Ricky Sarkany
Enviado por Zulkovski • 16 de Diciembre de 2012 • 1.543 Palabras (7 Páginas) • 419 Visitas
Hace poco presencié una conferencia en la que uno de los disertantes fue, precisamente, Ricky Sarkany. No es la primera vez que lo escucho hablar "en sistema presencial" y espero no haya sido la última, ya que sus testimonios resultan sumamente interesantes. Es por ello que se me ocurrió contar la historia de este "hombre de negocios". Espero que la disfruten y comprendan que, detrás de este excelente diseñador, se esconde un exitoso emprendedor y empresario innnovador del cual podemos aprender muchísimo. Las claves: Adaptación a los cambios, estrategia de comunicación, comprensión de las necesidades de los clientes, innovación y perseverancia.
Para aquellos lectores que no conozcan a este personaje, les comento que Ricky Sarkany es el más creativo diseñador de zapatos en la Argentina. Sus calzados son los preferidos por las figuras del espectáculo. Actualmente es reconocido en muchas partes del mundo y, sin duda, "Ricky Sarkany" es mucho más que un gran empresario. Ricky Sarkany constituye una marca de mucho valor y completamente ligada al prestigio y posicionada en los estándares más elevados del lujo. Pero lo más importante que quiero reflejar es el hecho de que detrás de su figura, reside un EMPRENDEDOR Y un EMPRESARIO exitoso. Cabe destacarlo, ya que muchos no conocen tal faceta en su persona y lo asocian, únicamente, al mundo del espectáculo. En definitiva, Ricky Sarkany tiene una riquísima historia....
Es la cuarta generación de una familia de artesanos fabricantes de calzado. Su padre llegó desde Hungría en 1950, escapando de la miseria provocada por la Segunda Guerra Mundial, primero, y del comunismo, después. Su madre estuvo en un campo de concentración en Auschwitz y su papá se hizo pasar por médico para sobrevivir (recomiendo leer este artículo para que vean como todos y, absolutamente, todos los emprendedores exitosos sobrevivieron a momentos muy duros en sus vidas).
Ricardo Sarkany nació en 1960 y se crió entre los pedacitos de cartulina de los moldes de los zapatos. A los 15 años, su papá lo llevó a la fábrica. Aprendió mirando a los artesanos. Luego, cuando terminó el colegio, empezó a cursar Ingeniería y no le gustó. Entonces, pasó a Ciencias Económicas y se recibió de Licenciado en Administación de Empresas; hizo dos postgrados: uno en Marketing y otro en Administración Estratégica, y cursó el Doctorado en Ciencias de la Administración. Hace 20 años se casó con Graciela y tiene 4 hijas. La mayor se decidió a acompañarlo en el negocio, inaugurando una nueva generación de zapateros. Además, como dato extra, fue número uno del ranking nacional juvenil de ajedrez.
Haciendo memoria...
Su padre llegó a la Argentina con 60 dólares. Era escultor, pintor, diseñador y se volcó a hacer lo que sabía, que era diseñar calzados. En ese momento era más sencillo entrar al mercado y con unos cueros que consiguió y unas hormas, hizo unas muestras para venderles a las zapaterías. Pero lo que había diseñado era una muestra de botas para mujer. Cuando la presentó, todo el mundo decía que estaba loco, que las botas eran para los militares, no para las damas. Y así fue, no vendió ni una sola bota. Luego, siguiendo con su filosofía innovadora y de cabeza dura, preparó una colección de sandalias con un taco muy finito, altísimo, con un forro rosa Dior y unas tiritas muy finitas. En esa época, las mujeres no mostraban los dedos de los pies. Tampoco se las vendió a nadie, porque los comerciantes no estaban preparados para comercializar eso, ni las clientas para comprarlos. Entonces se cansó y tuvo que alinearse con lo que se vendía: un zapato liso con un taquito simple. De todas formas, las botas y sandalias sirvieron de algo, ya que se mantuvo vendiéndoselas a las prostitutas, que era un grupo de gente que veía en esos productos un bien de uso.
Los comienzos de Ricky
Mientras finalizaba la universidad, Ricky comenzó a participar más activamente en la empresa. En aquel momento no entendía cómo no era posible vender un par de zapatos con un diseño diferente. Finalmente, descubrió el motivo principal de esta "nulidad" en las ventas: No los vendía porque no los mostraba. A los comerciantes les daba verguenza mostrarlos.
En ese entonces, las peleas en la mesa familiar con respecto a este tema eran constantes. Ricky argumentaba que no podían continuar de esa manera, sino que había que diferenciarse. Pero su padre, estaba convencido de que era más fácil vender mil pares al dueño de una zapatería que un par a una clienta. Ricky, claramente se dio cuenta de que estaban totalmente supeditados al gusto del dueño de la zapatería, no al del cliente y que el éxito
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