Tema 1 De Proyecto

BASES FILOSÓFICAS DE LA INVESTIGACIÓN EDUCACIONAL

La Filosofía es una ciencia especial que estudia las regularidades universales a las que se someten tanto el ser ( la naturaleza y la sociedad) como el pensamiento del hombre en el proceso del conocimiento. Se determina, en última instancia, por las relaciones económicas de la sociedad y surge de la necesidad de investigar los principios y las leyes más generales que rigen el mundo.

El “problema fundamental de la Filosofía” es la relación entre el ser y el pensar, o dicho de otro modo, la relación entre la materia y la conciencia. Todo sistema filosófico constituye una solución (explícita o no) a este problema, al que se vincula la polarización de la Filosofía en dos corrientes opuestas: el materialismo y el idealismo.

MATERIALISMO VS. IDEALISMO

La lucha entre el materialismo y el idealismo está presente en toda la historia de la Filosofía y constituye una de las fuerzas motrices de su desarrollo. Esta lucha está estrechamente vinculada con el desarrollo de la sociedad, así como con los intereses económicos, políticos e ideológicos de las clases.

El materialismo es la corriente filosófica que afirma la prioridad de lo material y el carácter secundario de lo ideal, lo que significa que el mundo existe desde toda la eternidad, no fue creado y es infinito en el tiempo y en el espacio. Esta corriente considera que la conciencia es un producto de la materia y concibe a aquélla como un reflejo del mundo exterior, afirmando así que este último es cognoscible.

En la historia de la Filosofía, el materialismo ha sido, por regla general, la concepción del mundo de las clases y sectores de vanguardia de la sociedad, es decir, de aquellos que se interesan en el conocimiento correcto del mundo y en el poder del hombre sobre la naturaleza y sobre su propio destino.

Sintetizando las realizaciones de la ciencia, el materialismo contribuye al crecimiento del saber y al perfeccionamiento de los métodos científicos, lo cual se revierte positivamente en la práctica humana y en el desarrollo de las fuerzas productivas.

La forma superior y más consecuente del materialismo es el materialismo dialéctico.

El idealismo, por su parte, es una corriente filosófica contraria al materialismo en la solución del “problema fundamental de la Filosofía”, puesto que parte de considerar que lo espiritual es primario, y lo material, secundario. Esto lo acerca a los dogmas de la religión sobre la finitud del mundo en el tiempo y en el espacio y a la creación del mundo por Dios.

El idealismo estudia la conciencia separándola de la naturaleza, por lo cual la mistifica, tanto a ella como al proceso del conocimiento, llegando con frecuencia al escepticismo y al agnosticismo.

El idealismo absolutiza las dificultades inevitables del desarrollo del conocimiento humano y frena de este modo el progreso científico.

Por sus raíces sociales, el idealismo (a diferencia del materialismo) es característico de las clases más conservadoras y reaccionarias de la sociedad, las que no están interesadas en que se produzca un reflejo correcto del ser ni en que ocurran transformaciones cardinales de las relaciones sociales.

Lo anteriormente expresado no niega el hecho de que algunos representantes del idealismo al investigar las formas del proceso del conocimiento y plantear nuevas cuestiones gnoseológicas, han estimulado en gran medida el análisis de una serie importante de problemas filosóficos.

Los representantes del idealismo pueden ser divididos en dos grandes grupos: los partidarios del idealismo objetivo (que consideran que la realidad está determinada por cierto espíritu universal o conciencia supraindividual) y los partidarios del idealismo subjetivo (que reducen los conocimientos sobre el mundo al contenido de la conciencia individual.) Sin embargo, la diferencia entre el idealismo objetivo y el subjetivo no es absoluta, puesto que numerosos sistemas idealistas objetivos contienen elementos de idealismo subjetivo y, `por otra parte, los idealistas subjetivos (tratando de eludir el solipsismo) a menudo pasan a ocupar las posiciones del idealismo objetivo.

La Filosofía de Platón es la forma clásica del idealismo objetivo, mientras que la gnoseología del sistema de Berkeley y la Filosofía de Hume constituyen las manifestaciones clásicas del idealismo subjetivo.

Las principales variedades del idealismo de mediados del siglo XX fueron el existencialismo, el neopositivismo y el neotomismo, pero (además de ellos y dentro de ellos) en la segunda mitad del siglo continúa el proceso de división del idealismo en una gran variedad de formas tales como: la fenomenología, el realismo crítico, el personalismo, el pragmatismo, la Filosofía de la vida, el antropologismo filosófico, la concepción de la escuela de Frankfurt y otras.

Junto a esta tendencia a la división del idealismo en diversidad de escuelas, se observa a veces el proceso contrario: el acercamiento y hasta “hibridación” de las diversas corrientes del idealismo sobre la base de la orientación anticomunista general de la ideología burguesa del siglo XX.

MATERIALISMO DIALÉCTICO

El materialismo dialéctico es la base filosófica de la doctrina marxista-leninista. Fue creada a mediados del siglo XIX por Carlos Marx, filósofo, economista y político alemán (1818-83) y por Federico Engels, filósofo, economista y político alemán (1820-95.) y desarrollada posteriormente por Vladimir Ilich (Lenin), fundador del Partido Comunista de la Unión Soviética y del Estado Soviético (1870-1924).

Marx y Engels, apoyándose en los éxitos de las ciencias naturales y en toda la experiencia histórica de la humanidad demostraron que el materialismo sólo puede ser científico si se hace dialéctico, y que la dialéctica sólo puede ser científica si es materialista.

Un momento fundamental en el desarrollo del materialismo dialéctico lo constituyó la elaboración de la concepción científica sobre el desarrollo histórico y sus leyes (materialismo histórico.)

El materialismo histórico constituye la base teórica y metodológica de las ciencias sociales. Permitió enfocar de modo materialista al mundo en su conjunto (no sólo la naturaleza, sino también la sociedad.)

Todos los filósofos premarxistas, comprendidos los materialistas, eran idealistas en la interpretación de los fenómenos de la vida social, por lo que el surgimiento del materialismo histórico constituye una revolución radical en el desarrollo del pensamiento social.

Lenin,

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