Somos campeones - contexto personal

Particularmente en mi vida personal he tenido varias experiencias similares o semejantes a las vistas en la película somos campeones, por ejemplo: un día entrenando llego un amigo y me dijo:

-Mira que mauricio no ha vuelto a salir de la casa y antier fui a preguntarle a la mama que pasaba y ella me dijo que no ha vuelto a entrenar ni a salir y estudiar y que está profundamente deprimido por qué según él no le encuentra sentido a la vida.

Al escuchar estas palabras por boca de Sebastián, me preocupe y nos dimos a la tarea de ayudar a Mauricio, lo que hicimos fue; ir a su casa he invitarlo a entrenar, pero como el no quería por su profunda depresión lo invitamos a un grupo juvenil argumentándole que lo que a el le faltaba era Dios, el acepto, fue, y desde ese momento empezó a mejorar y a volver a salir con nosotros, saliendo así poco a poco de su depresión.

Como amigos todos lo apoyamos, todos nos preocupamos y desde esa experiencia no hicimos más unidos y cada vez que uno necesita del otro nos apoyamos mutuamente.

Otro ejemplo más personal fue cuando estuve enfermo y me tuvieron que operar, realmente no esperaba que ninguno de mis amigos fuera al hospital a verme…

Sin embargo, mi sorpresa fue mayor y grata, al ver que no fueron uno ni dos, sino muchos…  fue Fabián, Sebastián, Michelle, Andrés, Jhon, mateo, Alejandra y muchos otros que no puedo citar en el momento por falta de memoria.

La película somos campeones me pareció muy linda porque le enseñó al entrenador a ser humano. Y a ellos a unirse más como equipo. Cosa que deberíamos aplicar a nuestras vidas, sensibilizarnos con los demás, y no actuar como actuaron en el bus las personas que no tuvieron paciencia, empatía ni compasión por aquellos que son diferentes, por aquellos que sufren, por aquellos que a veces nos es difícil aceptar, por ejemplo:

muchos somos insensibles y a veces hasta xenófobos con nuestros tratos, palabras y comentarios hacia nuestros hermanos venezolanos.

Sin ponernos en su lugar y ver cuanto ellos tienen que dejar por venir a buscar un mejor futuro, para sus hijos, madres, y ellos mismos. También esta tolerancia y amor deberíamos aplicarla a la gente que por desgracia cayó en drogas, en cárceles y en situaciones desafortunadas por sus propias decisiones. Es decir, en vez de juzgarlas, de señalarlas, más bien tratemos de ser misericordiosos y comprender la fragilidad humana de los demás, que es nuestra misma fragilidad.

En fin…  la película me dejó muchísimas enseñanzas.

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