Seguridad En La Soldadura

La Soldadura es mucho más que soldar.

Fue difícil decidir sobre qué tema abordar cuando acepté la gentil invitación de esta prestigiosa revista para escribir este artículo.

La soldadura no es sólo mi profesión sino mi mayor pasión. Siendo un tema tan complejo e interesante, existen cientos de publicaciones y extensos estudios sobre el tema (Henry Horwitz, “Soldadura: Aplicaciones y práctica”, “Metalurgia de la Soldadura”; Howard B.Carey, “Modern Welding Technology”, los Welding Handbooks de la AWS, la Asociación Americana de Soldadura, por mencionar algunos), que tomarían toda una vida para poder tan sólo leerlos. Sin embargo, teniendo tanto de que escribir, resolví hacerlo sobre un aspecto de la soldadura del que, al parecer, nadie quiere hablar.

Debido a las continuas críticas que en mi trabajo he escuchado sobre la falta de profesionalismo de los soldadores (Soy Técnico en Soldadura Industrial de profesión y mayormente me he desempeñado como Consultor y Asesor Técnico), es que reparé por primera vez en este asunto. Y a decir verdad, de acuerdo a mi experiencia y a la de otros colegas, el problema parece radicar precisamente, en los soldadores.

Pero la pregunta que nadie se hace respecto a este punto es, ¿son poco profesionales respecto a quién?, ¿a los Técnicos?, ¿a Ingenieros? De lo anterior surge otra pregunta, ¿podemos hacer este tipo de comparaciones respecto a personas con preparación académica?

He calificado, inspeccionado y supervisado a más de quinientos soldadores, y por más que he tratado, no he podido identificar la razón tras este “bajo profesionalismo” en los soldadores. Fue por lo que inicié hace ya poco más de 4 años una investigación informal sobre el tema, y la verdad es que las conclusiones extraídas resultan poco alentadoras.

Muchos de los problemas que se manifiestan en las estructuras soldadas son, efectivamente, de origen humano. Pero sorprende el hecho de que no todos estos problemas son a causa de los soldadores.

En Chile, y por motivos que aún no he podido averiguar, ninguna de nuestras Casas de Estudios Superiores les enseña Soldadura a nuestros Ingenieros, ni siquiera en Ingeniería de Ejecución (con excepción de la Federico Santamaría a sus Ingenieros de Ejecución metalúrgicos, quienes tienen un semestre). Este vacío profesional deja en el campo laboral a una de las actividades más relevantes de la Industrial, sin “Director Técnico”. Sin ir más lejos, la Pontificia Universidad Católica del Perú la imparte en forma de Diplomado y un Magister en Soldadura, y Argentina, a través del IRAM, hace otro tanto, por lo que no es algo descabellado preguntar, ¿por qué aquí no?

En Estados Unidos tenemos la AWS y en Europa la EWF (Federación Europea de Soldadura) además del IIW (Instituto Internacional de la Soldadura) donde se imparte una serie de carreras, diplomados y certificaciones en soldadura, desde IWE (Ingeniero Internacional en Soldadura), hasta el IW (soldador internacional), pasando por IWI (Inspector Internacional de Soldadura) y el IW (Soldador Internacional).

Todos conocemos la Importancia de nuestros Ingenieros en cada actividad de la Industria. Son quienes calculan, diseñan y definen cada aspecto de nuestras labores diarias, es decir, son quienes determinan la jugada y elaboran la mejor estrategia, para lograr de la manera más eficiente nuestros objetivos y tareas. Son quienes emanan la información a los mandos medios y al cuerpo técnico, para que éstos, a su vez, la transmitan a los operarios y ejecutantes, y así asegurar la correcta aplicación de las Especificaciones Técnicas y de las normas de aplicación. Sin su intervención no sería posible concretar un proyecto y llevarlo del papel a la realidad. Entonces, ¿cómo es posible que se realicen importantes megaproyectos en construcciones metálicas en nuestro País sin Ingenieros en Soldadura? Como era de esperarse, a la Chilena.

La improvisación es una de las especialidades de nuestra creativa idiosincrasia, y al igual que, casi instintivamente doblamos una servilleta para nivelar una mesa coja, ponemos a cargo al primero que se nos atraviese, muchas veces en una tarea para la que no fue preparado, y esperamos que todo

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