"SABERES SOCIALES Y SABERES ESCOLARES" EMILIO TENTI FANFANI
Enviado por Danielahordaz • 16 de Diciembre de 2013 • 697 Palabras (3 Páginas) • 1.097 Visitas
La escuela se constituyó un mundo aparte para protegerse de las influencias de una cotidianeidad que se trataba de transformar radicalmente, es un mundo aparte con su espacio-tiempo bien definido, con sus propios ruidos y olores, alejados de los ruidos del mundo exterior. La escuela templo, es también una escuela fortaleza, cerrada, para no dejar filtrar las cosas del mundo exterior.
Hoy los muros de la escuela ya no son tan sólidos como antes. Los propios niños son los caballos de Troya de otros saberes y ámbitos de vida. Sus lenguajes, sus intereses (y desintereses), sus temores, sus sueños y aspiraciones se introducen de contrabando en la escuela.
La escuela como medio socializante tiene la tarea de promover en los alumnos saberes básicos, los cuales deben ir encaminados no tanto a formar especialistas en alguna rama del saber sino dotar de armas suficientes que le permitan trascender en la vida cotidiana, es decir, la escuela debe considerar como primer punto que, los supuestos que imparte son para una sociedad ideal, "inexistente”, cuando la realidad demanda saberes que permitan sobrevivir, el mundo de la escuela es diferente al mundo cotidiano que viven los niños o alumnos, que es precisamente lo que Fanfani nos plantea.
El hombre no es sólo un entendimiento puro y para formarlo completamente no basta hacerle saber en qué consiste el mecanismo formal de su pensamiento y cuál es su funcionamiento normal.
Para la educación general básica, la más útil de las culturas: la cultura general. Esta es la educación útil para todos. Pero, la cultura general viene lógicamente primero. En verdad, toda especialización supone una cultura, es decir, un sistema de categorías de distinción entre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo, lo verdadero y lo falso, en síntesis, una manera de plantarse frente al mundo exterior, frente a los demás y frente a sí mismo.
Un estudiante que vive en condiciones de pobreza, no tiene el mismo aprendizaje que uno que vive en un sitio con todos los servicios. Sin embargo, ambos tienen el derecho de aprender y desarrollarse. Cada uno de ellos toma de su contexto inmediato saberes, algunos que sirven de base (conocimientos previos) para el aprendizaje en el aula.
En materia de aprendizaje hay que tomar en cuenta un segundo principio general: el primer objetivo del buen maestro debe ser despertar la curiosidad, el gusto, el amor, la pasión y el deseo de aprender. Una vez generada la necesidad y la demanda de aprendizaje vendrán los conceptos y las definiciones, los esquemas y las clasificaciones, en suma, las teorías y las abstracciones.
En materia de enseñanza de las lenguas y la literatura, por ejemplo es preciso comenzar por las lecturas de las obras, no tanto para analizarlas en su lógica genética y estructural sino para degustarlas apreciarlas y quererlas. Habría menos posibilidades de equivocarse si se partiera del niño y del
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