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Resumen de La etica


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2015  •  Resumen  •  3.602 Palabras (15 Páginas)  •  1.100 Visitas

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Curso: Deontología

Alumno: Sandro La Torre

Tema: La ética

En base a los autores Miguel Giusti y Fidel Tubino

El sentido de la Ética.- Desde la premisa a que experiencia humana nos referimos cuando hablamos de ética ¿Qué es y que representa? Para empezar entender el término nos referimos a uno de los últimos poemas de la Iliada de Homero, cuando Aquiles en venganza por su amigo Patrocolo, mata a Héctor lo arrastra alrededor de Troya y pretende arrojarlo a los perros, es cuando el padre de Héctor y los Dioses piden piedad y limite a Aquiles. Otro ejemplo a citar es el conflicto armado interno en el Perú, donde se traspasaron con barbarie límites de convivencia, hechos reflejados en el informe de la comisión de la verdad. De estos ejemplos deducimos que la ética se refiere a la experiencia de la mesura y a la conciencia de los límites que no deberían sobrepasarse. La convivencia humana requiere de la internalización individual de límites que expresen un código regulador de la conducta. Al respecto refiere el filósofo español Carlos Thiebaut, en su ensayo sobre la tolerancia, cuando define la cuestión central de la ética como el rechazo del daño, es decir una reacción de indignación o protesta ante el daño causado por otro humano. Para poder aproximarnos más a una explicación del sentido y los alcances de la ética, dividiremos la exposición en cinco puntos:

  1. Ambivalencia del término ética.- Cuando empleamos él término en el cotidiano nos referimos a dos cosas distintas, sin diferenciarlas entre sí. Primero la forma que una persona o sociedad tienen para concebir un sistema de valores, la manera de concebir o hablar y segundo la manera de vivir y relacionarse de las personas. La misma ambivalencia la comparte la palabra historia en su uso cotidiano. De la constatación de esta ambivalencia podemos deducir cuatros características:
  • Que puede haber una contradicción entre la concepción o teorización del término y la manera de vivir o aplicarlo. Por tal motivo no se debe enseñar la ética como la ciencia solo de manera teórica si no como forma de vida o prácticas de conducta.
  • Que todos poseemos una forma de vivir merecedora del calificativo ética.
  • Que el grado de instrucción no te hace ético, ya que todos somos competentes para la ética
  • Que todos poseemos una concepción implícita de la ética.

Podemos que la palabra ética se suele emplear para las concepciones como para las conductas, en el caso de las concepciones no dejan de ser éticas aunque difieran de las conductas. En el caso de las conductas no se quiere referir solo a las buenas conductas, sino también a las reprobables, es decir la ética es una pauta para diferenciarlas o un criterio para establecer una jerarquía de valor de nuestras acciones.

  1. Ética y Moral.- Entre los términos existen relaciones complejas, pero la primera es su lazo etimológico. Ambos provienen del griego “Ethos”. La palabra moral proviene del latín mos, moris que a su vez provienen del griego Ethos. Y la palabra ética es la castellanización del término griego.

Para los griegos el Ethos era el sistema de costumbres o sistema de creencias de la valoración de la vida, visto también desde las actitudes y de los hábitos que iban haciendo suyos las personas, es decir su carácter o personalidad.  

Como disciplina plantea no describir los sistemas de creencias existentes en una u otra cultura, sino examinar si dicho sistema era el mejor o el más deseable posible, apareció como una reflexión (concepción) de la mejor manera de vivir. Sin embargo existen muchas definiciones que diferencian ambos términos que nacen en la misma raíz griega. En líneas generales Moral sería las normas específicas que rigen la conducta de los miembros de un grupo; ética, en cambio, sería la perspectiva analítica que se adopta para examinar los alcances o para estudiar la naturaleza del fenómeno moral. Estas definiciones no aclaran las diferencias entre los términos, más bien en la historia se halla una reflexión compleja al respecto. Más allá de las definiciones puramente convencionales, a la conclusión a la que deberíamos llegar es de que el empleo de cualquiera de los términos, no nos exime de la necesidad de encontrar reflexiones sobre las razones que nos conducen a ello y encontrar ahí la distinción entre los asuntos relativos a los valores comunitarios y los relativos a la reflexión filosófica.

