SIN PREVIO AVISO
Enviado por 290650 • 1 de Noviembre de 2013 • 452 Palabras (2 Páginas) • 235 Visitas
SIN PREVIO AVISO.
Llegó sin previo aviso, lleno de polvo y sudor pegajoso, con cara de hambre y media mirada extraviada. Venía de un sitio desconocido y llegaba a otro que tampoco conocía. Todos lo vimos cuando pasó como venado perdido, sin rumbo, tembloroso como si se lo llevara el viento como polvo del camino. Se cayó en medio de la calle y perdió el sentido. Lo recogieron algunos vecinos y lo llevaron a casa de la negra Teresa, donde lo acostaron en el viejo catre del abuelo Bernardo. Despertó bruscamente y dijo: -“Dónde carajo estoy!
Tiempo después, en una conversación con él, con su voz lenta y temblorosa, me dijo que se llamaba Julián, y que había sido guerrillero, había estado peleando en la montaña de El Bachiller, lo había atrapado en un enfrentamiento con el ejército, a él y cinco más de una columna de 12, el resto fue ejecutado la misma noche de la batalla. Fue llevado preso a Cocollar, al TO4, luego de ser interrogado y torturado durante cinco días seguidos donde perdió su ojo derecho, su tobillo izquierdo fracturado, enterrado vivo y sometido a días enteros sin comida ni agua, fue dejado en “libertad” en un camino cualquiera de una población cualquiera, lejos de su Caracas y con sus diecisiete años a cuesta.
Siguió a quienes consideró querían cambiar el destino de la patria para bien del pueblo, a quienes admiró por enfrentar valientemente a un gobierno que entregaba la riqueza a la avaricia extranjera y abandonaba a su suerte lo más preciado de la patria: su pueblo. Entregó todo, abandonó a todos y los siguió con ojos abiertos al futuro, con un palpitar trepidante en su pecho, oyendo canciones de Alí Primera y el grito rebelde del guerrillero heroico…
Pero ahora, con la inmensa tristeza que brota por su único ojo convertida en gruesa lágrimas, llora de vergüenza al ver en lo que se han convertido los “héroes” que siguió, al verlos como los más grandes traidores de un pueblo y de un ejército de muchachos que dejaron sus alegrías, la vida por seguir sus ideales “revolucionarios”.
De eso han pasado más de cuarenta años, y Julián, sólo con su ojo izquierdo, nos mira, fijamente, como retratando a uno. Julián recuerda cuando llegó al pueblo aquella tarde, lleno de calor y dolor, de hambre y mucha rabia, con la mente llena de sus amigos fusilados por los soldados defensores de la patria. Queriendo retroceder el tiempo y volver al instante del desprendimiento del cordón umbilical que lo ataba a la negra María. Volver a nacer.
Volver a nacer fue lo que sintió cuando vio aquel joven soldado en la pantalla de la tv decir: “…por ahora…”
-Hay futuro, dijo!
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