Socioantropologia
Enviado por jandres87 • 5 de Febrero de 2015 • 1.299 Palabras (6 Páginas) • 115 Visitas
LOS TIEMPOS OPORTUNISTAS, LA RIQUEZA LATINO AMERICANA Y EL HOMBRE DE LA TIERRA EXPULSADO.
Hoy sentimos como la brisa nos acaricia, los arboles nos dan sus frutos y como el agua surge de las montañas. Sin embargo el hombre le parece poco esa riqueza que da la vida y se ha empeñado en destruir el mundo con la magnífica excusa llamada “desarrollo”, quien ha llevado a destruir la moral y el equilibrio de este mundo.
En este desarrollo sigue corriendo el agua y ya no es tan caudalosa. Pero a la cual se le puede agregar un caudal de sangre, por quienes defienden sus propiedades y aman el equilibrio con la madre tierra, soñando un futuro para sus futuras generaciones, donde puedan correr en las verdes praderas y se logre escuchar el cantar de los pájaros. Aunque a este deseo o sueño suene mas a una película de Hollywood.
Si revivimos las escenas de las películas, donde se pelea por el oro y el petróleo a cuestas de las vidas de inocentes ya no estaremos en fantasía; sino en una realidad que hoy somete a la riqueza de latino América. Por el color verde del dólar que da motor a las fabricas, quienes consumen a llamaradas cada recurso de la pachaMama. Por lo tanto en este escrito podemos leer la mofa que hace el capitalismo a nuestros países ricos en biodiversidad de fauna y flora.
Tiempos oportunistas seguro te parece insólito este término, al mirar que un desarrollo pueda ser oportunista; sin embargo es lo que en el presente y en un pasado no muy lejano se está dando en Latinoamérica, por ejemplo los temores de campesinos e indígenas panameños frente a las concesiones mineras es el problema de las expropiaciones y, por consiguiente, de la pérdida de sus derechos posesorios sobre sus tierras. Y no están equivocados. Los depredadores proyectos mineros tan contradictoriamente defendidos por el Instituto de Recursos Naturales Renovables- están considerados "de interés público" y así ha sido estipulado en la legislación minera, para justificar las posibles expropiaciones cuando los campesinos e indígenas se nieguen a venderle a las transnacionales sus terrenos.1
Cuando una cosa está considerada "de interés público", priva sobre el "interés particular" o "privado" y la persona que se oponga a vender o entregar su propiedad tiene que ceder ante la ley a las buenas o a las malas. La experiencia que han tenido los campesinos de Tonosí con la mina de Cerro Quema ha sido aleccionadora en este sentido. Cuando la ley estipula el carácter de interés público de la actividad minera, oponerse podría suponer el estar fuera de ley, aunque la declaración de "interés público" de los proyectos mineros impliquen precisamente estar en contra del interés público como lo es el interés de los campesinos e indígenas por sus explotaciones agrícolas y/o ganaderas.1
Aunque los defensores de la minería dicen que los proyectos mineros evitarán la emigración de campesinos e indígenas hacia las ciudades, a todas luces se ve que esto es una gran mentira. Primero, porque los proyectos mineros atentan contra la productividad de la tierra. Segundo, porque son de corta duración (cuando se agote el mineral las transnacionales se van dejando sólo huecos en un suelo contaminado y en los pulmones de la gente). Tercero, porque los trabajos de las minas son para obreros calificados. Indudablemente, masas de familias campesinas e indígenas emigrarán hacia las ciudades engrosando los anillos de miseria. En su ensayo, el profesor Hughes, al analizar esta real e inhumana posibilidad de que un importante segmento de nuestra población sea despojado de su derecho a la tierra, se pregunta: ".... ¿no se está atentando contra el 'interés público'?"1
Es cierto es de un país que no es el nuestro. Pero usted acaso no ha pensado
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