Sector Textil En Argentina
Enviado por bridy07 • 14 de Octubre de 2012 • 14.342 Palabras (58 Páginas) • 684 Visitas
4. El sector textil
4.1 Características generales
El sector textil involucra dos etapas productivas principales: hilanderías y tejedurías, responsables de la elaboración de hilos y telas respectivamente. Las materias primas pueden ser naturales (fundamentalmente lana y algodón), sintéticas (poliéster, acrílico, nylon, etc.) o artificiales (rayón viscosa, entre otras), cada una de las cuales da lugar a la fabricación de diferentes variedades de textiles, con diversas propiedades físicas y químicas. El ciclo productivo termina con el acabado, donde se realizan los estampados y la tintorería, momento a partir del cual la tela pasa al siguiente eslabón de la cadena.
El nivel de concentración industrial disminuye progresivamente a medida que avanzamos aguas abajo en la cadena de valor. El eslabón más concentrado es el de las hilanderías, seguido por tejedurías, mientras que las firmas de confecciones se encuentran notablemente atomizadas en pequeñas unidades productivas. En el caso de las tejedurías, es necesario diferenciar entre tejedurías planas y tejeduría de punto. En el primero de los casos es necesaria una inversión inicial elevada, que justifica la integración aguas arriba, de forma tal que aún en las estadísticas nacionales ambos segmentos (hilanderías y tejedurías planas) se encuentran agrupados. Las tejedurías de punto, por el contrario, tienen escalas de producción considerablemente más reducidas que generalmente no justifican la integración. De este modo, tenemos una mezcla de firmas con diferentes grados de integración: (i) hilanderías, (ii) hilanderías-tejedurías planas y (iii) tejedurías de punto. Se trata, por supuesto, de una caracterización general que se ve modificada en función de las historias y estrategias particulares de cada firma, pero que de todas maneras constituye un patrón que se reitera y que ayuda a comprender mejor la dinámica del sector textil. En el caso de las tintorerías, muchas empresas han decidido integrarse aguas abajo e instalar sus propias unidades productivas en los últimos años, aunque esto obedecería más a la falta de capacidad instalada dentro de este segmento (y la consiguiente dificultad de las tejedurías para encontrar tintorerías a precios y condiciones adecuadas) que a una lógica estrictamente productiva.
Si bien la indumentaria y el calzado son el principal destino de la producción textil, con una participación cercana al 50%, existen otros usos ampliamente difundidos. En primer lugar, cerca de un cuarto de la producción textil está constituida por textiles industriales, utilizados como insumos productivos en una extensa variedad de industrias, incluyendo la fabricación de llantas para automóviles, carreteras, tapizados, colchones, filtros, correas transportadoras, mangueras de incendio, así como también otros productos demandados por la construcción civil, la siderurgia, la industria alimenticia y el sistema hospitalario, entre otros. El 25% restante de la demanda de la industria está constituido por textiles para el hogar, generalmente clasificada en ropa de baño, de cama, de mesa y cocina. Dentro de este segmento de la industria encontramos telas para cortinas, sábanas, tapizado de sillas y sillones, alfombras y tapices, entre otros cientos de productos textiles de uso doméstico.
Se trata de industria madura, donde la tecnología está disponible en el mercado internacional, los requerimientos de capital son relativamente bajos y el nivel de calificación requerido en la mano de obra no es elevado. Estas características generales tornan al sector particularmente interesante para aquellos países que emprenden procesos de industrialización tardía y cuentan con bajos niveles salariales, en tanto constituye un casillero inicial en el desarrollo de capacidades productivas más complejas. El sendero tradicional comienza con la producción de indumentaria –el eslabón más sencillo de la cadena- y continúa luego con la integración aguas arriba hacia el insumo principal, los productos textiles. En los casos más exitosos, como Japón y más recientemente China, el upgrading sectorial termina con la fabricación y exportación de bienes de capital e insumos textiles y de vestimenta.
Paralelamente, la cadena de valor –particularmente el segmento de indumentaria- genera una importante cantidad empleo para los sectores de la población con poca formación y bajo nivel socio-económico, lo que constituye una buena razón para proteger a esta industria frente a la emergencia de competidores externos. De este modo, como veremos a lo largo del presente trabajo, el complejo textil-indumentaria presenta un conjunto de especificidades que lo tornan atractivo tanto para países desarrollados como subdesarrollados, aunque en cada uno de los casos los objetivos buscados no sean los mismos.
En cuanto a la tecnología, la innovación en la industria textil está dominada por proveedores (Pavitt, 1984), fundamentalmente de maquinaria y productos químicos y sintéticos. Así, la mayor parte de las nuevas tecnologías utilizadas en la producción textil son desarrolladas por fuera del sector y comercializadas en grandes ferias internacionales donde los fabricantes y proveedores ofrecen sus productos. Una de las principales consecuencias de esta dinámica es que no existan diferencias tecnológicas significativas entre firmas del sector a nivel internacional, como ocurre en muchas otras industrias.
Dentro del segmento de maquinaria y equipos para la fabricación de hilados y tejidos, los desarrollos tecnológicos tienden a ser incrementales y a vincularse con la velocidad y con la escala de producción. Asimismo, la incorporación de tecnologías de la información para la gestión del diseño y la producción, conocidas como CAD (computer-aided design) y CAM (computer-aided manufacturing), junto con el uso de maquinaria moderna, han permitido reducir el tamaño de los lotes de producción y gestionar cambios rápidos en los productos, así como también detectar problemas e ineficiencias en las líneas de producción y mejorar el control de calidad de los productos. (Rodrigues da Costa y Pinto da Rocha, 2009).
El sector de innovaciones relacionado con la industria química tiene un elevado grado de sofisticación tecnológica, donde los gastos de I+D están relacionados con la búsqueda de nuevas propiedades en los materiales, colores y usos de las fibras, así como también a la emulación de las propiedades de las fibras naturales.
Existe, por otro lado, una tendencia relativamente reciente vinculada con la innovación más radical de productos (y no de procesos) textiles. Así, por ejemplo, encontramos desarrollos de textiles técnicos en automoción, textiles electrónicos y nano-textiles, todos ellos
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