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Roles, Roles Sexuales Y De Genero


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  1.353 Palabras (6 Páginas)  •  1.010 Visitas

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Roles, roles sexuales y genero.

En los últimos treinta años la identidad femenina y la masculina, es decir lo que significa SER MUJER Y SER HOMBRE en nuestra sociedad, ha sufrido profundas transformaciones. Comprender desde adolescentes el significado reciente de la identidad femenina y la masculina o de SER MUJER Y SER HOMBRE, es decir, comprender la acepción actual del término GENERO, así como LOS ROLES SEXUALES, proporciona herramientas que permitirán a las nuevas generaciones entablar relaciones de igualdad entre los sexos.

De hecho la palabra genero nos resulta muy conocida. la aprendimos en los primeros años de escuela, cuando nos enseñaron que existe el género femenino (la), el masculino(el) y el neutro (lo). La palabra genero, también se refiere a un trozo de tela, pero por ahora no nos ocuparemos de esa definición. El género al que nos referimos es un concepto nuevo que redefine el significado de lo femenino y lo masculino: genero es la serie de características y conductas que la SOCIEDAD asigna como "apropiadas" para cada sexo.

Roles sexuales son las funciones determinadas BIOLOGICAMENTE que hombres y mujeres cumplimos de manera diferente. Por lo general existe correspondencia entre esas funciones y los genitales externos o sexo con el que nacemos.

Conviene señalar aquí que los ROLES o papeles sociales son el conjunto de patrones de conducta y expectativas sociales acerca del comportamiento de las personas en un grupo humano. Por ejemplo: el rol del padre, de madre, de hijo(a), hermano(a), alumno (a), profesional, etc.

Los roles sexuales son exclusivos de cada. Así los roles sexuales femeninos son: producir óvulos, la posibilidad de quedar embarazada, parir, amamantar. Los roles sexuales masculinos son: producir espermatozoides y fecundar.

Las investigaciones y estudios que las Ciencias sociales han llevado a cabo, reconocen que el género, o lo que se asigna como conducta adecuada femenina o masculina, es una construcción social originada en el hecho biológico de nacer con órganos sexuales femeninos o masculinos.

Durante un largo periodo de la historia ha existido una división muy rígida entre las funciones y el trabajo que deben desempeñar los hombres y las mujeres. A estas funciones y trabajo se le llama división "sexual" del trabajo porque está basada en el hecho de nacer con sexo femenino o sexo masculino.

Desde esta división, la sociedad (padres, maestros, familiares, amigos, sacerdotes y todas las personas que nos rodean) exige que, en nuestro proceso de identificación como hombres o mujeres, asumamos no solo el rol sexual sino las expectativas y patrones de conducta asignadas por ella.

Por ejemplo: para nuestras abuelas, bisabuelas y tal vez nuestra madre, ser mujer significaba indiscutiblemente casarse, tener hijos y dedicarse al hogar el resto de la vida, "cumpliendo la función para la que nacieron".

Para los abuelos, los bisabuelos y tal vez nuestro padre, ser hombre significaba también indiscutiblemente "tener la autoridad, ser el proveedor económico de la familia y tener un desempeño sexual muy alto: siempre estar dispuesto con las mujeres.

Actividades como comprar comestibles, preparar la comida, lavar, planchar, asear la casa, cuidar y atender a los hijos, se consideraban características sexuales secundarias femeninas (todavía se consideran así en algunos lugares). Por lo tanto, al ser funciones "femeninas" los hombres no podían realizarlas.

Por otra parte no se acostumbra que la esposa trabajara fuera de la casa y aportara dinero a la familia, se veía mal, y se juzgaba al esposo como "poco hombre" por no cumplir con sus obligaciones. Es decir, para nuestros abuelos el lugar de la mujer estaba en la casa y el hombre, en la calle.

Así fueron educados los abuelos y ellos educaron así a sus hijos, nuestros padres.

Junto con las funciones antes mencionadas, la mujer debía ser sumisa, obediente, dependiente, sensible, callad, dulce, débil, ilógica, afectuosa, tierna, temperamental, mientras que el hombre debía ser: rebelde, agresivo, fuerte, lógico, competitivo, independiente, duro, insensible y autosuficiente.

Estas diferencias en la educación llevan a diferencias en los lenguajes que hablan hombres y mujeres y a diferencias en expectativas, lo cual se traduce en conflictos entre los dos sexos

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