Sistema Turistico
mer.nieto31 de Mayo de 2014
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El sistema turístico
1. LOS ELEMENTOS DEL SISTEMA
En el capítulo anterior se demostró que el turismo no es una ciencia ni una industria, con o sin chimeneas, y se le ubicó como perteneciente al sector terciario. En la fundamentación, también se dijo que el turismo es la consecuencia de un fenómeno social cuyo punto de partida es la existencia del tiempo libre y el desarrollo de los sistemas de transporte. En torno a los viajes que se realizan como una de las formas de aprovechar el tiempo libre, se ha generado un importante número de actividades, que, como muchas otras, no fueron progra- madas previamente. Su existencia se debe a un movimiento espontáneo por el cual la iniciativa privada, primero, y el poder público, después, fueron resolviendo las necesidades de los viajeros al incorporar cada vez un mayor número de servicios destinados a aumentar el confort del turista y a multiplicar sus oportunidades de diversión. Así alrededor del turismo se ha ido formando una trama de relaciones que caracterizan su funcionamiento. Esas relaciones forman un sistema. Pero no existe una única versión explicativa del sistema turístico, lo cual no significa que haya muchos sistemas, sino sólo uno con varias facetas. El estudio de cada una de estas facetas es lo que ha dado origen a distintos modelos analíticos, uno de los cuales, se denomina oferta- demanda. Otros modelos son: el antropológico social y el que se conoce como turismo industrial. El modelo oferta-demada centra su interés en el funcionamiento del llamado turismo comercial. El antropológico social se ocupa de las manifestaciones del ocio y del tiempo libre en las distintas sociedades y analiza sus repercusiones en las conductas individuales y colectivas, y el modelo turismo industrial se interesa por la producción masiva, la comercialización y el lucro. En la figura 2.1 se han representado las partes integrantes del sistema turístico según el modelo oferta-demanda y se han señalado, además, sus relaciones esenciales. En la parte izquierda de la figura se registra el punto
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Bienes y servicios puestos efectivamente en el mercado
^ ^
Figura 2.1. Funcionamiento del sistema turístico Oferta turística ►I Producto
I
Demanda turística
Servicios solicitados efecti- vamente por el consumidor
Patrimonio turístico =
Satisface el consumo de actividades turísticas A
i Estructura de producción del sector
Planta turística • Atractivos turísticos • Equipamiento e instalaciones • Infraestructura (sistemas y redes propias y ajenas que apoyan el funcionamiento del sector) • Interna • Externa
de partida del funcionamiento del sistema, originado en el encuentro de la oferta con la demanda turística a través de un proceso de venta del llamado producto turístico, que junto a la infraestructura forman la estruc- tura de producción del sector, tal como se indica en la parte derecha de la figura mencionada. En el centro de la misma se ha representado a la super- estructura turística, cuya función es controlar la eficiencia del sistema, vigilando el funcionamiento e interrelación de las partes. El sistema turístico (sin llegar a ser extremadamente complejo) tiene algunas particularidades en su funcionamiento que se explicarán al de- tallar a continuación las características de las partes que lo componen.
2. LA DEMANDA TURÍSTICA
La demanda se puede medir contabilizando el total de turistas que concurren a una región, país, zona, centro turístico o atractivo, y a los ingresos que generan, y si se quiere profundizar el análisis midiendo cómo se distribuyen esos datos entre los distintos tipos de servicios que se ofrecen en esas mismas unidades. Por lo general, los sistemas estadísticos de América Latina se limi- tan a la primera forma, pero sólo parcialmente, pues no pasan de los registros globales a nivel de todo el país, con cifras más o menos exactas del turismo receptivo y estimaciones del turismo interno. A veces estos datos se complementan con otros sobre la demanda de algunos de los centros turísticos más importantes, también superficiales, porque no van más allá del total de turistas por año, una estimación del gasto y la apreciación de la concurrencia en periodos de máxima asistencia,
32 Cap. 2. El sistema turístico
