TRES PUNTOS DE PARTIDA DEL TRABAJO ACTORAL
Enviado por gzehavic • 30 de Julio de 2011 • 355 Palabras (2 Páginas) • 2.139 Visitas
La actuación no es el simple hecho de interpretar un personaje preestablecido en un guión, el trabajo actoral implica un esfuerzo y una preparación previa a nivel físico, oral y mental que se encuentran íntimamente concatenados y que a su vez llevan al actor al estado adecuado para realizar su trabajo.
En primer lugar, el actor debe percibir su entorno como un lugar ajeno a sí mismo, de tal manera que no le afecte lo que sucede a su alrededor, en cierto modo se podría decir que debe tener un enfoque ensimismado antes de la puesta en escena; esto lo podemos conseguir relajando los músculos y haciendo ejercicios de respiración completa con el fin de obtener concentración mental.
Una vez relajados podemos trabajar con nuestro equilibrio para conseguir confianza en nosotros mismos y adquirir destrezas, así nuestro cuerpo nos ayuda a desarrollar la imaginación y a despertar la creatividad.
Si permanecemos concentrados podemos entrenar la voz al mismo tiempo que trabajamos con el cuerpo, haciendo la emisión de sonidos pero desde el estómago para no causar daño a nuestra garganta, esto se logra manteniendo la respiración completa, así se desarrolla una dicción correcta y adecuada.
La simultaneidad de movimientos y respiración nos da la disociación muscular, estimulando los centros motores que agudizan los reflejos. A su vez al unirlos con el esfuerzo mental mejora la expresión y despierta las emociones que vuelven al individuo mucho más perceptivo y sensible, aflorando así los sentimientos.
Con los reflejos al punto nuestro cuerpo y nuestra voz ganan ritmo, individual para trabajar con las diferentes tonalidades y la intensidad de la voz, y grupal para trabajar en conjunto y relacionado con otros.
Esto nos vuelve más solidarios, debido a que mientras realizamos nuestras actividades, podemos pensar en el bienestar de los demás a nuestro alrededor sabiendo que mi espacio termina donde comienza el espacio del otro.
Al ejercitar lo anterior, se puede afirmar que el actor ha redescubierto sus capacidades, sabe cuáles son sus recursos y cuáles sus límites, por tanto tiene un conocimiento de sí mismo y de su entorno, nociones fundamentales a la hora de llevar a cabo el trabajo actoral.
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