Sobre el aprendizaje humano y la teoría del procesamiento de la información

Sobre el aprendizaje humano y la teoría del procesamiento de la información

Hablar del desarrollo de la raza humana es hablar de un sinfín de procesos históricos ligados al sistema de ensayo-error, paulatinamente las comunidades adquirieron experiencia no solo empíricamente sino también por medio de los ancianos, quienes la transmitieron a las nuevas generaciones; la repetición sucesiva de relatos de experiencias y la nueva adquisición de conocimiento sentaron la base para la existencia de un conocimiento general. Vivimos ahora en un mundo repleto de información, las fuentes son infinitas y los medios de difusión aún más. Las razones por las que aprendemos también son diversas, como nos relata Jeanne Ellis Ormrod en su libro “el aprendizaje humano”:

“las personas aprenden por razones muy diferentes. Algunas aprenden para conseguir recompensas externas, por ejemplo, buenas notas, reconocimiento o dinero. Pero, otras aprenden por razones menos obvias y más internas, quizá para obtener una sensación de triunfo o simplemente para hacer más fácil la vida.” (Ormrod, 2005)

Mucho se ha teorizado acerca del aprendizaje y sobretodo de las formas de aprendizaje; varias definiciones sobre el aprendizaje coinciden en que los cambios producidos por el aprendizaje residen en la conducta; mientras que entonces otras definiciones teorizan el aprendizaje como cambios en las relaciones mentales del sujeto. Es ahí cuando los términos conductismo y cognitivismo aparecen. Ambos términos corresponden a grandes teorías psicológicas desarrolladas y debatidas por largos años; antes de continuar con las teorías del aprendizaje humano, partiremos esbozando al conductismo y al cognitivismo, pues ambas corrientes resultan importantes a la hora de hablar del aprendizaje humano.

Por un lado, el conductismo, a breves rasgos, basa su teoría en el estímulo respuesta, atribuyéndole así un método científico al estudio del aprendizaje. El fisiólogo ruso Iván Pavlov es quizá el representante de esta teoría.

Desde 1888 hasta 1897 el ruso realizaba estudios centrados en establecer los mecanismos responsables por la secreción de jugos gástricos en diversos lugares del sistema digestivo (boca, estómago, páncreas), como respuesta a la ingestión de comida. Curiosamente, el mayor impacto de Pavlov en la historia de la ciencia no ha sido por el trabajo de la fisiología digestiva, sino por sus descubrimientos de condicionamiento. (Gutiérrez, 1999) En el curso de sus investigaciones sobre la secreción de saliva, Pavlov observó un fenómeno interesante. Cuando el experimentador presentaba comida a un perro por primera vez, el animal salivaba una vez la comida llegaba a la boca. Sin embargo, aquellos animales que habían sido expuestos a varios de estos ensayos, empezaban a salivar antes de tener contacto directo con la comida. Pavlov sugirió que un estímulo que había precedido la comida, había adquirido la capacidad de producir la respuesta de salivación. Además de ello, tuvo la capacidad de reconocer la importancia de este hallazgo y abandonó su trabajo en la fisiología de la digestión para dedicarse a la investigación de los reflejos condicionados y en general del condicionamiento clásico. El descubrimiento básico de Pavlov estimuló la investigación en los fenómenos de condicionamiento.

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