Trabajo En Equipo
Enviado por angelicaelcarmen • 11 de Octubre de 2012 • 1.950 Palabras (8 Páginas) • 308 Visitas
ESCUCHAR ACTIVAMENTE
“El que habla siembra, el que escucha recoge.”
Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar. La falta de comunicación que se sufre hoy día se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás. Se está más tiempo pendiente de las propias emisiones, y en esta necesidad propia de comunicar se pierde la esencia de la comunicación, es decir, poner en común, compartir con los demás. Existe la creencia errónea de que se escucha de forma automática, pero no es así. Escuchar requiere un esfuerzo superior al que se hace al hablar y también del que se ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye. Pero, ¿qué es realmente la escucha activa?
La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. ¿Cuál es la diferencia entre el oír y el escuchar? Existen grandes diferencias. El oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. Para llegar a entender a alguien se precisa asimismo crear empatía o sintonía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona. Sin embargo, esto no significa aceptar ni estar de acuerdo con la posición del otro. Para demostrar una actitud de estar “con” la otra persona, usaremos frases como: “entiendo lo que sientes”, “noto que...”.
“Conversación es la danza que tiene lugar entre el hablar y el escuchar.”
La mayor parte de los problemas a la hora de escuchar son consecuencia de los siguientes FACTORES o “TAPONES”:
• Lectura de mente:
La persona hace suposiciones sobre las intenciones o deseos del otro. No presta atención a lo que realmente le está diciendo, sino que fantasea, adivina, le pone su propia interpretación o mapa.
• Juicios:
Se prejuzga al otro, poniéndole alguna etiqueta. Se lo clasifica con mucha ligereza sin realmente saber qué le pasa y qué está diciendo.
• Comparación:
Si se presta atención a quien es más inteligente, más guapo o competente, la comunicación se ve seriamente afectada. Ej.: “Yo tengo una casa mucho más grande que la suya”
• Eliminación:
Consiste en escuchar algunas cosas y otras no, se pone filtros. Cuando se ha escuchado ya lo que nos interesa, dejamos de escuchar. Ej.: El novio deja de escuchar cuando se ha asegurado de que ella ya no está enojada.
• Consejos:
Cuando alguien necesita que lo escuchen lo último que quiere es que le demos consejos. “Yo en tu lugar...” Además, se empieza a aconsejar antes de haber acabado a escuchar todos los argumentos, sin prestar atención a los sentimientos.
• Ensayo:
Mientras el otro habla, ensayamos mentalmente nuestras respuestas. Cuando hacemos esto, el mensaje del otro se pierde y nos centramos sólo en nuestros propios pensamientos. “Yo diré, el dirá y entonces yo le contestaré....”
• Identificación:
Te identificas con todo lo que te están contando y lo haces tuyo. Cualquier cosa que te dicen lo asocias con algo que te ha podido ocurrir a ti y por supuesto dejas de estar escuchando a la otra persona para estar sólo con vos.
POSIBLES SOLUCIONES PARA ESCUCHA ACTIVAMENTE
Para que exista escucha activa es imprescindible que exista retroalimentación. Escuchar significa participar, preguntar, aclarar.
• Parafrasear
Consiste en repetir con tus propias palabras lo que la otra persona acabar de decir. “Qué quiere decir qué...”; “Entonces, según veo, lo que pasaba era que...”, “¿Quieres decir que te sentiste...?”.
Con la paráfrasis consigues que la otra persona pueda rectificar su comunicación si no le has entendido bien, pero además consigue efectos casi milagrosos: cuando alguien repite lo que acabamos de decir, nos sentimos en la gloria, comprendidos y escuchados. La paráfrasis permite rectificar los malos entendidos, evita comparaciones, lecturas de mente, etc.
• Preguntar:
Consiste en aclarar lo que no queda suficientemente explicado, preguntar hasta conseguir toda la información.
• Resumir:
Mediante esta habilidad informamos a la otra persona de nuestro grado de comprensión o de la necesidad de mayor aclaración. Expresiones de resumen serían:
"Si no te he entendido mal..."
"O sea, que lo que me estás diciendo es..."
"A ver si te he entendido bien...."
Expresiones de aclaración serían:
"¿Es correcto?"
"¿Estoy en lo cierto?"
Pautas para mejorar la escucha activa
Entre los elementos que facilitan la escucha activa, resaltan tres:
• Disposición psicológica. Prepararse interiormente para escuchar y observar al otro (identificar el contenido de lo que dice, sus objetivos y sentimientos).
• Expresar que le escuchas con comunicación verbal ("Ya veo"; "Mmh"; "Claro"; etc.) y no verbal (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.).
• Y, sobre todo, desarrollar la empatía o capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona.
Por el contrario, para desarrollar la escucha activa, es importante evitar ciertas conductas como:
• La distracción. La curva de la atención se inicia en un punto muy alto, disminuye a medida que el mensaje continúa y vuelve a ascender hacia el final del mensaje. Hay que tratar de combatir esta tendencia haciendo un esfuerzo especial hacia la mitad del mensaje con objeto de que nuestra atención no decaiga.
• La interrupción. No interrumpir al entrevistado.
• El prejuicio. Cuando escuchemos, debemos hacer un esfuerzo especial por rehusar ideas preconcebidas y juicios anticipados.
• Rechazar lo que el entrevistado esté sintiendo y hablar de uno mismo. Es un error caer en comentarios del tipo: "No te preocupes, eso no es nada"; "No sé porqué te agobias, no tiene tanta importancia. Si te hubiera pasado lo que a mí...".
• Evitar el "síndrome del experto". Tener las respuestas al problema de la otra persona, antes incluso de que haya contado la mitad. Escuchar es ofrecer ayuda, no aportar soluciones prematuras.
Ejercer la escucha de forma activa facilita al emisor la transmisión de su mensaje. Asimismo,
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