Sentido Cristiano De La Navidad

El sentido cristiano de la Navidad

Precisamente en estas fechas tan señaladas, en las que deberíamos tener por objeto principal la celebración del nacimiento de Jesucristo, son por desgracia en las que de manera nítida podemos vislumbrar como la sociedad de la que formamos parte, se va adentrando de forma progresiva en una espiral hacia la nada.

Año tras año, los diferentes pastores que conforman la Iglesia vienen denunciando la pérdida de religiosidad de la Navidad que sin duda se está produciendo y de gran manera en los últimos años. Es probable que empiece a parecer un tópico, pero sin duda, los siguientes hechos no los podemos achacar a otra cosa que no sea a "la crisis de valores".

Esta crisis de valores a la que nos referimos, empezó por sustituir el verdadero sentido del advenimiento de Jesucristo por la fiebre de las compras, por el derroche, llegando incluso a añadir nuevos conceptos a nuestra cultura como la famosa "cuesta de enero" -provocada, entre otras cosas, por el endeudamiento de las familias durante estas fechas-. A continuación, se pasó a sustituir el tradicional Belén por elementos decorativos que pesé a sus exóticos orígenes han pasado a ser habituales en nuestros hogares, llegando a tal punto el disparate de proponer por parte de una entidad pública denominar "vacaciones de invierno" a las de Navidad.

Esta secularización de la Navidad se debe a esos hechos que han pasado de ser anecdóticos para convertirse en tendencia, esos en los que Jesús pasa a ser un simple personaje de cuento con buenas conductas haciendo que la sociedad occidental en su conjunto se acerque peligrosamente a esa línea donde lo religioso deja de serlo para convertirse en mera ética.

Sin embargo, esta degradación provocada por la malformación y manipulación de la historia, de las costumbres cristianas y de la propia religión católica nada tiene que ver con el significado del misterio que celebramos, esa tarea que Jesucristo como Cordero de Dios vino a llevar a cabo en el mundo, que no fue otra que la de redimir el pecado, aupando al hombre a la Salvación a través de su sacrificio más cruel clavando al Hombre en la Cruz.

El actual papa emérito Benedicto XVI en tiempos en los que era sumo pontífice rezó las siguientes palabras: "mientras una cierta cultura moderna y consumista intenta hacer desaparecer los símbolos cristianos de la celebración de la Navidad, asumamos todos el compromiso de comprender el valor de las tradiciones navideñas, que forman parte del patrimonio de nuestra fe y de nuestra cultura, para transmitirlas a las nuevas generaciones".

Hoy, mientras estemos celebrando con nuestros allegados la Navidad, recordemos su verdadero sentido, recordemos que Dios a través de su Hijo ha entrado en los límites del espacio y el tiempo, y ha estado entre

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