Sigatoka Negra
Enviado por yaquimoises • 31 de Mayo de 2013 • 5.312 Palabras (22 Páginas) • 478 Visitas
Mycosphaerella fijiensis
Clasificación científica
Reino: Fungi
Filo: Ascomycota
Clase: Dothideomycetes
Orden: Capnodiales
Familia: Mycosphaerellaceae
Género: Mycosphaerella
Especie: M. fijiensis
Nombre binomial: Mycosphaerella fijiensis Morelet
ENFERMEDAD: La Sigatoka Negra (Mycosphaerella fijiensis Morelet) en el plátano
Distribución e Importancia:
En Fiji la Sigatoka negra, se descubrió como una enfermedad nueva en 1963 (Rhodes, 1964 y Leach, 1964), aunque hubo evidencia de su presencia en Hawái y en algunas zonas del pacífico desde mucho antes (Stover, 1972)
La Sigatoka negra se detecto por primera vez en Centroamérica, en Honduras 1972. Aunque al parecer se encontraba ya en el área algunos años antes, desde ese momento se le cito causada por M.fijiensis. Luego de su detención en Honduras, se ha propagado hacia otras zonas productoras de plátano y banano en el continente, debido a las características epidemiológicas de la enfermedad y a la continuidad de aéreas de cultivo de musáceas entre los países afectados. Es así como en 1975 se observa en Belice, luego en Guatemala 1977, posteriormente en 1979 se presento en Costa rica, Nicaragua y el Salvador, 1980 se detecta en México y en 1981 en Panamá.
En Suramérica, entra hacia Colombia en 1981 y se observa posteriormente en 1987 en Ecuador y en Venezuela en 1991. Hacia el área del Caribe se reporta en Cuba igualmente en 1991. Se puede decir que se encuentra en casi todas las regiones del mundo donde se cultivan plátanos.
La Sigatoka negra fue detectada en Venezuela en la finca El Oro, municipio Catatumbo, estado Zulia, propiedad del señor Antonio Garcés. Fue transportada en restos vegetales por las corrientes del río Catatumbo.
El plátano es uno de los principales productos agrícolas de exportación en el mundo. En la actualidad la industria platanera en América Central, Sudamérica y algunas islas del Caribe es afectada notablemente por Sigatoka negra (Orozcos, 1998), la cual es el principal problema fitosanitario que amenaza la producción de esta fuente de alimentos y divisas (Jacome, 1998).
Esta enfermedad altamente destructiva en los principales cultivares de plátanos, puede ocasionar según Burt et al (1997) y Orzco (1998) pérdida en el rendimiento entre un 50 y 100%, afectando de manera notoria la economía del productor. Ataca las hojas de las plantas, produciendo un rápido deterioro del área foliar cuando no se combate, afecta además el crecimiento y productividad de las plantas al disminuir la capacidad de fotosíntesis. También produce una reducción en la calidad de la fruta, al favorecer la maduración de los racimos, lo cual es la mayor causa de pérdida (Douglas y Ronald, 1992).
Desde que se reportó por primera vez en Venezuela, se originó gran incertidumbre sobre el futuro de la producción de bananos y plátanos, pudiendo general alto potencial para su adaptación a nuevas condiciones climáticas, fungicidas y genotipo de huésped (Ploetz, 2000),
La sigatoka negra, catalogada como una de las más serias enfermedades que ataca a las musáceas, es mucho más virulenta que la amarilla, siendo necesario su control para obtener una producción de valor comercial aceptable.
La persistencia de la sigatoka negra en el occidente del país ha obligado a realizar cambios en las prácticas de manejo del cultivo.
La mayor pérdida del cultivo a causa de la sigatoka negra se origina donde no se realizan controles de malezas, no se practica la eliminación de hojas secas colgantes, ni la aplicación de fertilizantes; además problemas con el riego y drenaje, así como una inadecuada distribución de las plantas en el campo (Martínez et al, 2000). Los productores carecen de prácticas de deshije, asistencia técnicas y de recursos para comprar los insumos y equipos, de organización de productores.
Generalmente es necesario mantener una cantidad mínima de cinco hojas en la planta hasta el tiempo de cosecha para que la calidad de las frutas sea estable durante el transporte. Las frutas de plantas gravemente enfermas son propensas a ablandarse prematura e irregularmente. Esto constituye una preocupación grave para los que producen fruto para exportación debido a las exigencias rígidas de los consumidores en los países desarrollados
Patogénesis:
Las esporas de la Sigatoka negra son dispersadas por el viento y depositadas en las hojas más jóvenes de la planta (Douglas y Ronald, 1992). Las esporas depositadas germinan, si las condiciones de humedad son buenas, emitiendo un tubo germinativo que penetra por los estomas de las hojas, para luego ramificarse y colonizar varias células vecinas, produciendo el síntoma característico de pizca y posteriormente la mancha necrosis.
Los síntomas de la sigatoka en las hojas incluyen lesiones necróticas, algunas pudieran tener un incipiente, halo amarrillo, sin embargo al coaleser, muchas manchas maduras originan extensas áreas de coloración amarillenta, lo que sugiere que el hongo produce toxinas que intervienen en la patogénesis de la enfermedad. Esto ha sido comprobado mediante trabajos “in vitro” en diferentes cultivares de banano, uno de estos componentes tóxicos es el fijiensi, el cual altera el metabolismo de las metioninas produciéndose etileno que influye en la maduración irregular de frutos cuando hay racimos raquíticos por ausencia de hojas fotosintéticamente activa como para mantener el llenado y maduración de los racimos.
Fouré, (1994) planteó la existencia de una estrecha relación entre algunos factores climáticos como la humedad relativa, temperatura, precipitación y el patógeno, los cuales condicionan la incidencia y severidad de la enfermedad.
La lluvia posee un papel muy importante en la liberación del inoculo, la precipitación provee condiciones de humedad que favorecen el desarrollo de las infecciones, permitiendo establecer una época relativa baja y otra de alta incidencia.
La humedad relativa es importante en proveer las condiciones hídricas de las esporas y el desarrollo de las infecciones.
Gauhl, (1994) expresó que la liberación de ascósporas ante la presencia de lluvias es alta, atribuido a la existencia de una capa de agua en la superficie de la hoja donde existe una mayor cantidad de manchas en el envés. Las hojas secas adheridas a las plantas representan una excelente fuente del inoculo.
La temperatura y la humedad relativa, según Jácome y Wschuh, (1992) durante un estudio realizado, favorecieron el desarrollo de la epidemia, ya que temperaturas entre 20-35 0c contribuyen a la germinación de conidios y ascósporas de los hongos, ocurriendo máxima germinación si existe un
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