Solo Quiero Caminar

El tratamiento de género con y contra las normas de la sociedad

La imagen social del género se establece durante toda la película, Solo quiero caminar dirigida por Agustín Díaz Yanes en Algeciras, España y México. El director ya nos da una perspectiva metafórica en la primera línea de la película al decir, “Cuando el hombre está solo, la noche es la noche que comienza con la mañana, pero siempre hay una hora que expulsa y una estrella que acender a esa luz. Solo debe esperar.” Aquí se refiere a que el hombre no puede estar solo porque siempre quiere alcanzar su luz, la mujer más apropiada para él, de esa manera demuestra el valor de la mujer. La película explora los variados papeles de la mujer, tales como el del objeto sexual y del ser desvalorada y deshumanizada por los hombres, y la lucha por darse valor para sobrevivir en un mundo donde la mujer es subestimada.

Vemos en la primera escena a cuatro mujeres: Aurora, su hermana Ana, y las amigas Gloria y Paloma, quienes son distintas de carácter pero cada una contribuyendo cualidades valiosas que les ayuda a lograr su meta: el robo. Son presentadas como las protagonistas al haber planeado inteligentemente un robo a una joyería, pero a pesar de un plan intricado, fracasaron. Todas las mujeres lograron escapar a excepción de Aurora, que fue detenida. Los hombres la maltratan a golpes y la deshumanizaron diciéndole, “Ninguna mujer me roba. Me la afoya y las chupa de la poya,” (Solo quiero caminar) implicando que la mujer es nada mas que un objeto sexual y comienza orinarse sobre ella, una clara demostración del tema de la deshumanización de la mujer que durante la obra se supera. Después de que los hombres la hayan abusado, decidieron encerrarla en una prisión. Mientras tanto, unos traficantes mexicanos han llegado a España para abrir una vía comercial.

Ana se gana la vida como prostituta, otro ejemplo de la paradoja del poder del sexo de la mujer y la objetividad de su cuerpo. Es contratada por el jefe de unos narcotraficantes, Félix, que le ofrece casarse con ella e irse a vivir a México. Ana, sin pensarlo, le dice que sí, ya que de esa manera se ve como la mujer puede usar su sexualidad para superar su condición, pero a un precio. Ana no es feliz porque su marido la maltrata violentamente hasta llegar a estar hospitalizada después de que él se al tiró del automóvil, una situación que aviva el deseo de su hermana Gloria de darle un golpe a la propia organización de Félix, creando el trama de la película. Así vemos la fuerza de la capacidad femenina de la revancha, ya que Gloria visita a Aurora en la cárcel para despedirse porque no tiene otra salida. Al darse cuenta de los golpes que sufre Ana, a pesar de las palizas sufridas en el robo fracasado al principio de la película, han podido planear su venganza con un robo perfectamente inventado y controlado, de esa manera declarando una revancha también contra el maltrato no solo de Ana, sino de la mujer. Estas mujeres fueron maltratadas por los hombres por toda sus vidas. En cambio, los hombres, según el mensaje de la película, pretenden ser dominantes sobre las mujeres, mirándolas como objetos. Pero las mujeres actúan más razonablemente y la película demuestra como usan el ser subestimadas como ventaja en jugar con ellos, cuyo uso de su sexualidad a su ventaja.

Si la mujer no hacía ninguno de los actos de humillación, el hombre la abusaba y no sentía que ella tuviera ningún valor. En Solo quiero caminar, Félix, el antagonista primario, los hombres que trabajan para Félix, y hasta un juez que podía haberle ayudado a Aurora salir del cárcel, muestran el tratamiento de violencia y demanda sexual que desvalora a la mujer. Estos hombres no reconocen como destruyen a la mujer, excepto uno: Gabriel, simbólicamente nombrado como el arcángel que le anunció a la virgen María de su embarazo en la biblia. Él sirve como guardián de la mujer al reconocer el valor que él aprendió de niño. Como niño, también símbolo de la inocencia y pureza al no haber sido corrompido por el pensamiento erróneo en contra de la mujer, su madre le enseñó que ningún hombre debe abusar ni a un niño ni a una mujer. Por ver como su padre maltrataba a su madre, continúo con esta creencia al llegar a entender el valor de la mujer ya que la lección la aprendió con la inocencia de un niño, pero aún así demuestra ser más hombre que cualquier otro personaje masculino.

En el pasado la mejor solución para ellas era el silencio y aceptar su papel obedientemente, satisfaciendo al hombre con su sexualidad, pero la hospitalización de Ana sirve para despertar a las mujeres a luchar contra esta injusticia que habían acostumbrado. La novela

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