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Resúmen nevela tercera, octava jornada, El Decameron, Guiovanni Boccacio


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2015  •  Resumen  •  695 Palabras (3 Páginas)  •  1.855 Visitas

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Jornada VIII

Novela tercera: Calandrino, Bruno y Buffalmacco van por el Muñone abajo en busca del heliotropo, y Calandrino cree haberlo encontrado; se vuelve a casa cargado de piedras, la mujer le regaña y él, airado, la golpea, y a sus compañeros les cuenta lo que ellos saben mejor que él.

E

l cuento inicia cuando Elisa ordena que siguiese, y todavía riendo comienza a contar la historia de Calandrino, Bruno y Buffalmacco: tres pintores bromistas pero avisados y sagaces. Esta historia comienza con Calandrino escuchando una conversación con Maso del Sagio, quien conociéndolo, se dispone a burlarse de él, entonces Maso empieza a conversar con su compañero diciéndole que  existían piedras que le otorgaban a quien las portara virtudes especiales, una de ellas la invisibilidad. Entonces Calandrino se acerca con ellos quien pregunta en dónde se encontraban esas piedras.

     Maso empieza a contarle a Calandrino todo a cerca de las piedras y Calandrino se da a la tarea de buscarlas a toda costa. Entonces Calandrino sale haciendo creer que tiene cosas que hacer y va con sus amigos: Bruno y Buffalmacco, a quienes les cuenta lo que le dijo Maso. Éstos al terminar de escucharlo no creían lo que Calandrino decía y empezaron a reírse por dentro pero Buffalmacco preguntó a Calandrino qué nombre tenía la piedra, el cual Calandrino ya había olvidado y empezaron a interrogarle sobre dicha piedra.

    Convencidos de lo que Calandrino decía, Buffalmacco propuso ir a buscarla cuando no hubiese casi gente y las piedras se distinguieran mejor y así lo hicieron. Partieron el domingo en la mañana, recogiendo cualquier piedra con las características de la piedra mencionada. Cuando se acercaba la hora de comer, Calandrino ya iba muy cargado. Viendo esto Bruno y Buffalmacco dijeron: “¿Dónde está Calandrino?”. Entonces Buffalmacco dijo: “No lo sé, hace un momento estaba aquí delante de nosotros”.

    Al escuchar esto Calandrino pensó que había dado con la piedra que tanto buscaba y no dice nada, solo camina enfrente de ellos. De camino a su casa Calandrino nota que los guardias no le dicen nada cuando por lo regular revisan a todos, y que nadie le dirige la palabra a su paso. Entonces llega a casa y su mujer se para enfrente de él y le dice que había llegado a comer cuando todos ya habían comido. Calandrino se enfurece y le pega a su mujer tirándola al piso y dándole patadas y golpes tanto como puede. Cuando Bruno y Buffalmacco llegan ven a Calandrino enfurecido y a su mujer en la esquina despeinada y golpeada.

    Bruno y Buffalmacco le reprocharon a Calandrino el haberlos dejado en el Muñone buscando su piedra. Calandrino les conto lo que había pasado, que había encontrado la piedra y que en ningún momento los había dejado, y les dijo todo lo que habían dicho en su supuesta ausencia y lo que en el camino observo, pero que había sido su mujer quien le había arruinado su momento, por eso le pego. Enfurecido se levantó dispuesto a pegarle de nuevo a su mujer, a lo que Bruno y Buffalmacco reaccionaron deteniéndolo diciéndole que ninguna culpa tenía su mujer, dejándolo solo y melancólico.

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