como los meses de alta temporada, la Semana Santa, los carnavales y algunos fines de semana largos. Si bien esta información es útil para analizar la evolución general del turismo a través de sus tasas de cre- cimiento o decremento, y deducir, a medias, el resultado económico, resulta insuficiente para definir técnicamente y con precisión las características que adopta el mercado en cada una de las tantas varian- tes y lugares en que se manifiesta el turismo de un país. El rendimiento de cualquier actividad económica se mide cuantifi- cando las ventas de cada uno de los productos que elabora, sobre el total de la producción. Esto se hace para evitar errores de sobreevalua- ción porque, por ejemplo, cuando una cosecha es levantada y queda sin vender, su rentabilidad privada es negativa o, en el mejor de los casos, igual a cero. Con más razón si lo que está en venta es un ser- vicio o una serie de servicios, como ocurre en un parque temático tipo Disneylandia; más que el número total de personas que entró al mis- mo, interesa conocer la suma total de los consumos que esos visitantes realizan de cada uno de los juegos o atracciones que se ofrecen, más los gastos en comidas y compras. Este sería el nivel de profundidad que deben alcanzar las inves- tigaciones sobre la demanda, cuando se la analiza a partir de cada centro turístico en vez de apreciarla globalmente. Así, se llega a que la demanda total de un país o de una región se obtiene sumando las demandas co- rrespondientes a cada uno de los centros turísticos que se encuentran en ellas. Es cierto que este método conduce a contar más de una vez a una misma persona que a lo largo de su viaje se aloja en distintos centros turísticos, pero como lo que interesa saber no es la cantidad de turistas, sino los días-turista, ese posible error queda corregido automáticamente. Los días-turista, multiplicados por el gasto diario, dan el gasto total. A su vez, el gasto total puede desagregarse en cada uno de sus com- ponentes (alojamiento, alimentación, transportes internos, diversiones, excursiones y compras) y si se quiere profundizar más puede repetirse la operación para alguno o todos los componentes, lo que permite saber, por ejemplo, qué porcentaje del gasto en alimentación se realizó en los hoteles, en otros restaurantes de la ciudad o en lugares de comidas rápidas. Un resumen de las ideas anteriores, más otras que se explicarán a continuación, permite expresar que para realizar un estudio com- pleto hay que analizar los siguientes tipos de demanda: real, turista real–consumidor potencial, histórica, futura y potencial. La demanda real indica la cantidad de turistas que hay en un mo- mento dado en un lugar dado, y la suma de bienes y servicios solici- tados efectivamente por los consumidores en ese lugar durante el tiempo de su estadía. El turista real—consumidor potencial se refiere a los gastos adi- cionales que puede realizar la demanda real durante su estadía, en el consumo de bienes y servicios que no fueron pagados antes de salir de viaje o que no son los obligados de alojamiento para el turista
La demanda turística 33
que viaja por su cuenta. El concepto de turista real—consumidor potencial debe tomarse en cuenta para diseñar las campañas publici- tarias de cada centro turístico, de modo que lleguen a los visitantes durante el tiempo de su estadía para motivarlos a que visiten el mayor número posible de lugares y aumenten el gasto en cosas que desconocían antes de viajar a ese sitio. La demanda histórica es el registro estadístico de las demandas reales ocurridas en el pasado, y el análisis de sus variaciones y ten- dencias para deducir el ritmo de su evolución. La demanda futura es el resultado del cálculo que habrá que realizar, tomando como base las series cronológicas de la demanda histórica de un lugar dado, para proyectar, a partir del presente y mediante la aplicación de fórmulas matemáticas, su probable creci- miento, estancamiento o decremento durante un periodo de tiem- po determinado a partir del presente. La demanda potencial es la que podría obtenerse desde una plaza de mercado emisor no conquistada, hacia otra plaza de mer- cado receptor (un centro o un conjunto de centros turísticos), y también los incrementos adicionales que podrían conseguirse de la demanda futura (la que se origina en las plazas de mercado emisor tradicionales) como consecuencia del mejoramiento de los servicios y del aumento de la capacidad de alojamiento o por el efecto de los sistemas de publicidad que, para corregir una oferta subaprovecha- da, apuntan a nuevos segmentos de mercado en esas mismas plazas. Estas defmiciones no agotan las posibilidades de análisis del factor demanda que debe extenderse a un mejor conocimiento de los consumi- dores, mediante estudios sobre las preferencias motivacionales de los turistas a los que se espera recibir y el nivel de satisfacción de aquellos que ya han pasado por un centro turístico determinado. Sin estos estudios es muy difícil saber qué es lo que debe hacerse o construirse para aumentar la demanda de todos y cada uno de los servicios de los centros turísticos y, por la suma de ellos, de un país o una región.
3. LA OFERTA TURÍSTICA
El análisis económico entiende por oferta a la cantidad de mer- cancía o servicio que entra en el mercado consumidor a un precio dado y por un periodo dado. Cuando se trata de bienes (mercancía) lo que se produce
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