Residuos Solidos

El benemérito Juan Vicente Gómez fue un hombre que gobernó desde la ciudad de Maracay, en las Delicias. Gómez tenía la costumbre de visitar las capitales de cada estado, pero esas visitas se cumplían con las reuniones que hacía, organizadas por su "Tarazona", quien era su perro fiel, quien dormía en una esterilla, con un machete y una escopeta, debajo de la hamaca donde pernoctara el benemérito. Gómez, entonces, procuraba hacer sus reuniones en la Plaza Bolívar, y le instruía a su Tarazona, que invitara al registrador, al boticario, al bodeguero, al médico y así a las personas más importantes e influyentes con su mujer, donde no escapaba la presencia del mismo cura o párroco.

Gómez siempre echaba un vistazo alrededor de los presentes, y sobre todo era muy enamorado, por lo que su perro fiel, el Tarazona era consultado, continuamente, acerca de quién era aquella polla que estaba allá. Por supuesto que Tarazona le contestaba, esa es la mujer del boticario, o del bodeguero, o del médico, etc. A lo que Gómez gesticulaba diciendo uhjum, volvía, repetidas veces a preguntar lo mismo, hasta que le daba una orden, dígale a esa joven que vaya de vacaciones para las Delicias, que la van a buscar, que se vaya con su marido y sus hijos, pero que tiene quien la lleve y la traiga, que no se preocupe.

Algunos se entusiasmaban porque el General Gómez los invitaba a vacacionar, pero su deleite placentero era cuando llegaban a su residencia. Todos tenían asignada su habitación conforme a sus intereses. La invitada especial o el epicentro de invitados, la mujer, dormiría en la habitación contigua a la de él. Por supuesto que todas las noches y de día la mujer no salía de la habitación por orden del General, quien la sometía a permanecer encerrada y a la disposición para la faena amorosa que Gómez le imponía. 

De aquellas mujeres, casadas, solteras, jovencitas o como fuesen, eran las pollas a las que él llamo así, para que le quitaran los dolores. Si por casualidad el marido protestaba, lo seguro es que lo mandaba preso, mientras él vacacionaba en "las Delicias" con la dama. De allí en adelante salieron muchas embarazadas, quienes en forma silenciosa se iban de las Delicias para sus estados y lógicamente a los 9 meses parían, hijo que llevaría todas las garantías si la mujer no hacia bulla. Hasta nombraba a los maridos, gobernadores o alguna jefatura les daba para que guardaran silencio y se responsabilizaran del nuevo hijo, acuñado.

En el ámbito político actual, se dice que hay hijos del Benemérito Gómez. El que tenga curiosidad, póngase a comparar fotografías y estoy seguro de que conseguirá muchos fenotipos en el ambiente. Hasta se comenta, que una vez vino un circo ruso a Cúcuta, y como él era un comerciante, comprador de ganado por allá en 1890, asistió al circo y vio, muy atraído, a una trapecista, a la que le ofreció lo que quisiera, con tal de que

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