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Roggendorf desde 1955 calidad y tradición


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2013  •  3.579 Palabras (15 Páginas)  •  635 Visitas

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Introducción:

Por más de 60 años Roggendorf ha sido una chocolatería y pastelería de tradición, y sobre todo, de reconocimiento. Esta se enfoca en los niveles socioeconómicos altos y a pesar de esto es conocida por una gran cantidad de personas. Sus precios son elevados, pero se compensan con la excelente calidad y presentación de sus productos.

El presente trabajo pretende analizar la empresa en cuestión “Roggendorf”, dar a conocer parte de ella, como su planificación estratégica, análisis de macro y micro entorno, análisis FODA y finalmente plantearemos una estrategia y su posterior implementación.

Además cabe destacar su historia y calidad de producto. La información recolectada recurre a la página web, además de consultas a través de correo electrónico.

“Roggendorf desde 1955 calidad y tradición”

Historia:

El amor a la pastelería lo heredé de mi padre y aprendí junto a él, en nuestro Salón de Té de Mönchengladbach, todo lo necesario para desempeñarme como un pastelero de excelencia. Siguiendo la tradición familiar, estudié la carrera técnica en Dusseldorf, poco antes de enrolarme en el ejército, donde obtuve mi título de “Maestro Pastelero”. Pero a pesar del cariño que siento por mi trabajo, no quise presionar a mis hijas para que continuaran con el oficio. Ellas deberían elegir libremente su destino y nosotros, como padres, respetaríamos siempre sus decisiones. (Habla Hugo Roggendorf).

Claudia, una vez terminado el colegio, entró a la universidad para estudiar interpretación de idiomas. Manejaba perfectamente el español y el alemán, y al poco tiempo dominaba el inglés y el francés. Por cierto que se trataba de una profesión muy alejada de los pasteles. Pero ello no me entristecía, sino todo lo contrario, estaba orgulloso de mi hija. Helga, por su parte, decidió estudiar educación diferencial. Lo curioso es que por distintas razones y en diferentes etapas de sus vidas, acabaron por retornar e incorporarse a nuestra antigua tradición familiar.

La primera fue Helga, en 1984. En un viaje a Alemania, mientras paseaba por la calle se quedó mirando una estantería llena de pasteles. Y mientras los observaba minuciosamente, pensaba en que los pasteles que hacían sus padres eran mucho mejores que los que allí había. Ese descubrimiento la motivó a trabajar junto a nosotros. Su marido, quien nos había ayudado durante las vacaciones mientras estudiaba en la universidad, también se entusiasmó, y después de casarse fueron a hacer su práctica en la pastelería que fue la competencia de mi padre durante años en Alemania. A su regreso, se integraron a la empresa y hoy son dos pilares fundamentales. Claudia empezó a formar parte del negocio en 1999, cuando decidió abandonar su trabajo y abrir la primera tienda Roggendorf en Santiago. De esa forma, la familia entera se unió en torno a los pasteles, convirtiendo a nuestra empresa en una de las más importantes del rubro.

Nuestro negocio pudo reemprender su camino de desarrollo tras los problemas ocurridos en la década de 1970. Para satisfacer las necesidades de nuestros clientes, que cada vez eran mayores, compramos un pequeño local en la avenida Diagonal Pedro Aguirre Cerda a principios de 1990, el cual inauguramos el 29 de marzo de ese mismo año. Pocos meses después, nos ofrecieron en venta el actual local de calle O´ Higgins 832, y Claudio, mi yerno, contribuyó a pactar el leasing para adquirirlo. A pesar del explosivo crecimiento que tuvimos en apenas dos años, aún necesitábamos un lugar para montar nuestra fábrica. El local de Barros Arana 1334, donde funcionábamos desde el año 1963, no daba abasto para los niveles de producción que requeríamos. Finalmente dimos con lo indicado y en Avenida Los Carrera 1985 levantamos la nueva fábrica.

La inauguración fue en noviembre de 1996 y la puesta en marcha en febrero de 1997. Nuevas construcciones habitacionales y una moderna y amplia avenida han contribuido a mejorar ostensiblemente el sector donde está ubicada nuestra fábrica y, por consiguiente, el nivel de demanda. Nuestros antiguos clientes nos pidieron que abriéramos allí otro local de venta, cuestión que materializamos en mayo del año 2002 con buenos resultados. Muchos santiaguinos que visitaban Concepción nos reclamaban que abriésemos un local en Santiago para no tener que viajar tanto para comprar nuestros pasteles. Asimismo, los penquistas que debían trasladarse a la capital por asuntos de trabajo, nos hacían el mismo requerimiento. Por esta razón, inauguramos nuestro primer local en Santiago en agosto de 1999, ubicado en calle Rosario Sur 95, Las Condes. Nuestra hija Claudia se ha empeñado en impulsarlo, sorteando con éxito todas las crisis económicas que se han sucedido en la última década.

Nunca imaginamos que nuestros pasteles pasarían a formar parte, con el paso de los años, de la identidad gastronómica de Concepción. Y es porque a través de nuestros productos participamos en los momentos más importantes de las familias penquistas. Siempre nos ha gustado contribuir en la alegría de nuestros clientes, y en especial, de los niños. Recuerdo a una pequeña niña que pasaba todos los días frente a nuestra tienda y se quedaba mirando los pasteles con melancolía. Una tarde, alcancé a salir antes de que se fuera y le regalé un Berlín. Sus ojos me expresaron un profundo agradecimiento. Ese fue un día inolvidable para ambos. De esta forma hemos ido consolidando una bonita relación con nuestros clientes. Un vínculo que nace y se proyecta desde el afecto. Esa es nuestra mejor receta. Esta ha sido nuestra trayectoria, de mucho esfuerzo y constancia, de sueños juveniles fraguados al término de la Segunda Guerra Mundial y materializados en este rincón del mundo donde hemos forjado nuestra familia. Ojalá la lectura de estas memorias sirva para que futuras generaciones prosigan con este esfuerzo.

Declarar una visión o misión:

Misión:

Entregar un producto de alta calidad elaborado con materias primas seleccionadas, respetando las tradiciones y secretos de nuestras recetas, acompañado de un servicio de primer nivel.

Misión modificada.

Elaborar y comercializar productos de pastelería y repostería de alta calidad artesanal, destinados a consumidores que gusten de repostería casera tradicional, ofreciendo variedad, frescura y sabores distintivos.

Visión:

Mantenernos en el mercado conservando y mejorando la calidad que nos caracteriza, tanto en nuestros productos como en nuestro proceso productivo, posibilitando la entrega de valores agregados a nuestros clientes.

Visión modificada:

Ser reconocida y admirada por sus productos

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