Saint Onge
Enviado por MarianaRna • 10 de Enero de 2014 • 2.528 Palabras (11 Páginas) • 338 Visitas
Introducción
El presente documento se refiere al tema la competencia de los profesores encontrado en el libro Yo explico pero ellos... ¿Aprenden?, en el cual se realizó un análisis crítico tratando de contextualizar y contrastar con experiencias docentes.
La importancia que se le puede dar a este tipo de texto ayuda a crecer tanto en el ámbito académico como en el profesional, ya que como futuro docente se tiene el interés de aprender y actualizar nuestras estrategias. Además de reforzar algunas aspectos que conocemos mediante la práctica, mas no teóricamente.
En el desarrollo del documento encontrara tres posturas del autor, enfocadas en los alumnos y en el maestro, pero principalmente en los alumnos. La primer postura está dirigida específicamente en el interés de los alumnos hacia las materias escolares y la importancia que un maestro tiene en esta.
La segunda postura nos habla sobre como pensamos que aprenden los alumnos, es decir, nosotros explicando las clases y ellos escuchando lo que les decimos, cuando inconscientemente sabemos que es mentira. Escucharnos es parte de lo que aprenden, pero no es su totalidad. Además también explico algunas estrategias de enseñar a los alumnos, donde ellos participan activamente.
La tercera postura nos habla de la necesidad que tiene los alumnos del maestro para aprender, también nos habla del aprendizaje mediante algunas afirmaciones y como último punto de la evaluación en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Para terminar, se encuentran algunas conclusiones a las que he llegado después de la reflexión de la lectura,
Desarrollo
¿Interesan a los alumnos las materias escolares?
Como dice el dicho mexicano “Hay de todo en la viña del Señor”, lo mismo sucede entre los maestros, hay maestros que dicen que el interés de los alumnos depende de la materia que se está impartiendo y no del cómo se imparta dicha materia, pero hay muchos otros que piensan que es primordial la manera en que la explican. Para confrontar lo anterior cito al autor del texto Saint Onge (1997) que nos dice que “El interés se centra más en la materia enseñada que en el modo de ensañarla” a lo cual de mi punto de vista desacuerdo, ya que en base a lo que he experimentado el modo de enseñarla tiene mucho que ver, ya que es nuestra labor hacer ver la importancia de todas las materias a los alumnos.
La relación de estudio parece que puede establecerse cuando su situación de enseñanza-aprendizaje se ajusta a tres condiciones: el mantener el interés de los alumnos, que el contenido tenga sentido y que el alumno se integre. Estas tres condiciones nos ayudan a despertar el interés de los alumnos en el estudio.
Saint Onge (1997) “No basta con captar su atención, hay que lograr mantenerla” algo verdaderamente cierto y complicado de lograr, se hace fácil captar la atención de los alumnos, pero el que toda la sesión estén atentos se va complicando, ya que existen factores ajenos que de una manera u otra afectan a la clase. Por ejemplo, recientemente en una clase que impartía estaban los alumnos atentos a la clase, cuando de pronto comenzó a llover, la lluvia no solo fue agua sino que trajo consigo ruido, distracción por parte de los alumnos. ¿Qué se puede hacer en una situación como esa?
Es conocido que no todos reaccionan de la misma manera. Algunos reaccionaran más que otros, pero hay que determinar un nivel de motivación. Para ellos Yerkes y Dodson (1908) descubrieron una ley de activación que básicamente trata de la entrega a una acción en relación con el impacto de los estímulos. Lo que menciona el autor Saint Onge (1997) en relación a esto es “En clase hay que crear situaciones estimulantes para comprometer al alumno con su estudio, pero no tan excitantes que aparten del aprendizaje”. Ejemplificando en la experiencia, si un alumno durante una actividad estimulante deja a un lado el aprendizaje el ya no lo ve como aprendizaje, lo ve más como un juego o como diversión y el aprendizaje perdió el sentido original.
Para que lo anterior no suceda y con el fin de controlar la atención de los alumnos Klausmeier (1973) aconseja ofrecer estímulos nuevos, plantear interrogantes, variar el ritmo de la comunicación, hacer que el alumno participe en el proceso. Todo esto se realiza al inicio de la sesión, mediante a lo que llamamos conocimientos previos, en el que en mi caso realizo en la mayoría de las ocasiones preguntas para interactuar con los alumnos y que ellos sean el punto de partida del contenido.
En la actualidad los libros de texto presentan poco contenido y muchas imágenes, por lo que debemos enriquecer suficientemente los contenidos que presentamos, ya que como Saint Onge (1997) dice “Con un contenido escaso se pueden aburrir a los alumnos y hacer que caiga su interés”. Es verídico, que si al alumno no procesa alguna informacion en la clase su pensamiento es que su atención no vale la pena y va a centrar su atención que el considere más importante.
Cuando un alumno no sabe para qué le va a servir en su vida cotidiana un contenido, es decir, no conoce el objetivo o propósito de este se ve desorientado en un principio, algo que fácilmente se puede solucionar si hiciéramos lo que dice Dalis (1970) “El profesor debe concretar con claridad los objetivos que se quieren en lograr en cada lección y recordarlos de vez en cuando durante el curso”. Un paso que no te quita nada, pero que al menos yo, no realizo debido a que si el programa requiere que realice una vinculación sin que el alumno note que ya está con otro aprendizaje, no voy a mencionar el objetivo que quiero logre y que note a media clase la vinculación.
Lo anterior no tiene mucha importancia, nuestro verdadero reto es crear la necesidad de aprender en los alumnos. Según Jean Berbaum (1991) para que se de aprendizaje hay que cumplir tres condiciones: debe existir un proyecto, adoptar un método y los resultados esperados. Es decir, primero debo saber que voy a hacer, después como lo voy a hacer y el último paso es ya con los resultados, que es lo que puedo hacer para hacerlo mejor, darle un seguimiento a lo obtenido.
La entrega del alumno al estudio depende de las actividades propuestas, ciertamente lo es, si un alumno no le interesa la forma en que está trabajando, su atención se centra en otra cosa. David Hunt (1971) dice que “Tenemos que elegir nuestro estilo de enseñanza pensando más en nuestras aptitudes personales que en las necesidades de los alumnos” estoy completamente en desacuerdo con el autor, ya que el estilo de enseñanza debe de ser dependiendo de las necesidades de los alumnos, claro cada maestro tiene su estilo pero no es por él, sino por sus alumnos.
El profesor debe planificar el contenido
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