Responsabilidad Social
Enviado por eloybuenov • 25 de Agosto de 2014 • 3.519 Palabras (15 Páginas) • 195 Visitas
La responsabilidad social
Surge en Estados Unidos durante finales de los años 50 y principios de los 60 a raíz de la Guerra de Vietnam y otros conflictos como el Apartheid.
Despierta el interés en los ciudadanos que comienzan a creer que, a través de su trabajo en determinadas empresas o comprando algunos productos, están colaborando con el mantenimiento de determinados regímenes políticos, o con ciertas prácticas políticas o económicas éticamente censurables.
En consecuencia, la sociedad comienza a pedir cambios en los negocios y una mayor implicación del entorno empresarial en los problemas sociales.
La gran responsabilidad social de las empresas es mantenerse activas, rentables, compitiendo y produciendo en el mercado. Cuando una empresa es rentable no sólo produce un retorno para sus dueños o accionistas, sino que también genera consecuencias sociales muy deseables, tales como: nuevas oportunidades de empleo a través de su expansión e inversión; provisión de bienes y servicios valiosos para la sociedad; adecuadas utilidades económicas que el Estado puede gravar y con el producto de esos impuestos mantener a los empleados públicos trabajando, desarrollar la infraestructura, el capital humano, proveer servicios de salud, seguridad social y otros necesarios para mejorar el desarrollo nacional.
La empresa no debería ser recargada con responsabilidades y con obligaciones que realmente no tiene. A la empresa hay que exigirle eficiencia, producción, rentabilidad, competitividad, calidad e innovación para que pueda satisfacer a sus clientes, sus empleados, sus proveedores y a sus dueños o accionistas, en un nuevo entorno local o global.
El cierre de una empresa no es simplemente el problema de un empresario, genera una pérdida social importantísima en empleos, estabilidad, credibilidad, confianza.
Entonces, podría decirse que la responsabilidad social de la empresa es mantenerse como empresa. Esta responsabilidad es cada vez más compleja en la medida en que el mundo se globaliza.
Quiere decir esto que la empresa no tiene que tomar acciones de solidaridad social o de proyección hacia la comunidad? No. Solo quiere decir que no está obligada a hacerlo. Si lo hace, y es muy plausible que lo haga, es mediante iniciativas sociales voluntarias, que es un campo muy amplio donde está todo el concepto de filantropía.
Ante la realidad de pobreza de la América Latina nadie puede estar en contra de que se requieren acciones tendentes a producir bienestar social. Pero la pregunta es: ¿le incumbe a las empresas esa responsabilidad y las obligaciones que tiene aparejadas? Y cuál sería el grado de participación de la empresa en esa responsabilidad?
Parece evidente que no se puede pedir a cierto nivel de pequeñas y microempresas que cumplan con una función que no es típicamente empresarial, también parece generalmente aceptado que no debe esperarse que la empresa sustituya al Estado, en actividades como educación, seguridad y otras políticas públicas, aunque con la reducción del tamaño del Estado surge la expectativa que las empresas asuman algunas o muchas de esas actividades.
Ante la realidad de que más del 85% de las empresas en América Latina son pequeñas o medianas, es obvio que el concepto de responsabilidad social para esas empresas se reduce claramente a mantenerse operando, produciendo y compitiendo, pues así generan empleo y bienestar. También, es obvio, que esas empresas, al igual que las grandes o las multinacionales, tienen y tendrán la responsabilidad ineludible de cumplir, satisfactoriamente, las normas laborales y de esa manera estarán cumpliendo con su responsabilidad social.
¿Hay elementos adicionales que deban tomarse en consideración dentro de la responsabilidad social para las grandes empresas? La respuesta debe tomar en consideración varios aspectos: antes de la globalización tal y como la conocemos hoy, el triángulo Estado, capital y mano de obra (trabajo) operaba dentro de un área geográfica dada y sujeto a una cierta limitación en la movilidad del capital resultante de las barreras para la inversión y el comercio. Era fácil para el Estado prescribir lo que consideraba socialmente apropiado u otras disposiciones que debían ser cumplidas por los empleadores.
Ese entorno también era propicio para que las organizaciones de trabajadores ejercieran presión sobre los empleadores para incrementar su participación o los beneficios que recibían o para presionar al Gobierno con el fin de incrementar los beneficios laborales.
En muchos países, con la idea de atraer inversiones, los Gobiernos están bajando los niveles de los impuestos y de las obligaciones para con los trabajadores. Esto ha generado que, dejando aparte las acciones voluntarias de las empresas, la sociedad, a través de grupos sociales o de consumidores, y en algunos casos, incluso a través de inversionistas, se concentran en ejercer presión sobre las empresas para que respeten y apliquen ciertas normas. Cuando las empresas actúan, bajo esas presiones, generalmente lo hacen para ser competitivas o para no perder su competitividad.
La necesidad de respetar ciertas normas es cada vez más reconocida y aceptada por las empresas. Sin embargo, al hacerlo, reconocen también que en un mundo globalizado y cada vez con mayor comunicación, se plantean dilemas y dificultades para identificar las normas éticas que deben adoptarse, pues éstas dependen de las expectativas, a veces contradictorias, entre los distintos sistemas de valores, la cultura o las creencias de la gente en las diferentes partes del mundo.
La liberalización política, económica y social, combinada con la explosión en la tecnología de la información (fuerza que también impulsa a la globalización) han minado la autoridad y la fe en las instituciones y estructuras tradicionales, tales como los gobiernos, los partidos políticos y las instituciones religiosas, internacionales o educativas, generando una verdadera crisis de valores. Esta situación es difícil de manejar para las empresas, especialmente para aquellas que operan en distintos países y en distintas partes del mundo, pues hay que tener cierta sensibilidad a los grupos sociales porque el éxito de la empresa depende de su adaptación al medio en el cual opera.
Los grupos sociales de consumidores o para la conservación del medio ambiente, han comenzado a ser cada vez más importantes, pues han tomado el poder perdido por las otras instituciones. Es importante que la empresa de hoy aprenda a escuchar atentamente dichos grupos, pues están orientando e influyendo sobre el pensamiento y las posiciones de la sociedad. Los problemas físicos pueden tener una respuesta correcta, pero los problemas referidos a
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