Transmilenio

TRANSMILENIO: UN MIRADOR MOVIL PARA BOGOTÁ

Transmilenio es el medio de transporte masivo mas representativo de Bogotá en la actualidad, atraviesa la ciudad prácticamente de extremo a extremo por sus principales vías, en tiempos casi record para los ciudadanos, 45 a 55 minutos, lapsos casi inmaginados en el transporte público hasta hace unos años.

Al hacer un recorrido entre portales, desde el del Norte hasta el del Sur y desde este hasta el de las Américas, y recordando mi experiencia cuando visite el del Tunal, el de Usme y el de la 80, puedo decir que para mi Transmilenio es un mirador móvil de Bogotá, que en sus recorridos, si se detalla con cuidado, se podrán observar los diferentes contrastes industriales, empresariales, sociales, culturales y arquitectónicos de la capital.

Desde Transmilenio se pueden observar desde sectores muy agraciados como Alhambra, Niza, La Castellana, Castilla y Mandalay, hasta aquellos que están en las condiciones mas míseras como lo son las viviendas que están ubicadas en las montañas que se observan desde el portal del sur, donde se encuentra la otra Bogotá, esa que personas en nuestras condiciones ni siquiera imaginamos. En un recorrido normal en Transmilenio se pueden observar altos, medios y bajos estratos sociales, construcciones elegantes y otras tantas, muchas mas, humildes y demasiado sencillas, arquitecturas románicas, góticas, modernas y otras de tanta edad como nuestros abuelos; grandes y pequeñas industrias, negocios de todo tipo, y cuando digo de todo es de todo, viviendas, hospitales, iglesias, universidades, estadios, coliseos, cementerios, almacenes de cadena, bombas de gasolina, restaurantes, salones de recepciones, en fin gran parte de la oferta que tiene Bogotá para sus habitantes y visitantes, todo esto debido a la importancia de las vías en donde están construidas las troncales.

Y no solo hablar de lo que se ve alrededor, sino dentro de Transmilenio también, realidades del diario vivir de nuestra ciudad, los cortejos y miradas desagradables de hombres morbosos, los robos instantáneos, la insolidaridad de la gente, la ineficacia de la dizque llamada “autoridad”, la falta de cultura para el ingreso al sistema, para ceder un puesto a una mujer embarazada o a un adulto mayor, tantas cosas y sucesos que definitivamente representan el contexto de lo que somos los Bogotanos. Todos los días viajo en Transmilenio y nunca había notado que un viaje allí era el mirador perfecto que puede recordarme tan rápidamente lo que en el ajetreo de mi diario vivir había olvidado que es Bogotá.

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