosa y visible y la proyectan sobre la superficie inaccesible de la tela vuelta. Ve que su invisibilidad se vuelve visible para el pintor y es traspuesta a una imagen definitivamente invisible para él mismo.” (Foucault, 1968, pág. 15)

A la derecha hay una entrada de luz que ilumina la escena. Parece iluminar lo que está dentro del cuadro y el lugar donde está el espectador, o sea fuera del cuadro. Esta luz nos direcciona al pintor, a sus ojos y al modelo.

“Al recorrer la pieza de derecha a izquierda, la amplia luz dorada lleva a la vez al espectador hacia el pintor y al modelo hacia la tela; es ella también la que, al iluminar al pintor, lo hace visible para el espectador, y hace brillar como otras tantas líneas de oro a los ojos del modelo el marco de la tela enigmática en la que su imagen, trasladada, va a quedar encerrada.” (Foucault, 1968, pág. 15)

En el fondo de la escena se muestran varios cuadros, pero solo uno está iluminado con claridad. Este es en realidad un espejo, pero no se aprecia muy bien lo que hay en él, es como la obra del pintor del cuadro, esa que tampoco podemos ver. El espejo es lo único que se ve de las obras del fondo, sin embargo nadie ve al espejo, todos ven al frente. Así como el espejo es ignorado, este ignora al resto, pues no muestra un doble de lo que hay en la habitación. El espejo muestra a los personajes que son modelos, muestra el centro de la obra que se está pintando. Las dos invisibilidades de superponen. A quienes retrata el pintor dentro de la obra son el rey Felipe IV y de su esposa Mariana. “En vez de volverse hacia los objetos visibles, este espejo atraviesa todo el campo de la representación, desentendiéndose de lo que ahí pudiera captar, y restituye la visibilidad a lo que permanece más allá de toda mirada.” (Foucault, 1968, pág. 17)

Lo que se ve en un cuadro, no es lo que se dice y por otro lado, lo

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