Tema: EL CAMINAR DEL PUEBLO DE DIOS

ABRIENDO FRONTERAS

RADIO TEPEYAC 93.3 FM

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30 DE AGOSTO DE 2016

Locutores: Epigmenio Márquez y Claudia Corroy

Tema: EL CAMINAR DEL PUEBLO DE DIOS

Objetivo: Ubicar en orden  cronológico  fechas, personajes y hechos sobresalientes de la historia de salvación para una mejor comprensión y análisis de los textos de la Biblia

Entrada Grabada

Epigmenio: ¡Muy buenas tardes a todas y todos nuestros radio escuchas! Hoy nos encontramos con ustedes: Epigmenio Márquez y Claudia Corroy, participando muy contentos en su programa “ABRIENDO FRONTERAS”.

Claudia: Saludo a todos lo que en este momento sintonizan Radio Tepeyac en la 93.3 de su FM, especialmente a todos los que nos escuchan en los microbuses, en el taxi, combi o desde la comodidad de sus hogares.

Epigmenio: Nuestro tema de hoy es EL CAMINAR DEL PUEBLO DE DIOS

Claudia: Haciendo una recapitulación de los temas que anteriormente hemos escuchado, recordamos al Pueblo de Israel que lucharon por su liberación, eran campesinos y granjeros; al salir de Egipto se organizaron en Tribus o grupos de familias  pues les unía una experiencia común la liberación, que en aquella época significaba salir de la esclavitud, esa vivencia de fe fue unificadora, Dios tomo la iniciativa de liberar al pueblo, a ese Dios se alaba, agrade, celebra y escuchaba, en aquella época existía un orden social, había un Juez que gobernaba y establecía tanto el orden como la justica.

Epigmenio: La Biblia utiliza un verbo de movimiento: “el Señor hizo caminar a Israel en el desierto”. El caminar del Pueblo de Dios hace resaltar la gran hazaña de Dios en la salida del pueblo de Israel del país de Egipto -país de la esclavitud-,  hacia la tierra prometida. Para el Pueblo de Israel caminar significa  vivir con la seguridad de ser un pueblo guiado por Dios y conducido hacia una tierra mejor, de ahí que, a ese Dios se alaba, agradece, celebra y escucha.

El antiguo Testamento nos narra la historia de un pueblo, ese pueblo es de Israel. Este pueblo tiene la convicción de ser el pueblo elegido de Dios, ya que entre Dios y los israelitas se realiza una alianza donde Israel se compromete a reconocer a Yahvé como su único Dios, a entregarse a él y a cumplir sus designios y mandatos y Dios por su parte se compromete a mantener a Israel como pueblo suyo y a realizar, por su medio, la salvación de toda la humanidad, pero para ello vamos a recorrer los estilos de gobierno que existieron, recordando a los primeros reyes como Saul, David, Salomon, a los profetas  a Elias, Amos, Isaias y Geremias.

Las tribus de Israel se formaron en el año 1250 antes de Cristo.

A pesar de la recia dirección de Moisés, Israel no era una nación organizada, era solamente el agrupamiento de varias tribus, familias y poblaciones, unidas por su común aventura.

Para el pueblo de Israel el motivo de unificación fue la vivencia de su fe ya que les unía una experiencia común de LIBERACIÓN que fue la SALIDA DE LA ESCLAVITUD.

El camino que lleva a Israel lejos de Egipto lo hace libre, capaz de decidir autónomamente su comportamiento y de hacer alianza con Dios que le ha dado la existencia como pueblo.

El tiempo de los reyes llamado la Monarquía 1050 años antes de Cristo.

El tiempo de los Reyes es la tercera etapa de la historia de Israel, después del tiempo de los patriarcas (Abram, en los años 1750 antes de Cristo) y el tiempo del Éxodo y la Conquista (Moisés, en los años 1250 antes de Cristo).

Este periodo se divide en dos etapas:

Claudia: 1. La monarquía unida. Los reyes imponen y someten; vuelve la esclavitud y el abuso de poder. El primer rey que escogieron fue Saúl; después fueron David y Salomón. Estos reyes hicieron crecer el territorio, pero se alejaron de Dios. Entonces el profeta de esa época alerta sobre los peligros al desobedecer a Dios o ignorar la Alianza. El pueblo, inconforme con la situación social, vive el desamor y se aleja de las leyes divinas. Además, se descubre que el poder corrompe a miembros del templo, de la corte y del ejército. Hubo idolatría.

Epigmenio: La monarquía dividida. Cuando murió el rey Salomón –hombre sabio pero rey tirano y opresor-, su hijo Roboán pretendió ser reconocido como rey. Pero, un grupo se rebeló contra él.

Entonces surgieron dos reinos: el reino del Norte era Israel y del Sur era Judá:

• El reino del norte (Israel) proclamó a Jeroboán como rey.

En 210 años hubo 19 reyes que pertenecieron a 9 dinastías, (es decir a 9 familias).

Del año 921 al 723 a C se destacaron los profetas Elías, Amós y Oseas.

• Por su parte, el reino del Sur (Judá) permaneció fiel a Roboán y a la dinastía de David (a la familia de David).

Fueron gobernados por 19 reyes desde 931 al 587 a C.

Los profetas que sobresalieron fueron Isaías y Miquéas.

Cada reino afronto grandes obstáculos:

Los Asirios acabaron con el reino del Norte en el año 721 a C  y los Babilonios acabaron con el reino del sur en 587 a C.

Hubo reyes poderosos, intercambio cultural, extensión territorial, opresión e ingobernabilidad. En ambos reinos surgieron profetas que predicaron sobre la idolatría, el poder mal ejercido, el dinero y la explotación del pueblo.

El Exsilio (El Destierro 1587 a 531 a C)

Los babilonios se impusieron al imperio asirio y desalojaron a los judíos de su patria; destruyeron el templo y los obligaron a cambiar  su forma de vida. Los judíos se alejaron de Dios, de la Alianza y del necesitado. Vivieron una crisis profunda, por eso los profetas predicaron su esperanza de volver a la tierra y recuerdan que, aunque estén en tierra extraña la misión continúa.

Años más tarde aparecieron los persas, quienes liberaron a los judíos del exilio por medio de un decreto de Ciro. Permitieron la reconstrucción del templo y el retorno a Judá, pero no se aceptó volver a la monarquía.

Ser profeta en este tiempo significaba recuperar las costumbres religiosas de los orígenes de Israel, invitando al pueblo a volver al camino del bien. Promovieron los valores, denunciaron y lucharon contra los invasores. Fueron valientes y coherentes en su actuar.

Ahora bien, es importante decir que el Antiguo Testamento es en parte una colección de historias de migrantes y pueblos desplazados y que nuestra fe católica está basada en la historia judía.

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