Somos Realmente Quienes Creemos Que Somos

Si nos detenemos a mirar alrededor, a escuchar o simplemente a observar a la gente la palabra egoísmo suena o se ve constante mente en la sociedad en la cual vivimos, criticamos a las personas por lo que hacen o no hacen, nos criticamos a nosotros mismos por las cosas que pudimos o no haber hecho en un pasado, presente o en un futuro.

Volviendo al concepto del egoísmo, muchas personas creen que siendo bondadoso solo hacen un bien a la persona o personas hacia las cuales “ayudan” con alguna acción distintiva, pero que realmente, la mayoría de las acciones altruistas están fijadas por un interés propio, con esta idea concuerdo con Auguste Comte en que “el altruismo es un movimiento de proyección del yo propio al yo ajeno. Mediante esta proyección se detienen los impulsos del amor propio”; ya que las personas tratan de proyectar sus sentimientos en otros para tratar a alivianar las molestias que le produce el no hacerse cargo de las carencias de la vida propia.

Ya en términos más evolutivos nos encontramos con que el altruismo también aparece en los animales sacrificando sus vidas por el bien de otras de su mima especie o manada.

Un ejemplo claro de este concepto seria la actitud que tomarían la mayoría de los padres que ven a su hijo en peligro, el hecho de que arriesguen su vida por salvarlo no es por el bien del hijo y que lo aprecien si no mas bien por asegurar el éxito de su descendencia.

Entonces si las personas dan mucho por otras personas dejándose atrás a sí mismas es porque son personas con carencias emocionales o bien simplemente no le encuentran la razón o el sentido de sus propias existencias demostrando así su interés por los demás que no es nada más que un intento desesperado por sentirse bien o completo consigo mismo.

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