  1. La peculiaridad de lenguaje moral.- en este punto vamos a precisar más la peculiaridad de los juicios morales y éticos. Partiremos de uno de los ejemplos de Kant, una persona emprende un viaje a las pirámides de Egipto y centra su visita en la arquitectura o los conocimientos tecnológicos de la época, es decir el viajero adopta una perspectiva científica. Puede prescindir de estos detalles y hacer el viaje para contemplar la belleza de las pirámides y el lugar, es decir tiene una perspectiva estética. O puede interesarse por como sufrieron los esclavos para construirla es decir una perspectiva moral. Podemos deducir del ejemplo que existen diferencias entre los juicios científicos, los estéticos y los morales. La ciencia se ocupada de la verdad o falsedad de los conocimientos mediante una metodología explicativa. El arte se ocupa de la belleza o la fealdad de la naturaleza o de las creaciones humanas con una metodología apreciativa y la ética de la bondad o maldad de las acciones humanas con una metodología valorativa y apreciativa es decir a lo que debería ser la mejor manera de vivir. Se puede reducir a tres conceptos de verdad, bondad y belleza como referencia a los tres campos, pudiendo ser reemplazados por otros equivalentes como justicia o experiencia estética. Aparentemente son campos aislados que tienen sus propios juicios intrínsecos, pero si tomamos como ejemplo las discusiones actuales sobre la genética, existen decisiones políticas que afectan el uso de ciertas tecnologías. Estas decisiones provienen de la ética pero repercuten en la ciencia hasta incluso en lo estético, sin cuestionar ni la verdad ni los conocimientos que se emplean, sino de una priorización de la ética sobre las demás, entonces puede reorientar las investigaciones en el arte y la ciencia.  

