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Revolución Argentina


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2011  •  Trabajo  •  2.079 Palabras (9 Páginas)  •  561 Visitas

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Revolución argentina

Generales Juan Carlos Onganía, Marcelo Levingston y Alejandro Lanusse, los tres dictadores sucesivos de la "Revolución argentina".

La autodenominada Revolución argentina fue la dictadura militar que derrocó al presidente Arturo Illia (Unión Cívica Radical del Pueblo), mediante un golpe de Estado llevado a cabo el 28 de junio de 1966. La Revolución argentina no se presentó a sí misma como "provisional", como en todos los golpes anteriores, sino que pretendió establecerse como un nuevo sistema dictatorial de tipo permanente, posteriormente denominado Estado burocrático autoritario (EBA).

La alta conflictividad política y social generada durante la Revolución argentina y las luchas entre los diversos sectores militares produjeron dos golpes internos, sucediéndose en el poder tres dictadores militares: Juan Carlos Onganía (1966-1970), Roberto Marcelo Levingston (1970-1971) y Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973). Acosada por una insurrección popular creciente y generalizada, la dictadura organizó una salida electoral con participación del peronismo (aunque impidiendo la candidatura de Juan Domingo Perón), en 1973, en la que triunfó precisamente el candidato peronista Héctor J. Cámpora, con el 49,53% de los votos, quien a su vez renunció para permitir nuevas elecciones libres, en las que triunfaría Perón con el 62% de los votos.

El golpe

Arturo Illia abandonando la Casa de Gobierno luego de su derrocamiento. (Foto publicada por la Revista Gente).

El gobierno de Illia fue blanco de las críticas de muchos sectores, incluido el periodismo, que recurrió a la imagen de una tortuga para caracterizar la gestión del Presidente como timorata y falta de energía. Simultáneamente se resaltaba la personalidad de los militares, especialmente del general Juan Carlos Onganía, contraponiéndolo con la imagen de los políticos, alentándolos a intervenir como "salvaguarda de la Patria". El mismo Juan Domingo Perón aplaudió el golpe desde Madrid, subrayando que el golpe de estado era "la única salida para acabar con el régimen corrupto que imperó en Argentina en los últimos tres años".1

Planificación

Finalmente para entonces, Estados Unidos, en el marco de la Guerra Fría, ya comenzaba a mover abiertamente la guerra sucia y la instalación de dictaduras militares permanentes en América Latina, impulsadas desde la Escuela de las Américas instalada en Panamá, dentro de la llamada "doctrina de seguridad nacional". Como primer paso de ese camino, las Fuerzas Armadas habían instalado en 1964 un gobierno militar permanente en Brasil al revocar al presidente João Goulart (Jango).

La confección del golpe que luego llevaría al poder a Onganía corrió por cuenta del Comandante del Primer Cuerpo del Ejército, general Julio Alsogaray, con la anuencia del por entonces Comandante en Jefe Pascual Pistarini.

Causas

Las filas castrenses adherían a la doctrina de seguridad nacional, por medio de la cual las Fuerzas Armadas argentinas aseguraban defender valores nacionales de la agresión marxista, en forma de guerrilla y que se volvía xenofóbica mundialmente. De esta manera empezó la conspiración para tomar el poder y llevar el fin del incipiente comunismo.2

El gobierno de Arturo Illia debió afrontar la debilidad derivada de haber sido elegido en elecciones en las que el peronismo estuvo proscripto, por lo que una gran parte del electorado votó en blanco en un 19,72% y ganó por minoría. Si bien tenía la mayoría en el Senado, en Diputados era inferior.3

La falta de reconocimiento de legitimidad al gobierno de Illia por parte de los simpatizantes peronistas se vio agravada por un plan de lucha del movimiento obrero, afectado por la decisión del gobierno de sancionar modificaciones a la legislación sindical sin consultar a los sindicatos y tratar de dividirlo internamente para debilitar su monopolio de poder. Esto erosionó el frágil orden constitucional.4

En el año 1965 el gobierno convocó a elecciones legislativas eliminando todas las restricciones que pesaban sobre el peronismo en la etapa previa. En un intento de lograr legitimidad y poder la UCRP, mediante el aprovechamiento de la escisión que sufría el peronismo con Augusto Vandor, se propuso ganarle al peronismo para constituirse en el partido más fuerte. El peronismo presentó sus propias listas de candidatos y triunfó ampliamente en las elecciones con 3.278.434 votos contra 2.734.970 de la Unión Cívica Radical del Pueblo. El triunfo del peronismo agitó la situación interna de las Fuerzas Armadas. El descontento militar se combinó con una fuerte campaña de desprestigio, impulsada por sectores económicos conservadores que criticaban duramente ciertas políticas del gobierno radical, como la Ley de Medicamentos (Ley Oñativia), la política petrolera y cierta autonomía respecto a la posición de los Estados Unidos en política internacional.4

Existía fuerte apoyo al golpe desde sectores de la ciudadanía como la prensa conservadora, que hizo ver a su gestión de lenta e ineficiente y llegando a caricatutizarlo como una tortuga; un poder económico irritado por las medidas en los medicamentos y contratos petroleros; una mayoría de partidos políticos en oposición, excepto el radicalismo, el comunismo y los socialistas. También pesaba un considerable sector del movimiento sindical. Ante la presión de todas estas fuerzas sobre el gobierno, consiguieron debilitarlo y derrumbarlo en la opinión pública. El general «azul» empezó a verse como la «única vía para garantizar orden y autoridad». Toda esta coalición confió en el ejército para la "modernización y organización del país".5

Consumación

El 28 de junio de 1966 se produjo el golpe militar en medio de la indiferencia de la ciudadanía. El general Alsogaray se presentó a las 5 de ese día en el despacho presidencial e "invitó a retirarse" al Presidente. Éste se negó inicialmente, pero a las 19:20, al ver el despacho invadido por efectivos policiales con pistolas lanzagases y rodeada la Casa Rosada por las tropas, Illia optó por abandonar el sitio. Al día siguiente asumió Onganía.

El Estado burocrático autoritario de 1966 a 1973

Durante estos años el país se rigió por el Estatuto de la Revolución Argentina, colocado al mismo nivel jurídico que la Constitución Nacional. Se eliminaba así la división de poderes tal como estaba prevista en la Constitución: Los poderes ejecutivos y legislativo se concentraban en el presidente. Este estaba facultado a nombrar gobernadores, los que a su vez ejercían poder ejecutivo y legislativo. Además los nuevos jueces designados para la Corte Suprema debían jurar

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