El Sentido De Ser Cristiano
Enviado por nataliahiginio • 17 de Abril de 2014 • 822 Palabras (4 Páginas) • 374 Visitas
EL SENTIDO DE SER CRISTIANO
Resumen
1. EL AMOR BASTA
Dice un relato originario del judaísmo tardío del tiempo de Jesús que se presentó un pagano antes rabí Samay. El pagano le dijo que estaba dispuesto a convertirse a la religión judía si era capaz de exponerle el contenido de esta en el tiempo en lo que una persona puede mantenerse apoyada de un solo pie. El rabí admitió que era incapaz de resumir en un par de frases toda la religión de Israel. Así que el pagano esta vez se dirigió al rabí Hilel y este sin rodeos le dijo: “No hagas a tu prójimo lo que a ti te fastidia. Esta es toda la ley. Todo lo demás es interpretación”.
Después esta historia de vuelve a repetir cuando un rabí le preguntó a Jesús de Nazaret que qué debía hacer para obtener la salvación. Él le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Aquí se contiene todo lo que Jesucristo exige. Quien hace eso es cristiano y lo tiene todo.
Cuando Cristo habla de ese modo quiere pronunciar palabras que se deben comprender en toda su seriedad. Este juicio presenta la realidad más definitiva que existe; es la prueba donde se pondrá de manifiesto cómo están realmente las cosas, porque en él se decidirá el destino eterno del hombre.
Quien ama es cristiano. El amor, descrito aquí como el contenido de la existencia cristiana, exige de nosotros que tratemos de amar como Dios ama. Él nos ama porque seamos particularmente buenos, sino porque él es bueno.
Amar de una manera cristiana significa tratar de seguir este camino: que no amemos solo a las personas que nos resulten simpáticas, que nos agradan, porque amar cristianamente es ser buenos con quien tiene necesidad de nuestra bondad, aunque no nos resulte simpático.
2. ¿PARA QUÉ LA FE?
Ser cristiano significa tener amor. Esto es enormemente difícil y, al mismo tiempo, enormemente sencillo. Por muy difícil que pueda resultar en muchos sentidos, el experimento constituye un conocimiento hondamente liberador.
Ser cristiano significa tener amor; significa realizar el giro copernicano de la existencia, por el cual dejamos de considerarnos el punto central del mundo y de hacer que los demás giren solo a nuestro alrededor.
En su forma más sencilla e íntima, la fe no es otra cosa que aquel punto del amor donde reconocemos que también nosotros necesitamos que nos obsequien.
En el gesto de la fe, en la que debe transformarse el verdadero amor, está siempre presente el deseo que tiende hacia el misterio de Cristo, misterio después, cuando se revela, es un desarrollo necesario de este gesto fundamental, de modo que rechazarlo significaría rechazar la fe y el amor.
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