  1. Definición de la ética.- De lo recogido digamos que ética es una concepción valorativa de la vida, ahí radica su peculiaridad porque propone establecer la mejor manera de vivir, pero no solo se restringe a como los seres humanos organizamos el mundo, es el punto de vista de un participante en interacción no del observador. De las definiciones sobre la ética sabemos que es una concepción de la vida, de manera explícita en el sentido que hemos logrado articularla teóricamente o implícita en el sentido como jerarquía en el obrar cotidiano. Lo decisivo es que la ética se refiere a como una persona o una sociedad ordenan su sistema de creencia morales en la vida práctica. En otra definición podemos decir que es la manera de hablar o de concebir las cosas. Como ya vimos no es indispensable que quien la profesa sea consciente de las estructuras teóricas, la praxis misma es suficiente. De ninguna persona como de ninguna sociedad se puede decir que no posee un sistema valorativo de la vida, es decir posean ética. Entonces concluimos que al ser una concepción valorativa de la vida ocupa un lugar primordial de nuestra reflexión y nuestra conducta cotidiana.
  1. Paradigmas de la ética.- Hay en la historia dos tendencias a responder a la pregunta sobre cuál es la mejor forma de vivir. Estas dos respuestas son consideradas, en algunos casos como paradigmas de la ética; ambas coherentes pero excluyentes una de la otra.
  • Paradigma de la ética del bien común o paradigma de la felicidad.- Este paradigma sostiene que la mejor manera de vivir es respetar y cultivar el sistema de valores de la propia comunidad. Se le llama un bien común por los griegos. Con esto designa un modelo de forma de vida que es considerado ejemplar y en el que se identifica toda la comunidad. Por Aristóteles se le llama también paradigma de la felicidad pues él sostuvo en uno de sus libros que el fin último de la vida, al que aspiramos todos es la felicidad. Es decir a realizar los ideales de excelencia que la propia comunidad ha establecido para el desempeño de todas las actividades. Sin embargo, el autor plantea que aunque al término felicidad no le atribuimos ni asociamos con lo mismo, es relevante que hasta el día de hoy el fin de nuestros esfuerzos sea llegar a esta. Y que la diferencia en la definición es el tema principal de la ética. Hay algunos rasgos que distinguen el paradigma del bien común. Uno de ellos es el sustancialismo. Una ética sustancialita define la mejor manera de vivir en relación a las costumbres e instituciones propias de la comunidad. Y dentro de una ética sustancial están los valores, vistos como un conjunto de ideales de conductas reconocidos por una comunidad. Se espera que estos valores se asimilen, se respalden y haya un compromiso real con ellos hasta convertirlos en parte de la personalidad .Y a esto último, plantea el autor se le llama virtud; a los hábitos de comportamiento amoldados al perfil de valores establecido. Es decir los valores son el perfil al cual se aspira llegar y la virtud son los hábitos adoptados para lograrlo. Otro rasgo de este paradigma es que en ella se involucran los sentimientos y las emociones; y plantea que la mejor forma de vivir no es excluyéndolas sino expresarlas claramente y en su justa medida pues quién actúa moralmente lo hace comprometiendo sus afectos. La ética del bien común es concebida desde la perspectiva de la primera persona en plural. Esto significa que el bien, el ideal moral de vida es el ideal de un nosotros. Nosotros los miembros de un mismo grupo o una comunidad. Esta perspectiva es una ventaja y un peligro a la vez. Porque permite cohesionar a los involucrados hacia un mismo ideal sin embargo puede traer consigo el aislamiento de la comunidad y el fundamentalismo. El último rasgo del paradigma es que se expresa en este una ética de tipo contextualista. Esto significa que le paradigma plantea la cuestión moral tanto en lo que respecta a su origen como hasta donde llega su área de influencia. Lo que le da validez a este paradigma es que responde al propio ethos de la comunidad. Que el ideal moral nos precede y posee una autoridad indiscutible.
  • El Paradigma de la ética de la autonomía Este paradigma sostiene que la mejor manera de vivir es construyendo una sociedad justa para todos. Se le denomina de esa manera evocando el modelo de Kant donde se afirma que el respeto de la libertad del individuo se afirma solo mediante el respeto de la libertad de todos. La autonomía es vista como la capacidad que posee idealmente el individuo de pensar y decidir por sí mismo; eligiendo al mismo tiempo un marco de referencias (ley) que haga posible el ejercicio de la autonomía de todos, incluyendo la de uno.  De esto deriva el sentido general de la palabra justicia. Una sociedad justa es donde todos los individuos sea cual fuere su ethos ejercen su libertas sin perjudicar la de otros. Este modelo se concentra en la regla de imparcialidad, cuya función es la de hacer posible la coexistencia de diferentes concepciones valorativas rivales entre sí. El escenario que impulsó el surgimiento de este nuevo modelo fue la guerra de las religiones. Que fue un conflicto entre concepciones ético-religiosas. A partir de este conflicto, Kant construye (primero) una ética sobre la base del principio de autonomía-que busca la conciliación entre la libertad individual y un consenso universal- utilizando como base el principio del Imperativo categórico, cuya pieza central es un principio regulador de nuestras relaciones valorativas que nos obligue a actuar cuidando que nuestra libertad no entre en conflicto con el ejercicio de la libertad de todos. Luego formula una filosofía del derecho con la finalidad de hacer operativo dicho principio de regulación. Con esto se buscaba un acuerdo de tolerancia a la coexistencia de opiniones plurales.

Rasgos del paradigma:

Este es un paradigma formalista donde se ofrece más que contenidos valorativos (como en el caso del sustancialista) una forma que nos permita discriminar entre los contenidos de acuerdo a cuanto permiten el libre ejercicio de la libertad de todos. Un ejemplo es el sistema democrático donde todos ejercen su voto y donde la decisión tomada por la mayoría deberá ser respaldada. Dentro de este modelo, los valores son reemplazados por principios o normas pues responden a un marco más amplio; al pluralismo de opiniones.

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